Hay cortes de carne que acumulan un 61% entre enero y julio de este año, según el relevamiento que se realiza desde la Universidad en uno de los principales supermercados de la región. Algunas marcas de fideos duplicaron su precio en sólo 6 meses, mientras la harina acumula más del 200% de incremento en lo que va del año. Las prendas textiles muestran fuertes subas aun en las cadenas informales de comercialización. 

“En un mes, las camisetas de fútbol que comprábamos por 900 pesos, se fueron a 3.000 pesos por unidad. Ni siquiera fueron 30 días: esta suba la tuvimos en sólo 3 semanas”, dijo Ruth Soto, una de las feriantes de La Saladita, al ser consultada por ADNSUR.

Con la inflación de julio proyectándose en torno al 8% mensual, según las consultoras que anticipan ese relevamiento, que el INDEC dará a conocer a mitad de agosto, algunos indicadores dan sustento a ese anticipo. 

Desde La Saladita se mide también un fuerte aumento de precios, particularmente en productos textiles.

Hay que recordar que hasta junio, el rubro textil había sido el de mayor incremento, llegando en la Patagonia a un 86% en lo que hace a prendas de vestir. Con las subas registradas en julio, es probable que el acumulado contra el mismo del año pasado quede muy cerca del 100%.

La Saladita al ritmo del dólar ‘blue’

Aunque muchos economistas afines al gobierno aseguran que los precios internos no deberían variar mientras no se modifique el tipo de cambio oficial, lo concreto es que hasta en los escalones más informales de la economía se verifican saltos al ritmo del dólar paralelo, que antes de tranquilizarse entre el jueves y viernes último, había superado ampliamente la barrea de los 300 pesos y llegó a tocar el máximo nominal de 350 pesos. 

“Los buzos de algodón también están teniendo aumentos muy marcados –explicó Soto-. Las telas vienen de India y de Israel, a ellos les compran los fabricantes en Buenos Aires y nos van trasladando los precios, porque todo sube con el dólar ‘blue’. Comprar un jean para revender está casi imposible: en mayo valía 1.800 pesos de costo, pero hoy ninguno baja de 4.000 pesos”.

La feriante confirmó que los precios siguen la evolución del tipo de cambio paralelo: “A nosotros nos afecta cada vez que sube el dólar, si vendo un jean a 4.000 pesos y no vi lo que subió el dólar ese día, ya perdí plata, o quedé empatada. El fabricante me avisa que subió dos puntos la cotización, entonces, por dar un ejemplo, lo que valía 150 lo tengo que vender a 200”.

"Los precios de la ropa cambian con las subas del dólar blue en el día".

En ese marco, los precios pueden fluctuar durante el día. “A nosotros Defensa del Consumidor nos obliga a exhibir los precios, pero a veces es imposible, porque lo que pasa con el dólar en el día te cambia los precios varias veces. Lo mismo pasa con las prendas usadas: antes se podía comprar un lote por 1.000 ó 1.500 pesos, pero hoy no te vende nadie, ni tampoco te regalan la ropa para vender. El que la tiene, la recicla y trata de venderla por su cuenta”. 

Ante la consulta de por qué los precios siguen el dólar paralelo, respondió con lógica cotidiana: “Nosotros no tenemos dólares,  pero cuando voy a al supermercado y gasto solamente en productos de almacén, envasados, son 42.000 pesos, sin contar carne, que son otros 15.000 pesos y 7.000 pesos por semana en verdura, para que mis hijos coman ben. Y somos solamente tres. El gasto para comer todos los días no baja de 100.000 pesos. Y cada vez vendemos menos. La gente viene a pasear a La Saladita, pero muy pocos son los que compran”. 

El pan que busca llegar al “empate”

Víctor Cúneo, de panadería San Carlos, detalló que el lunes último la bolsa de harina tuvo subas de entre 10 y 20%, por lo que durante julio el precio se elevó en no menos del 30%. Al sumar los incrementos anteriores, disparados al ritmo del trigo y lo que pasó con esa materia prima a partir de la invasión de Rusia a Ucrania, “la harina subió, fácil, un 200%”.

“No sé cómo harán los grandes empresarios, lo nuestro es día a día y yo a nivel personal voy probando. Está complicadísimo, porque uno compra los insumos, elabora el producto, vende y más de una vez no alcanza para reponer los insumos. Y lo que agrava todo es que los costos no suben una vez al mes, solamente, porque así uno podría organizarse. Acá te sube el costo de la materia prima todas las semanas. No hablo sólo de la harina, sino de la margarina, el aceite, los huevos, que en un mes subieron un 50%”.

El precio del pan, que en algunos lugares ya se vende cerca de 400 pesos por kilo, en Comodoro todavía hay ofertas en torno a los 200 pesos.

Para el comerciante, es imposible trasladar constantemente esa evolución de costos al precio final del producto, porque “si lo hacemos, no venderíamos nada. Entonces voy probando, en mi caso tocando precios lo menos posible. Hoy el kilo de pan lo tengo a 200 pesos y hasta hace poco lo teníamos a 180, por lo que tuvimos que subir. Ahora voy a mantener, pese a la suba de la harina, porque todavía tengo un equipo con precio de la semana pasada, pero cuando tenga que reponer, al precio nuevo, tendremos que ‘tocar’ otra vez”.

