En tiempos donde no existía la tecnología, ni siquiera los aviones, pocos imaginarían que aquellos delincuentes no sólo cruzarían aquel lejano oeste, sino que serían protagonistas de asaltos, robos, crímenes y reyertas, a punta de pistola y de caballo, en plena Patagonia. En el fin del mundo.

MISTERIO EN LA PATAGONIA

Río Gallegos es la capital de la provincia de Santa Cruz, está ubicada a poco más de 6 mil kilómetros del oeste norteamericano, tierras coloradas de siux y vaqueros. Pero es centro de un misterio, ni más ni menos, de un reconocido robo a un banco local: el Tarapaca y Argentina Limitado, el 14 de febrero de 1905.

Las crónicas policiales y las narraciones de la época, posicionan en la escena del crimen a los dos integrantes más famosos de La Pandilla Salvaje (The Wild Bunch): Robert LeRoy Parker, Butch Cassidy; y Alonzo Longabaugh, “Sundance Kid”. Se habló de búsquedas, para esos maleantes que hablaban en inglés, los bandoleros que escribieron sus andanzas patagónicas en su palmarés delictivo.

Radicados en un campo cerca de Cholila, Chubut, los malhechores llegaron al país en barco, bajo identidades falsas. Al ingresar, en la Embajada declararon su interés de afincarse en campos argentinos para desarrollar “un emprendimiento ganadero”.

Sin embargo, esa sería la base a la que retornarían en cada movimiento delictivo, acción que seguía siendo el motor de su actividad y que los llevó a recorrer el sur del país.

¿Mito o realidad? la historia de Butch Cassidy y Sundance Kid en Santa Cruz

En la Reseña Histórica de la Policía de Santa Cruz, el famoso robo al banco Tarapaca y Argentina Limitado ocupa un importante espacio de la publicación que se realizará en el marco del 121° Aniversario de la fuerza. Desde allí, el aporte de varios elementos e informaciones que enriquecen esta historia, que agigantan el mito, que da cuenta de un robo de película que nunca pudo esclarecerse.

A principios del siglo pasado, la hoy capital santacruceña contaba con muy poca presencia policial. Había unos 900 habitantes, y de a poco se iba erigiendo como una comunidad de fuerte impronta económica.

Esta situación de bonanza fue advertida por delincuentes, que querían aprovecharse de comerciantes y colonos de toda la Patagonia, sembrando el pánico por este “panorama ideal para el bandolerismo”.

Butch Cassidy y Sundance Kid aprovecharon esta situación, y se alzaron con varios botines. Se hacían pasar por adinerados empresarios norteamericanos y así engañaban a sus víctimas, en su mayoría estancieros y ganaderos, a quienes despojaban de sus bienes.

La crónica hecha por la policía santacruceña, narra que el 14 de febrero de 1905, “dos bandidos de habla inglesa” asaltaron el Banco de Río Gallegos, escapándose con una suma de dinero que hoy en día valdría por lo menos “100 mil dólares”.

El SubGerente del Banco Tarapaca y Argentino de Río Gallegos, Arthur Bishop se presentó ante
autoridades policiales, detallando que alrededor de las 15 horas ingresaron en la entidad a su cargo dos sujetos armados de revólveres grandes al grito de “levanten las manos”. Los delicuentes apuntaron al exponente y a otro empleado del mismo banco: Alexander Mackerrow.

Uno de los ladrones saltó al mostrador en la primera actitud y le intimó a que le entregaran las llaves de la caja de “fierro”, mientras el otro lo apuntaba con el arma al cajero del banco. En esa situación obligaron al Sub Gerente a abrir la caja y conducirlo al mostrador en donde se hallaba el dinero del movimiento diario. “Uno de ellos tenía una bolsa ordenándole poner el dinero en la bolsa siempre apuntándole con el revólver”, relató Bishop.

Ambos asaltantes cargaron el dinero en los caballo y se dieron a la fuga exitosamente, y su escape fue por las llanuras santacruceñas. Sin embargo, el mito se engrandece con el dato que ni Butch Cassidy ni Sundance Kid fueron aprehendidos, tampoco pudieron ser identificados como los autores, pero por el “modus operandi” ellos fueron “los principales sospechosos”.

El titular de la entidad bancaria, describió a los ladrones como que “uno era alto, delgado con muy poco bigote rubio, levanta mucho el labio superior al conversar y el otro algo más bajo y un poco más grueso, con bigote y barba corta color castaño”.

Fueron pasando los días y el 18 de febrero aparece en el pueblo un capataz de carretas del señor Grigera, don Francisco Cuello. La Policía toma conocimiento que Cuello había encontrado la caja que se habían robado, y lo llama a declarar expresando que la había hallado en el paraje conocido como los Manantiales de Riliaik, "en una bajada como a 200 metros del camino y que estaba en el mismo estado que la entregó a la Policía”.

