Vendedores ambulantes piden que “no pongan a todos en la misma bolsa”
Son de la Pellegrini y aseguran que pagan monotributo e ingresos brutos.
COMODORO RIVADAVIA (ADNSUR) – Puesteros de la calle Pellegrini se defendieron tras el pedido de la Cámara de Comercio que exigió controles estrictos sobre la venta callejera, y piden que “no nos pongan a todos en la misma bolsa”. Algunos de ellos aseguran que pagan “monotributo, ingresos brutos” y que tienen “facturas de lo que compramos para vender”.
“Está muy bien que controlen a los que no pagan, pero pusieron en la misma bolsa a todo el mundo”, se quejó Javier Silva, quien lleva “más de once años” vendiendo juguetes en esa arteria céntrica.
Dijo que en Pellegrini, entre San Martín y Rivadavia, hay una docena de vendedores “que pagamos ingresos brutos, tenemos obra social, monotributo, que estamos registrados y hacemos todos los aportes que ellos dicen que no pagamos”.
El vendedor añadió ademas que “tenemos facturas de la mercadería que compramos para vender, permiso municipal y además acá nos conocen todos, estamos desde hace muchos años, no es que venimos un día y nos ponemos acá como si nada”.
Reconoció, no obstante, que hay “gente que viene, se pone un día acá o se van a San Martín o Rivadavia o en otros sectores donde no se puede hacer venta callejera”, considerando que para ellos sí debe haber controles “pero no con los que estamos siempre y cumplimos siempre”.
Junto a otro vendedor, afirmó que ven a personas que se dedican a la venta de mercadería de dudosa procedencia, “pero nosotros no podemos decirles nada, por eso tienen que hacer un control como corresponde, pero no sacarnos a todos”.
Otro vendedor, Felipe, contó a Crónica: “estoy desde el ’95. Pasamos por todos los gobiernos y peleamos que nos dejen en la Pellegrini; es el único lugar donde nos pueden dejar y no podemos estar en otras calles”.
El Municipio habilitó la calle Gil Álvarez para otro grupo de vendedores, recordó el puestero.
Los vendedores descartaron que su actividad afecte el comercio de locales instalados: “es imposible, porque jugueterías, que es lo que yo vendo, hay varias cerca y no es que les va mal, y ¿cuánto le puedo afectar?”, se preguntó.
“Cuando las cosas van mal, las ventas bajan para todos, para el comerciante con local y para nosotros. Ahora no se vende pero no se puede echar la culpa a nadie en particular”, acotó el otro vendedor.
Por último, descartaron la posbilidad de instalarlos en un predio cerrado porque “no hay un lugar adecuado que se pueda habilitar y hablan de la plaza por ejemplo, pero es uno de los pocos espacios verdes que no se puede ocupar con puestos de venta además de que después no entra gente”, consideraron.