“Me inicié en esta profesión de grande, este año cumplí 47 y tenía 42 cuando hice el curso de guardavidas.  Me formé acá, era una materia pendiente que tenía hace tiempo y cuando mis hijas fueron más grandes pude hacerlo”, contó Gilda Garnica que hace cuatro temporadas pasa los veranos en la costanera de Comodoro Rivadavia.

Gilda, una mujer apasionada por su familia y el deporte, nos recibe en su hogar. Mientras comparte un mate con su hija, nos cuenta su historia, rodeada de fotografías que reflejan sus dos grandes amores: su familia y el deporte. 

En la ciudad, el deporte es una parte fundamental de la vida cotidiana, y la familia Garnica ha estado en el centro de esta pasión. Con su padre, Marcos Garnica, como pionero del judo local, ella misma se destacó como campeona a una temprana edad. Hoy en día, se dedica a coordinar las actividades deportivas en el Club Huergo, donde se promueven disciplinas como el judo, la gimnasia artística, el handball, el vóley y el fútbol infantil. Su legado y compromiso con el deporte son una inspiración para las generaciones futuras.

Gilda junto a su hija menor en la costanera local Fuente Gilda Garnica

Gilda destacó la importancia de su labor al afirmar: “Nosotros guardamos las vidas, prevenimos accidentes. La profesión requiere de mucho trabajo en conjunto con los compañeros. Hay que ser muy estructurado y seguir los procedimientos. Ante una emergencia hay que actuar de forma rápida y efectiva”, lo que refleja el compromiso y la responsabilidad que conlleva la labor de los guardavidas en la prevención de accidentes en espacios acuáticos.

En esta temporada de verano 2023-2024, las playas de la ciudad cuentan con 70 guardavidas, entre mujeres y hombres que caminan de una punta a la otra. El color rojo los destaca en su indumentaria. La mirada es siempre firme, como si tuvieran una lente que constantemente hace foco en la gente.

Gilda y una colega Fuente fotográfica Gilda Garnica

“A medida que pasa el tiempo se te agudiza la vista y los sentidos. Estás atenta al kayak que está del lado de la restinga. Ves a la persona que nada sin torpedo y se confunde con los corderitos del mar, es todo un entrenamiento”, dijo Gilda.

EL ENTRENAMIENTO DE UN GUARDAVIDAS

La profesión requiere de mucho entrenamiento físico, pero también deben desarrollarse habilidades sociales ya que en este trabajo se está en contacto con las personas permanentemente.

“Nosotros antes de comenzar cada temporada rendimos una reválida. Son pruebas físicas dentro y fuera del agua con objetivos a cumplir.  En el agua se piden 600 metros en menos de 12 minutos. También hay que hacer apneas. En el curso de guardavidas se requieren 50 metros de apnea”, comentó Garnica.

Entrenamiento en Club Huergo Fuente fotográfica Gilda Garnica

También se aprende a leer el lenguaje corporal de las personas, es indispensable reconoció Gilda: La otra vez un señor entró a nadar de forma paralela a la costa y de repente alcancé a ver su cara de desesperación, parecía que le había agarrado un calambre y se hundía. Rápidamente salimos corriendo, un compañero se metió, lo sacaron y efectivamente se había acalambrado.

Los guardavidas enfrentan situaciones complejas al rescatar a las víctimas, ya que pueden poner en riesgo su propia seguridad. Es fundamental que tomen las precauciones necesarias para manejar escenarios de miedo o violencia por parte de la persona salvada. Según la experiencia de Gilda, es crucial actuar con precisión y aplicar técnicas específicas, como tranquilizar a la víctima y trabajar en equipo para asegurar un rescate seguro. Estas habilidades son fundamentales para proteger tanto a la persona salvada como a los propios guardavidas.

Hace unos años atrás, quienes deseaban ser guardavidas tenían que formarse en otras ciudades. Hoy, Comodoro Rivadavia cuenta con dos lugares para dicha formación:  “Curso de Guardavidas AMGAA Comodoro Rivadavia” y también en el “Instituto Nº 810 ISEF”.

