¿Qué pasará con el proyecto para producir más petróleo en San Jorge después de las elecciones, incentivando a las cuencas maduras?

El proyecto de ley que ingresó al Congreso, con la intención de ser tratado antes del próximo 10 de diciembre, obtuvo hasta ahora un grado inicial de consenso en referentes políticos y de la industria, aunque aparecen también voces que advierten que la propuesta podría quedar a mitad de camino del objetivo de frenar el declino de producción.

El resultado de las elecciones de hoy en el país marcará la suerte del proyecto. Si el elegido es Sergio Massa, habrá margen para profundizar la discusión. Si el vencedor es Javier Milei, aún entre dirigentes políticos que lo apoyan en Chubut admiten que no se podría avanzar con un régimen promocional de estas características.

Sin embargo, desde ese mismo sector también ‘ponen fichas’ a la posibilidad de que a partir de la postura del líder libertario, podría acceder a algunos de los beneficios impositivos que se plantean en el proyecto. “Al fin y al cabo, promovería una baja generalizada de impuestos”, evaluó uno de sus seguidores, aunque esto demande algunas aclaraciones sobre los impactos esperables.

 Antes de avanzar en especulaciones políticas de lo que podría ocurrir a partir de mañana, o del próximo 10 de diciembre, es útil clarificar qué es lo que busca el proyecto en cuestión y en todo caso cuáles son los aspectos que requerirían cambios para que arroje los resultados buscados. Esto es, una mejora concreta en los indicadores de producción.

DIFERENCIAS ENTRE EL PROYECTO DEL OFICIALISMO Y EL DE LA OPOSICIÓN

El proyecto que presentó Massa ante el Congreso y que recibió el apoyo entusiasta del gobierno de Chubut y del arco oficialista es un punto de partida para entender cuáles son las medidas que podrían reactivar la producción en la cuenca San Jorge. Sin embargo, hay que recordar que no es el único, ya que meses atrás también presentó una iniciativa similar el bloque opositor.

La iniciativa del oficialismo se puede resumir en 3 ejes principales:

-Baja de retenciones a la mitad de las exportaciones generadas con el aumento de producción;

-Quita o eliminación de aranceles de importación sobre polímeros y otros insumos de la recuperación terciaria;

-Amortización acelerada de inversiones, lo que implica una reducción de determinados impuestos.

El texto motivó también un moderado apoyo del sindicato Petrolero Chubut, ya que Jorge Avila, flamante diputado nacional electo de Juntos por el Cambio, dijo que su sector acompañará la iniciativa, aunque se reservó el derecho de promover cambios para responder a los estímulos que específicamente demanda la región.

Desde ese mismo ámbito político, la diputada nacional Ana Clara Romero es autora de otra iniciativa, con objetivos similares, aunque con algunas diferencias.

En su propuesta de la legisladora opositora incluyó también la libre disponibilidad de divisas de una parte de las exportaciones que se generen a partir del aumento de producción, un tema que también es requerido por las demás provincias productoras de petróleo. No es una diferencia menor y también desde el gobierno de Chubut se admitió que ese punto debería ser incorporado. Sin embargo, en las circunstancias actuales chocaría con las limitaciones para la salida de dólares del país.

“En términos de estructura y conceptualmente están orientados de la misma manera, hay artículos que van para el mismo lado –dijo Romero sobre su proyecto-. Yo busqué incentivos más importantes, como la libre disponibilidad de divisas, que es un punto importante para las operadoras y para promover las inversiones”.

Otra diferencia comparativa es que el proyecto de la oposición apunta a que los beneficios impositivos apliquen sobre el impuesto a los créditos y débitos (conocido como impuesto al cheque), ya que éste, a diferencia del IVA (como propone el proyecto oficial) no es coparticipable. De ese modo, las provincias no se verían afectadas en sus recursos, a partir de los estímulos por baja de impuesto a las operadoras petroleras.

Romero también apuntó a eliminar los grados de “discrecionalidad” de funcionarios a la hora de autorizar las importaciones, por lo que marcó en ese aspecto otra diferencia con el proyecto original.

 Desde la vereda del oficialismo, el flamante diputado nacional electo por Unión por la Patria, José Glinski, consideró que ambas iniciativas podrían compatibilizarse.

“Me parece que es un tema interesante para discutir con Ana Clara (Romero) y con los demás diputados de la oposición, por sobre las diferencias políticas, para impulsar esta iniciativa que favorecería a la región”, propuso Glinski.

De todos modos, advirtió que estos cambios deberían darse antes de la asunción del próximo presidente, al tiempo que fue taxativo en relación a la suerte del proyecto en caso de que el resultado electoral favorezca a la oposición: “No creo que se pueda discutir este tipo de agenda en caso de que Milei sea presidente”, opinó.

LAS CRÍTICAS QUE RECIBIERON LAS DOS INICIATIVAS

Antes de profundizar en la suerte que correría el proyecto con “Massa presidente” o con “Milei presidente”, hay que escuchar parte de la crítica que han recibido ambas iniciativas. Fue formulada por el actual gerente del IAPG Seccional Sur, Conrado Bonfiglioli, quien si bien aclaró que habla a título personal y no en representación del Instituto que nuclea a las operadoras de petróleo y gas, salió a advertir las falencias de ambos proyectos.

“No estoy en contra de que haya una ley de incentivos, pero creo que el análisis debe ser más amplio –planteó en principio-. La discusión debe incluir también la oportunidad y el momento en que se hace, porque el declino de la producción en la cuenca San Jorge viene desde hace años”.

