RAWSON - Pablo Pugh dejó de ser docente de la Facultad de Ciencias Jurídicas de la Universidad Nacional San Juan Bosco. Lo decidió el Consejo Directivo de esa carrera, que lo exoneró luego de las conclusiones del sumario administrativo por el escándalo de la falsificación de actas y firmas en la Sede Trelew. El sensible tema se debatió el 9 de septiembre en sesión extraordinaria en Comodoro Rivadavia y al despido de Pugh lo firmaron el decano Augusto Ferrari y el secretario académico, Alexis Pantaenius.

La resolución del CD declaró “la existencia de responsabilidad de Pablo Alfredo Pugh por la comisión de las conductas prohibidas”. Ya el 15 de mayo de 2015, Pugh había dejado de ser secretario de Investigación y Postgrado de la Facultad en la delegación académica trelewense.

Ahora, el abogado fue apartado como jefe de Trabajos Prácticos de la cátedra de Derecho Romano y como adjunto de la cátedra de Derecho Internacional Privado. Su exoneración rige desde el 29 de mayo de 2015. Se consideró su conducta “contraria a las obligaciones para el personal docente de esta Facultad desarrolladas en el reglamento académico”.

El sumario fue elevado al Consejo Superior de la UNPSJB. La documentación se enviará al Juzgado Federal de Rawson, que investiga a Pugh por falsificación, al decano Ferrari por desobediencia y al rector Alberto Ayape por encubrimiento. Al caso lo denunciaron las empleadas administrativas Silvia Margusino y Lidia Villarroel.

El sumario interno detectó “un uso indebido del patrimonio de esta Facultad como lo son los libros de actas de exámenes”. Pugh los retiró de la Sede Trelew “sin autorización, potestad o aviso alguno”. Cuando los devolvió, esos libros “mostraban claros indicios de graves adulteraciones”. El escándalo, según la resolución del CD, “devino en un sinnúmero de cuestionamientos públicos respecto de la validez de los títulos otorgados por esta Facultad, afectando enormemente su honor y buen nombre”.

La cúpula de Jurídicas evaluó que la conducta del exonerado “raya la acción reprochable de valerse directa o indirectamente de facultades o prerrogativas inherentes a sus funciones para fines ajenos a dicha función, como el secuestro de los libros de actas”. Estos libros dan fe de la actuación académica de los alumnos. “Su salvaguarda es una de las mayores responsabilidades de la institución y su manipulación debe hacerse con la mayor de las cautelas”.

Pese a que ya había renunciado como secretario, Pugh ingresó a la Facultad y retiró los libros, “realizando una retención indebida por cuanto ningún docente tiene esa atribución”.

La CD lo exoneró por “el grave perjuicio material que causó a la administración de nuestra Facultad”. El abogado “tiene responsabilidad administrativa por las irregularidades en las actas de los libros 2, 3 y 4 de la Sede Trelew”. Se detectaron agregados y enmendados en actas de 2008 y 2009 en las asignaturas Derecho Procesal Civil y Comercial, Derecho Comercial I, Economía Política, Derecho Procesal Penal y Derecho Comercial II. Todas con firma y sello de Pablo Pugh en fecha posterior a las originales, “dado que dichos agregados se consignan después del cerrado de esas actas”. Los agregados no coinciden con las actas volantes donde figuran los alumnos que rindieron examen en esa fecha.

Un ejemplo de las irregularidades fue el caso del alumno de Trelew, Facundo Marco Vega. “Aparece agregado aprobando la asignatura, después de cerrada el acta, en Derecho Procesal Civil y Comercial, Derecho Comercial I y Economía Política, o antes del cierre del acta respectiva en Finanzas Públicas, Derecho Tributario y Aduanero, y Derecho Procesal Penal”. Pero Vega no figuraba en los alumnos que habían rendido, según las actas volantes. Le certificaron materias que no aprobó. En actas paralelas aparece como ausente, con raspados y enmiendas. Siempre firma Pugh.

El sumariante comparó las actas con sus originales. En las reales no aparecen los alumnos agregados irregularmente ni las correcciones en el papel. “Demuestra claramente que fueron realizadas nuevamente, eliminando aquellas en las que se encuentran agregados, enmendados o testados”. Las mismas irregularidades detectó el auditor interno Carlos Padín, quien concluyó “fuertes indicios” de adulteración.

Vega declaró que no conocía la situación de su analítico “porque hace años que no rinde una materia ni solicita uno”. Con Pugh tuvo muy buena relación por política en la Universidad, en la Agrupación Azul al Centro. Pero no eran amigos. Cuando Vega fue responsable del Servicio de Protección de Derechos, Pugh trabajó contratado en el equipo técnico.

“Otra prueba altamente demostrativa del descontrol y posible maniobra la constituye la desaparición de los libros de actas de la Sede Trelew”, explica el sumario. El 18 de mayo de 2015 faltaban 19 libros del archivo. Ese mismo día el decano Ferrari se los pide por nota a Pugh. Los devolvió recién el 22 de mayo en el decanato en Comodoro. “No existen dudas de que Pugh los retiró personalmente el 17 de mayo de 2015”. No estaba autorizado porque había renunciado dos días antes. Entre el retiro del 17 y la devolución del 22 tuvo “tiempo suficiente para llevar a modificar las actas”.

Nunca se presentó a declarar al sumario aunque fue notificado dos veces. “Su accionar lejos estuvo de cumplir con sus deberes de control y supervisación de la documentación”, agrega el sumario, que remata con “importantes indicios que llevan a sospechar razonablemente que participó de los delitos".

Fuente: Jornada

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