CAPITAL FEDERAL - Sucede que el balance financiero de la petrolera registró en 2015 una pérdida histórica de 146,856 millones de pesos, la mayor desde 1993, cuando se inició el registro de este reporte. “Se requiere de una reforma financiera profunda en Pemex, porque su estado actual no resiste el embate”, opinó Luis Miguel Labardini, especialista de la consultora Marcos y Asociados.

Mientras los precios del petróleo se han derrumbado en el mercado mundial de más u$s 100 el barril a oscilar en los u$s 30, la situación difiere sobre las posibilidades de los diferentes productores para seguir operando en el mercado exportador ya que algunos, como Kuwait, según estudios de la consultora especializada Rystad Energy, de Noruega, tiene un costo operativo del orden de los u$s 8,50 por barril.

En el caso de Arabia Saudita, el principal país impulsor de la baja, el costo se sitúa en los u$s 9,90; un valor similar al de México, por lo que este país no debiera perder su presencia como exportador, como señalara recientemente la propia Pemex al indicar que sus costos pueden ser ajustados a los u$s 10 ya señalados.

Es probable que ese ajuste de los costos a la baja, no aclarado por la empresa, esté vinculado, en buena medida, con esa disminución de la plantilla del personal en el orden de los 25.000 empleados aunque cabe señalar que, sin necesidad de esas medidas, tradicionalmente, el petróleo mexicano se extraía a un valor bastante por debajo de los u$s 20.

Esa cifra ya estaba, de por sí, en algo menos de los u$s 23,50 el barril del crudo de Venezuela, el principal reservorio mundial petrolero, por delante de Arabia Saudita, por lo que, según Rystad, aún tiene un margen de ganancia con los actuales precios internacionales que rondan los mencionados u$s 30, aunque se trata de crudos pesados de mayores costos de procesamiento.

En América también en Colombia se planean recortes de gastos operativos, como señalara Juan Carlos Echeverry, el gerente de la compañía estatal Ecopetrol, ya que el costo actual está en los u$s 35,50 por barril, de manera que se encuentra algo sobre los precios que se registraron en las últimas semanas por lo que se trata de situar el costo de la extracción por debajo de los u$s 30 por barril.

Los que están “empezando a sentir verdaderamente el dolor” de la caída de los precios, al decir de la consultora londinense Wood Mackenzie, son los productores del Mar del Norte los que si bien ya han venido recortando gastos operativos no tienen perspectivas de nuevas inversiones teniendo en cuenta que hoy el petróleo que extrae el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte en esa región sitúa su costo en el orden de los u$s 52 por barril.

También la petrolera estatal brasileña, Petrobras, y sus asociados en el área de la Presal, cuyos costos de extracción están en los u$s 48 por barril, ya vienen demorando los proyectos de inversión, dado que, tal como lo señalara Dilma Vana da Silva Rousseff, presidente de ese país, “nadie realiza una subasta de un bloque de exploración con el barril por debajo de los u$s 30”.

En cambio, para el gran productor y abastecedor europeo, Rusia, según dijera su ministro de Energía, Alexander Novak, los costos de obtención del crudo, tienen una amplísima franja, ya que van desde unos poco creíbles u$s 5 por barril a unos más razonables de u$s 15.

Como primeros consumidores e importadores del mundo se sitúan los Estados Unidos de América que en los últimos años avanzó decidida y exitosamente en la explotación del petróleo de esquisto (shale) cuyo costo promedio se sitúa alrededor de los u$s 40 por barril pese a lo cual no pareciera que cese su producción frente al derrumbe de los precios impulsado por Arabia Saudita aunque de momento se paralicen nuevas inversiones previstas. En el caso del otro importante productor de América del Norte, Canadá, el precio promedio de producción por barril se sitúa en el orden de los u$s 41.

En el caso argentino el costo de producción del barril ronda los u$s 50 con el agravante de que, sobre todo en el caso del extraído en Chubut, es de un tipo pesado para el que no hay suficientes destiladoras en el país, por lo que debe ser exportado en alrededor de un 40% (25% del total del país), 36.800 barriles diarios sobre un total de 92.000, a un precio, como consecuencia del desplome mundial, de unos u$s 23, con casos de hasta u$s 18, en razón de su menor calidad, en tanto que el resto es colocado en el mercado local con un subsidio que lo lleva al equivalente a u$s 54,90.

Esta situación ha generado también una situación problemática en el sector ante el riesgo de pérdidas de fuentes de trabajo (los sindicalistas hablan de unas 5.000) que el gobierno nacional trata de evitar para lo cual se han abierto negociaciones que arrancaron con una tregua por seis meses sin despidos y un subsidio de u$s 10 por barril, con las partes que incluyen a las petroleras más importantes en el área: la argentina-británica-china Pan American Energy (PAE), principal hidrocarburífera que opera en la Argentina; la mayoritariamente estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF) y Tecpetrol, subsidiaria del Grupo Techint.

Fuente: Jornada 

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