En concreto, Bonfiglioli opinó que las dos iniciativas carecen de una distinción sobre el tipo de actividad que pretenden incentivar. Al respecto, explicó que hay cuestiones de costos y volúmenes y que marcan diferencias significativas según se hable de promover la producción primaria, secundaria o terciaria.

“Un costo es la producción primaria, que demanda movimiento de equipos de perforación y otro costo (menor) es el de la terciaria, que se hace con la importación de polímeros”, diferenció.

Más allá de esos aspectos, indicó que “todos debemos estar de acuerdo antes de avanzar con una ley, porque hay muchas experiencias que muestran que en lugar de resolver, terminan frenando las actividades. Un ejemplo es lo que pasó con la ley de alquileres”, ponderó, en relación a las críticas de esa norma y los efectos negativos en el mercado inmobiliario.

También advirtió que la situación de la cuenca San Jorge “no es que no tenga más petróleo para sacar, sino que el tema es cómo hacer para que resulte rentable su producción: acá queda mucho petróleo por explotar, pero el tema es a qué costo, que es uno de los principales problemas y no se está tomando en cuenta”.

“EL EMPLEO NO SE CREA POR LEY”

En igual sentido, Bonfiglioli criticó que la iniciativa oficial “habla de crear empleo”, al advertir que “el empleo no se crea porque lo ordene una ley. Si la industria puede trabajar y progresar, efectivamente va a generar más empleo, pero va a estar de acuerdo con las características de la operación. Si se produce por terciaria, habrá menos trabajo que si hacemos primaria, que requiere equipos de perforación”, diferenció.

Pese a sus críticas, Bonfiglioli admitió que las metas de reducir retenciones a la exportación y lograr incentivos fiscales es un primer paso, pero enfatizó una medida concreta que debería incorporase en el proyecto:

“Lo que debe estar libre de gravámenes es la inversión para los nuevos proyectos –aseguró, en referencia a las iniciativas para aumentar la producción-. Es la única manera de asegurar la inversión, porque ni siquiera con una reducción de impuestos, vamos a estar a la altura de poder competir con las inversiones de Vaca Muerta”.

A partir de esos elementos faltantes, el gerente del IAPG propuso sumar a la discusión a los perfiles más capacitados de la industria hidrocarburífera, con referentes en la región que pueden aportar puntos de vista para mejorar el proyecto y conseguir el objetivo de fondo.

“Esto es lo que tenemos que hacer para insertarnos en la Transición Energética, en la que las empresas de servicios petroleros deben re convertirse en servicios de energía, porque de lo contrario vamos a quedar mirando cómo sopla el viento, si las empresas locales se siguen yendo hacia Neuquén”, advirtió.

QUÉ HARÁ MASSA Y QUÉ HARÁ MILEI CON LA CUENCA SAN JORGE

Luego de la breve síntesis de los proyectos en danza y los puntos que pueden ser objeto de discusión, cabe proyectar qué podría pasar con la iniciativa según el resultado de las elecciones de este domingo 19 de noviembre.

Tal como se anticipó, desde el oficialismo consideran que con Javier Milei el proyecto no tendría más razón de ser. El criterio es compartido incluso por sectores de JxC que apoyan al libertario, ya que su ideología es contraria al impulso de regímenes especiales de promoción para una determinada actividad.

 Sin embargo, también habría otra chance precisamente por la mayor autonomía legislativa que tendría el Congreso frente a una eventual presidencia de Milei, que tiene pocos diputados y senadores propios:

“La fuerza que vamos a tener en el Congreso quienes hoy estamos empujando por este proyecto, contando también con los referentes de Unión por la Patria, va a ser enorme”, reconoció Ana Clara Romero, haciéndose eco de quienes evalúan que en cambio Massa, con mayor habilidad política y capacidad negociadora, dominaría rápidamente ambas Cámaras y mantendría límites sobre el proyecto.

“Si llega a ganar Massa, veremos si sostiene esta iniciativa, porque fueron 4 años en los que el tema no estuvo en agenda y el proyecto ingresó hace pocas semanas –advirtió la legisladora opositora-. Si gana Milei, tal vez no impulsaría un sistema de incentivos, pero desde su mirada de libre mercado están los beneficios económicos que reclama la industria para invertir más, en función de lo que propone Conrado (Bonfiglioli)”.

Para José Glinski, en cambio, una competencia de libre mercado claramente perjudicaría a la cuenca San Jorge frente a la mayor rentabilidad que hoy ofrece el shale oil de Neuquén. En ese marco, puso en duda que una baja total de impuestos a todo el sector implique beneficios para Chubut y Santa Cruz. Desde esa postura, el actual director de la PSA también dijo que está dispuesto a discutir el proyecto y a introducir cambios, pero advirtió que el límite sería “no aprovechar la ley de incentivos que necesita la región con el intento de maximización de ganancias empresarias”.

En cualquiera de los casos, surge una conclusión clara: si los legisladores de Chubut logran ponerse de acuerdo antes de dar la discusión de fondo, tal vez logren convencer a otros pares de las provincias productoras de petróleo, que también tienen cuenca s maduras, con el fin de imponer una agenda legislativa que responda a esos intereses provinciales. Además, gane quien gane, hay todavía un lapso de 20 días en el que este proyecto podría convertirse en ley y ser promulgado antes del próximo 10 de diciembre.

Si ese criterio logra establecerse como meta común, tal vez el recupero de la producción petrolera deje de depender del próximo presidente, para surgir como una propuesta genuina desde una agenda legislativa con sello propio, que apunte a nuevas oportunidades de desarrollo para la región del golfo San Jorge.