No obstante, aportó un dato muy interesante: que conocía a los autores del asalto, que los había visto en un hotel el mes anterior. “Al concurrir al Hotel Argentino a almorzar, el más bajo de ellos se acercó a mi con un sujeto llamado Alder y que trabajó en la misma estancia que yo y me manifestó si quería llevarle unos bultos hasta Guer Aike, a la estancia del señor Suderlan, dejando en la cocina una bolsa de azúcar y herraduras para caballos”, expresó.

La cabaña de Butch Cassidy en Cholila
La cabaña de Butch Cassidy en Cholila

INVESTIGACIÓN

La Policía de Santa Cruz, por informes solicitados a las casas de comercio, supo que el día antes del robo al banco, Sundance Kid y Butch Cassidy hicieron varias compras, entre ellas un anteojo de larga vista, municiones para carabina Winchester, herraduras para caballos y víveres, manifestando que se preparaban para un viaje largo con el objetivo de “inspeccionar los campos y proceder a su compra.”

“Hasta el momento esta Policía no ha reunido mayores datos, informes o relación de la Policía del Chubut y de Punta Arenas, que pudieran haber pasado por esos territorios, no siendo aventurado suponer dado los poderosos elementos de movilidad de que se hallaban provistos, se hayan dirigido al norte del límite de este territorio, haciendo campamento en las extensas soledades de nuestra campaña, a cuyo objeto llevaban la carpa despistando en esa forma a la Policía que los perseguía. Lo que se comprueba por no tener datos ni referencias que se hubieran hospedado en ningún establecimiento de tránsito, despistan por ese medio el rastro de su fuga, quedando de manifiesto por la forma que se efectuó el asalto y robo, y los elementos para cuyo objeto se habían provisto que no trataba de ladrones vulgares”, relata la crónica de la fuerza.

Cabe señalar que uno los puntos dentro de Santa Cruz donde este dúo de bandoleros estuvo fue en el paraje La Leona, camino a la ciudad de El Calafate. De hecho, allí existen pruebas del paso de estos afamados ladrones, y muchas son las historias que se cuentan en el lugar sobre su paso.

Las búsquedas continuaron y fue recién dos años más tarde, cuando desde la policía de Capital Federal enviaron a la Comisaría de Río Gallegos una serie de fotograbados de varios individuos y una mujer, los cuales se suponían eran los autores del asalto y robo a los bancos de Bahía Blanca San Luis y Tarapacá de esa localidad, ambos hechos que se le atribuyen a los bandidos estadounidenses.

En la descripción, las filiaciones decían sobre la pareja de ladrones, presentados con sus identidades falsas:

❗ Harve Logan (Butch Cassidy) usa distintos nombres, nacionalidad norteamericana, edad 48 años, estatura 1,71, cuerpo más bien delgado, color blanco quemado, ojos oscuros, nariz prominente recta, larga. Suele usar barba, los bigotes afeitados; habla despacio, es de modales discretos y tranquilos, tiene los brazos notablemente largos, una cicatriz de bala en una de las muñecas y dos del mismo origen en la espalda y en el hombro izquierdo, que a consecuencia de los vendajes ha quedado más bajo. El dedo medio de las manos es de una largura casi fenomenal.

❗ Harry Longbaugh (Sundance Kid) usa distintos nombres, nacionalidad sueco americano, edad 39 años, estatura 1,77, cuerpo robusto, color blanco “jarro”, pelo castaño, barba y bigotes castaños rojizo, ojos azules pizarra, nariz algo larga, tiene facciones correctas asemejándose al tipo griego, acostumbraba a peinarse con cuidado. Es con los pies muy separados.

En un boletín oficial de la época, se publicó que por disposición del Juez Territorio de Santa Cruz, Dr. Don Domingo Gugliamelli, citó a que se presenten en el “término de treinta días” a: Harve Logan y Harry Longbaugh, para que “comparezcan a estar a derecho en la causa que se les sigue por asalto y robo al Banco Tarapacá y Argentino Ltdo. bajo apercibimiento de ser declarados rebeldes si no comparecieren”.

Nunca se presentaron y la causa se archivó dos años más tarde.

Nada se supo de los ladrones. Como lo hicieron en Estados Unidos, donde pudieron escaparse y sortear el destino de arresto que le perjuró la Agencia Nacional de Detectives Pinkerton; también ante la justicia argentina.

El mito dice que vivieron muchos años más en Cholila, Chubut, pero su paradero no fue cierto sino hasta la muerte, en 1908, en Bolivia.

Nunca se supo si fueron ellos o no los ladrones del Banco de Río Gallegos. Pero la historia y el mito permanece, es un buen final, como de película.

El 6 de noviembre de 1908, luego de ser sorprendidos y cercados por el ejército boliviano tras asaltar al pagador de una empresa minera, se trenzaron en un tiroteo. Ellos estaban dentro de una casa del pueblo de San Vicente. La balacera se extendió durante toda la noche, Sundance Kid cayó malherido, Butch lo creyó muerto y esa misma noche se suicidó. Fue el final, ambos muertos. La sentencia de una historia que recorrió el continente, que dejó un matiz de aventura, que marcó una leyenda.

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