En Arabia Saudita, la primera potencia petrolera del mundo y "guardián de los lugares santos del islam", las mujeres pueden celebrar esta semana el levantamiento de la arcaica prohibición de manejar vehículos, pero aún resta un largo camino para que compartan los mismos derechos que un hombre.

Las informaciones de prensa y los testimonios de ellas vía Twitter dan cuenta de cómo es la vida para el sexo femenino en el país más conservador dentro del mundo islámico.

Pese a que ya pueden salir a manejar por el reino, las mujeres todavía tienen varias prohibiciones para derribar.

1) Salir de casa sin guardián

En Arabia Saudita todas las mujeres tienen que tener un tutor masculino, "mahram", que puede ser su padre, su hermano, su marido, o incluso un hijo, en caso de haber enviudado. Y para cualquier actividad que deseen realizar, desde caminar por la calle hasta abrir una cuenta en el banco, necesitan hacerla junto a su tutor que, en muchos casos, deben firmar un permiso.

2) Realizar actividades que afecten el "honor" de su guardián

Las leyes wahabitas son muy estrictas a este respecto. Si una mujer hace algo que "deshonra" a su mahram, este puede y debe castigarla. En agosto de 2007 un hombre mató a su hija al descubrir que estaba hablando por Facebook con un hombre.

"Mi hermana fue a una librería sin el permiso de su esposo. Cuando regresó él la golpeó sin cesar", dijo Al Qahtaniya, 28 años, Riad.

3) Mostrar cualquier parte de su cuerpo

El código de vestimenta es estricto. Las mujeres deben llegar una túnica negra, laabaya. En cuanto al velo, en el mejor de los casos deja el rostro descubierto, pero la mayoría sólo muestra los ojos.

Las mujeres extranjeras, que antes estaban obligadas a portar velo, ahora pueden circular en lugares públicos vistiendo una simple abaya.

4) Estar solas en zonas que no sean exclusivas de mujeres

En todo el país, hay sectores separados para hombres y mujeres, y tienen incluso ingresos separados para evitar todo contacto entre los sexos opuestos.

La semana pasada se abrió una pequeña brecha en este rígido sistema, cuando las mujeres fueron autorizadas por primera vez a celebrar la fiesta nacional saudita en un estadio de Riad. Lo hicieron en un sector reservado a las familias, en tanto se dispuso otro para los hombres solos.

5) Estudiar y trabajar donde les guste

Si bien el plan de modernización Vision 2030 impulsado por el príncipe heredero Mohamed Bin Salman, promueve la participación femenina en el mundo del trabajo, el 63% de las mujeres no realizan tareas fuera de su casa y muchas familias no ven con buenos ojos que ellas trabajen. Además hay muchas carreras universitarias y profesiones que les están vetadas por ley.

"Mi mahram no me deja trabajar aunque necesite el dinero. Tampoco satisface todas mis necesidades. Está casado con cuatro mujeres y está totalmente concentrado en ellas", afirmó Dina, 21 años, Riad

6) Hacer deporte

Aunque en 2008 se levantó la prohibición para las mujeres de realizar deporte, aún está muy mal vista la práctica deportiva femenina y en general son consideradas como si fueran prostitutas. Recién en 2012 la delegación saudita tuvo representantes femeninas en los Juegos Olímpicos, una judoca y una atleta. Su vestimenta les cubría todo el cuerpo y sólo dejaba el rostro a la vista.

7) Elegir marido

En 2005 se prohibieron los matrimonios forzados o concertados, pero aún se siguen practicando habitualmente en todo el país donde no hay una edad mínima para contraer matrimonio. Algunos líderes religiosos consideran que la edad ideal de una mujer para casarse es los 9 años.

"Es como si viviera esposada, y la sociedad, las leyes y la gente estuvieran en nuestra contra. Por eso la mayoría de las mujeres quiere casarse poco después de cumplir 20 años, como una forma de escapar. Pero ¿adivinen qué? El hombre con el que se casan no es distinto de su padre o de su hermano", se quejó Bashayr, 19 años, Al-Hasa.

8) Recuperar su libertad

Las mujeres caen en prisión fácilmente por cualquier contravención que detecte la policía religiosa, desde el no cumplimiento del código de vestimenta hasta el diálogo con un hombre que no sea su mahram. Y para recuperar su libertad debe acudir su guardián al centro de detención y firmar un documento donde se hace cargo de ella.

"Cada vez que quiero salir de casa tengo que pedirle permiso a mi hijo adolescente", señaló Sarah, 42 años, doctora en Riad.

9) Probarse la ropa en las tiendas

La mera idea de que haya probadores femeninos en las tiendas escandaliza al clero wahabita. Por otra parte, hasta enero de 2012 los empleados de las tiendas de lencería eran sólo hombres. Tras una revuelta de las mujeres, ahora se exige que sean de sexo femenino.

"Mi guardián me prohíbe visitar a mis amigas o ir a los centros comerciales sola. Es un aislamiento completo y total de las alegrías de la vida", dijo Malak, 28 años, Abha.

10) Entrar a lugares religiosos o cementerios

Pese a que la mayoría de los sitios sagrados islámicos están en Arabia Saudita, las mujeres tienen vedado el ingreso a ellos, y tampoco pueden entrar a los cementerios para despedir a sus seres queridos.

Agencia AFP

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