Jorge Palacios, el veterano de Malvinas que acompañó a su nieto en la promesa de la bandera en Comodoro
El héroe y excombatiente comodorense que impulsó la historia de veneración de los soldados hacia la Virgen de Luján, asistió al colegio Domingo Savio para acompañar a su nieto y utilizó un sacó muy especial por segunda vez en su vida.
Jorge Palacios, excombatiente comodorense de Malvinas, sigue agregando capítulos a su vida y esta vez vinculado a la familia que ama.
El pasado 20 de junio asistió al colegio Domingo Savio para acompañar a su nieto que prometió a la bandera y se dio el lujo de ser uno de los escoltas del símbolo patrio.
Palacios tiene una historia muy dura. Cumplía con el servicio militar obligatorio, recordó cada detalle cuando lo sorprendió un ruido estremecedor que en ese instante le hizo pensar que era un Hércules sobrevolando la zona. Sin embargo, pocos segundos pasaron hasta que pudo comprobar que se trataba de "dos grandes bombas arrojadas por aviones Vulcan ingleses". Una estalló a unos 30 metros de su posición; la otra, que impactó a escasos seis metros del pozo, fue casi fatal para él y su compañero, Raúl Ortiz.
Hablándole a Dios y a Ortiz, cubierto por el poncho que según sus palabras se le "abrió en forma de manta" y entre dolores y plegarias, Palacios le pidió al "Señor" que no lo dejara "morir despacito"... Y la fe, o un destino que no era el de la muerte, les permitió ser rescatados por sus compañeros tras haber estado sepultados bajo tierra un lapso de tiempo que no sabe cuánto duró.
Hoy Jorge Palacios puede seguir contando su historia y disfrutando de una vida tranquila en la ciudad petrolera. Con el correr de los años, su figura crece y es valorado por el pueblo comodorense.
En el establecimiento educativo y según detallaron familiares, utilizó por segunda vez en su vida el saco con el cual visitó en 2019 al Papa Francisco en el Vaticano. En aquella ocasión viajó con el objetivo de reencontrarse con la imagen de la Virgen de Luján, aquella que el 4 de mayo de 1982 cargó por única vez, al salvarse de una explosión que lo enterró a dos metros bajo tierra y que salvó milagrosamente su vida, mientras hacía guardia.