Pese a la situación descripta, Cúneo aseguró que no hay una merma en las ventas. “Sí se nota una disminución en la rentabilidad –sostuvo-, porque si yo sigo vendiendo la misma cantidad, con precios tan bajos y con los insumos cada vez más caros, la rentabilidad es mucho menor. Ya no estoy pensando en ganar plata, sino si a fin de mes voy a poder cubrir los costos fijos, o tendré que poner plata de mi bolsillo. Estamos tratando de ‘empatar’ y esperamos que esto mejore, porque no se puede subsistir permanentemente en el empate continuo. Además, esto es posible siempre y cuando no haya un percance, porque si se rompe una máquina, hay que comprar repuestos muy caros”, concluyó, para remarcar también que su cadena comercial trabajan 22 empleados.

La inflación medida en carnes y fideos, entre enero y julio

En el relevamiento que realiza el Observatorio de Economía de la Facultad de Ciencias Económicas, de la Universidad Nacional de la Patagonia, es posible determinar cómo evolucionaron los precios de dos productos de alta incidencia en la canasta alimentaria, como son fideos y carnes.

De acuerdo con el trabajo dirigido por el profesor César Herrera, sobre un seguimiento en supermercados La Anónima, los cortes de carne que mayor aumento tuvieron corresponden a una segunda marca que trabaja esa cadena. 

Los cortes para milanesas tuvieron subas por encima del 60% en seis meses.

Según surge del detalle suministrado ante la consulta de ADNSUR, el kilo de cuadrada feteada a granel, marca Best, acumuló casi un 61%, entre el 15 de enero y el 15 de julio último, al elevarse desde $1.019,90 a $1.639,90. Idéntica variación tuvo el corte bola de lomo, tratándose en ambos casos de productos aptos para preparar, entre otros platos, las populares milanesas.

Otros cortes de alta demanda también tuvieron subas fuertes en ese lapso de 6 meses. La aguja fraccionada acumuló un 51%, ubicándose en $1.309,90 al momento de relevarse el 15 de julio, mientras que en enero tenía un precio de $864,90. El bife angosto con costilla, también de segunda marca, trepó un 46%, alcanzando un precio de $1.744,90.

Similar porcentaje, del 46%, acumuló el asado sin hueso, alcanzando 15 días atrás un precio de $1.279,90. El vacío, para completar “la parrilla”, en marca ‘Best’, registró un 37%, con un precio de $1.012.  

Entre las subas menos significativas, se cuenta el chorizo parrillero, envasado al vacío marca L.A, con un 12%, ubicándose en $784,90, mientras que la nalga sin tapa (carne local) subió un 20%, aunque ubicándose en un valor bastante alto, con $1.889,90.

 Entre los fideos se registran saltos acordes al ritmo de la harina, ya que incluso superan ampliamente a las carnes, en el período de 6 meses tomado como referencia. 

Los tallarines Don Vicente, por ejemplo, crecieron un 114%, al pasar desde $143,53 a $307, entre el 15 de enero y 15 de julio, respectivamente. Los dedalitos Matarazzo, también por 500 gramos, saltaron un 93%, ubicándose en $166. La misma marca, en la variedad  spaghetti sin tacc, subió casi un 80%, alcanzando los $276. 

Los tallarines al huevo subieron más que el dólar blue, entre el 15 de enero y 15 de julio.

La variedad con menor incremento fue el tirabuzón sin tacc, con un 16%, alcanzando un valor de $321,75. El resto de las variedades de fideos relevados, oscila entre un máximo del 65% y mínimos del 33%.

En aceites también se registran saltos importantes, como el caso de la marca Cocinero, por 900 ml, de girasol, con un 85%, marcando un valor $494 el 15 de julio. El girasol plus, por 1,5 litro, trepó un 82%, con $775. La marca Lira, para el aceite de maíz de 900 ml, aumentó poco más del 45%, llegando a $915.    

En todos los casos, es necesario remarcar que los incrementos detectados corresponden al período de 6 meses, por lo que de sostenerse en ese ritmo, en la mayoría de los productos detallados el aumento llegará al doble el 15 de enero próximo. 

En Comodoro Rivadavia, la canasta básica ya alcanzó en junio los 120.000 pesos, por lo que habrá que esperar en cuánto se actualiza con los valores de julio. Desde el Observatorio, César Herrera había advertido que hubo una desaceleración en los precios al medirse contra el mes anterior, pero con los sucesos de la semana pasada y la disparada del dólar paralelo, se abre la duda en torno a si pudo sostenerse esa tendencia hallada en la primera mitad del mes. 

El desafío de las nuevas autoridades del área económica del país, encabezadas por Sergio Massa, es empezar a atenuar el impacto de un ritmo inflacionario que remite a los peores momentos en la historia del país.  
 

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