¿Cómo correr con tiempo ventoso?
Cuando corres, tienes que luchar contra la gravedad terrestre para propulsarte hacia delante. Eso es lo que más energía consume. En cambio, la resistencia del aire es casi insignificante debido a los ritmos a los que se corre. Y es mejor que sea así, porque el corredor no tiene una buena aerodinámica. Su superficie frontal es importante, así que no penetra bien en el aire.
Sin embargo, cuando hace viento, las cosas se complican. El viento de cara es evidentemente el más perjudicial. El viento lateral no es mucho más ventajoso: te desequilibra, sobre todo cuando sopla a ráfagas. Solo el viento que sopla desde detrás es beneficioso, pero no es tan favorecedor como desfavorecedor es el viento de cara.
Por lo tanto, el hecho de correr con tiempo ventoso tendrá un impacto negativo en la velocidad de la carrera. Si haces un circuito circular de 10 km un día de viento, irás más lento que un día en calma. Así que acepta que irás menos rápido y fíate de tus sensaciones. Si corres basándote en la frecuencia cardíaca, te será más fácil regular el ritmo, porque esta te indica la intensidad del esfuerzo, independientemente de la velocidad.
¿Cómo vestirse para correr con viento?
Ya sabes que cuando sopla el viento se siente más frío. Esto se denomina “enfriamiento eólico” y obliga a abrigarse más. Vale más multiplicar el número de capas que llevar una sola prenda, por cálida que sea. Las múltiples capas de ropa permiten atrapar el aire, que es un excelente aislante térmico. Los textiles Kalenji funcionan con el principio de las 4 capas: una prenda interior, una camiseta transpirable, una prenda aislante y un cortaviento. Descubre los detalles de los textiles que componen estas 4 capas y su interés.
¿Cómo hay que correr con viento?
La técnica de carrera debe tener en cuenta las condiciones ventosas. Acortar la zancada y aumentar la cadencia permite lograr un mejor equilibrio, que es un punto que suele verse afectado por el viento. Tu centro de gravedad es más bajo, así que estás menos expuesto.
Si corres en grupo, evidentemente, lo más sensato es colocarte en la cola del pelotón o detrás de alguien corpulento. Atención, no abuses de esta posición en la carrera, porque nunca es agradable sentir que alguien te utiliza para resguardarse. La competición y el fair-play no son incompatibles.
En el trail, sobre todo en montaña, el viento suele formar parte del juego. Deja un margen de seguridad en los tramos difíciles para poder recuperarte de un bandazo causado por Eolo.
Adapta el recorrido al viento
En los entrenamientos, no dudes en planificar el recorrido o la sesión en función de la fuerza y la dirección del viento. Si el viento es fuerte, apuesta por espacios resguardados, como bosques o senderos protegidos por setos.
Trata siempre de acabar la salida con el viento en la espalda. Psicológica y físicamente es más fácil de gestionar. Si haces lo contrario, puedes utilizar el viento para introducir más dificultad en las sesiones: un fraccionado con viento fuerte se parece al esfuerzo de una sesión de cuestas. Otra posibilidad: terminar una salida larga con el viento de cara permite poner a prueba la resistencia con vistas a un final de carrera difícil.
Por último, no corras riesgos inútiles. Si el viento sopla con demasiada fuerza, refugiarte en un gimnasio con una cinta de correr puede ser una solución interesante. La noción de placer es importante para mantener la motivación.
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