El peronismo rionegrino perdido en el laberinto de la planta de GNL
Entre la cercanía con Kicillof y la distancia con Weretilneck, sumado a los desacoples internos, el Partido Justicialista quedó en una posición incómoda.
El peronismo rionegrino quedó perdido en el laberinto que le supuso la instalación de la planta de GNL en el puerto de Punta Colorada, en Sierra Grande, por sobre Bahía Blanca en la provincia de Buenos Aires, gobernada por Axel Kicillof.
En el pago chico, la decisión de YPF y Petronas deja bien parado al principal contendiente político del justicialismo, el gobernador Alberto Weretilneck. A nivel nacional golpea fuerte a Axel Kicillof, el principal lider -en tanto responsabilidad política- del principal sector opositor.
Luego de que trascienda la determinación de las petroleras respecto de la planta de GNL, el senador nacional camporista Martín Doñate celebró en redes. Meses atrás, suscribió al Gran Acuerdo Rionegrino propuesto por Weretilneck para las elecciones de 16 de abril. Después de la asunción, esa relación se resquebrajo.
Esta situación, sin dudas, caló profundo en las entrañas del partido que fue dividido a las elecciones, sin una candidatura fuerte a la gobernación, y que todavía no logra reacomodarse.
La disputa por la planta de GNL dejó al descubierto estos desacuerdos en el partido y hubo comunicados de escasa claridad entre la aceptación de la inversión y el malabarismo por no caerle a Kicillof, ni elogiar a Weretilneck o Milei. Cabe destacar, además, que Doñate celebró votó en contra del RIGI en el Congreso nacional, y el peronismo hizo lo propio en la Legislatura de Río Negro.
Weretilneck en tanto, salió airoso de su enfrentamiento inicial con Javier Milei y su apoyo electoral a Sergio Massa. El enfrentamiento del presidente con el gobernador bonaerense fue más fuerte y le dio un triunfo de gestión al mandatario rionegrino.