ACTUAR DESDE LA PREVENCIÓN

El buen trato con la gente es fundamental para los guardavidas ya que su tarea principal es la prevención. La misma consiste en explicarles y advertirles a los bañistas las particularidades de la playa. Algunas cosas que los concurrentes de las costas deben tener en cuenta son:

  • Respetar el color de las banderas. El rojo significa que no se pueden meter al mar.
  • Quienes nadan deben llevar elementos de seguridad como por ejemplo el torpedo y también deben dar aviso a los guardavidas que los anotan en un cuaderno.
  • Respecto a los más pequeños y en relación a edades y alturas se les pide a los padres que respeten las profundidades. Para quienes tengan entre 5 y 6 años por ejemplo, el agua solo les debe llegar a las rodillas ya en caso de una caída pueden apoyarse en sus propias manos. A un adulto se les permite que el agua le llegue al pecho
Equipo guardavidas Fuente Gilda Garnica

“Nosotros tenemos que tratar a todos por igual, ya sea que estén nadando o tomando mate. La cordialidad está siempre presente. Estar varias temporadas en la misma playa nos permite crear un verdadero vínculo con las personas, y eso evita muchos problemas. Este verano, por ejemplo, tuvimos una muy buena temporada porque hubo muy pocos accidentes”, contó Gilda.

LA ORGANIZACIÓN DE LOS GUARDAVIDAS

A la hora de organizar el trabajo, las playas se sectorizan. Los guardavidas trabajan en parejas y realizan sus rondas por radio. Sus elementos de seguridad, de los cuales nunca se separan, son el torpedo y el silbato. Si hay algún incidente dentro del agua, solo uno de ellos se mete, y el otro cubre la playa.

También cuentan con kayaks para recorrer las costas en paralelo, moto de agua y un bote gomón. Estos elementos se usan a pleno los días de mucho calor, ya que esos días las playas explotan de gente y los controles deben ser más exhaustivos.

Equipo de guardavidas en acción Fuente Gilda Garnica

“Es muy bueno el trabajo en equipo y a medida que pasa el tiempo se aceita más. Te mirás con el compañero y sabés lo que tenés que hacer, es automático” confirmó Gilda.

LOS PELIGROS DEL MAR

Durante la pandemia, Gilda observó un aumento en la cantidad de personas que se acercaron al mar en busca de actividades al aire libre, como la natación en aguas abiertas. Este cambio de tendencia resaltó la importancia del rol de los guardavidas, quienes brindan su servicio principalmente en la temporada de verano, pero cuya labor resulta fundamental durante todo el año. Es fundamental que aquellos que disfrutan de nadar en el mar sean conscientes de los riesgos que implica esta práctica en cualquier momento.

“Las hipotermias son las más peligrosas. Hay gente audaz que se sigue metiendo al agua. Cuando una hipotermia comienza se puede perder la conciencia y los nadadores no se dan cuenta. Siempre se debe nadar paralelo a la costa y con los elementos de seguridad”, afirmó la guardavidas.

Las corrientes marinas son otro peligro en el mar, es por eso que los bañistas siempre deben estar atentos, la vida corre peligro si no se respeta. “Una tarde entrenábamos con mi compañera, estábamos en el pontón que es la plataforma de plástico cerca de los barquitos, y vimos que venían dos personas agarradas del torpedo y por la brazada nos dimos cuenta de que no estaban en condiciones de ir mar adentro. Le dije a mi compañera: “vamos a sacarlas” y así fue que las remolcamos hasta la costa. Cuando llegamos les aconsejamos para que sean conscientes para la próxima”, contó Gilda.

El mate se lavó y ya quedaba poco pan dulce en el plato. La entrevista llegó a su fin, pero con la gran certeza de que los guardavidas cumplen un rol muy importante y silencioso en esta ciudad costera.

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