En la teoría, una podría haber pensado que este año iba a ser políticamente más tranquilo que el anterior, ya que no hay en el calendario fechas de elecciones. Pero como ya venimos contando a través de ADNSUR, esto está lejos de ser así, por varios factores: el armado de los nuevos partidos en la justicia electoral, las elecciones de autoridades en la UCR y el Chusoto, y los dirigentes con aspiraciones para ser candidatos y que ya comienzan a recorrer la provincia.

Aunque ninguno de los actuales funcionarios que detentan cargos provinciales y municipales lo vaya a admitir públicamente, el armado de futuros frentes y alianzas ya está en marcha, y los principales referentes trabajan en el diseño de sus estrategias para luchar por el poder, donde el lugar más apetecido es, claro está, el sillón de Fontana 50.

Más allá de los vaivenes políticos dentro de cada partido, lo que desvela a los que van a competir por los cargos ejecutivos, es saber cuáles van a ser las reglas del juego: no sólo saber cuándo se va a votar –porque esto puede acortar mucho los plazos- sino también cuáles van a ser las condiciones. No es lo mismo que las candidaturas las definan cada uno de los partidos hacia adentro, a que se deban dirimir en una primaria general y obligatoria.

Por esa razón, es que en estas horas se habla muchísimo de estas cuestiones, que tienen diferentes matices, porque no todas se resuelven de la misma manera. Para resumirlo de una vez, y luego detallarlo: la fecha de elecciones se define por decreto; la convocatoria a PASO está establecida en una ley con mayoría simple; y el otro asunto del que mucho se está hablando, una posible Ley de Lemas, requiere una ley con una mayoría ultra calificada de 22 votos sobre 27 en la Legislatura.

Claro está que en la cabeza de los ciudadanos los temas son otros: el regreso de las clases; la suba del salario ante el crecimiento de la inflación; los problemas de falta de seguridad en determinadas localidades; el crecimiento de la desocupación y el desempleo en otras.

No es que la clase dirigente no esté preocupada por estas cuestiones, pero cada actor político sabe bien que para dirigir el rumbo de la provincia o de un municipio, primero debe ganar una elección, y lo que viene será clave. Por eso todo el mundo –en los gabinetes ejecutivos, en los despachos oficiales, en los cafés- está alerta, porque sabe que el que se duerme, pierde.

Lo que está en análisis son las condiciones que habrá para ir a votar el año que viene, y los puntos en debate son tres, que vamos a detallar: el adelantamiento de fecha, la convocatoria a primarias, y una ley electoral, que puede incluir el sistema de Lemas y la boleta única.

LA FECHA

Primero hay que explicar que, al no tener la provincia del Chubut a lo largo de toda su historia desde 1957, un Código Electoral Provincial, se rige de manera supletoria por el Código Electoral Nacional. Pero ya la jurisprudencia ha reconocido que la potestad de fijar la fecha de convocatoria a los comicios, corresponde al gobernador de la provincia.

Hay sobrados antecedentes de elecciones desdobladas de las nacionales, como ha ocurrido en 2007 y 2011 –cuando Mario Das Neves convocó en el mes de marzo-, y también la más reciente en 2019, cuando la convocatoria la realizó Mariano Arcioni para el mes de junio, con las primarias en abril.

"¡Ganamos carajo!": en 2011 las elecciones generales en Chubut se hicieron en marzo, 9 meses antes del traspaso de mando.

Viene a cuento recordar que, en aquella oportunidad hacia fines de 2018, el actual mandatario tenía una Legislatura con mayoría de signo opositor del FPV, que en una batalla que llevó varias semanas, intentó con una ley especial de 18 votos, “voltear” el decreto de convocatoria. De hecho, logró demorar todo un mes, ya que el decreto original fijaba para marzo las primarias y para mayo las generales.

Este escenario de Legislatura enfrentada no se estaría dando en este caso, ya que el bloque de diputados oficialistas que responden a Mariano Arcioni y Ricardo Sastre, muestran una mayor sintonía con el bloque justicialista que tiene como referente al intendente Juan Pablo Luque, además de diputados satélites como Sebastián López y Carlos Eliceche.

Gabriela Dufour, Blas Meza Evans y Eduardo Conde: la oposición casi logra hacer caer la convocatoria a elecciones a fines de 2018.

Por ello es fácil prever que si hay un acuerdo entre el gobierno y la dirigencia del justicialismo en desdoblar los comicios –según una lectura de conveniencia política en la que todos parecen coincidir- nada podría impedir que se vote en Chubut de manera anticipada.

De hecho, esta división de aguas ya se puede observar en esta última semana, donde en declaraciones públicas, intendentes del radicalismo como el capitalino Damián Biss y el esquelense Sergio Ongarato salieron a opinar en contra de un posible adelantamiento, algo en lo que seguramente coincide el senador Ignacio Torres. Está claro que en Juntos por el Cambio, tienen expectativas de una elección presidencial donde su espacio puede llevar candidatos fuertes que “arrastren” votos en una nueva ola amarilla en todo el país en 2023.

PRIMARIAS EN ANÁLISIS

Probablemente el dato más novedoso de este informe pase por el hecho de que todos los funcionarios actuales en lugares de poder y con margen de decisión, coinciden en que el sistema de Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) no ha dado resultado, y admiten que no son del agrado del común de los ciudadanos.

Volver a desdoblar elecciones implicaría que la gente debería ir a votar al menos cuatro veces en 2023 (o cinco si hay ballotage a nivel nacional). Por ello, de la mano del adelantamiento, se analiza la posible modificación de la Ley Orgánica de Partidos Políticos, que es la que fija desde 2014 el llamado a primarias en las categorías provinciales.

La modificación concreta sería directamente eliminar las primarias, y que sea cada fuerza política la que defina sus candidatos puertas adentro sin involucrar de manera obligatoria al resto de la ciudadanía. Esta novedad implicaría menor costo económico, y traería alivio a los vecinos, que en muchos casos se fastidian por tener que ir a votar tantas veces.

Pero además forma parte de una estrategia política del oficialismo, como una manera de contrarrestar la fuerza mostrada por Juntos por el Cambio en el último turno electoral. Dirigentes del PJ han admitido a esta columna que la última experiencia mostró que en la sociedad UCR-PRO, termina funcionando mejor una primaria que les termina dando mayor fuerza de cara a la general.

Los candidatos de JxC se mostraron unidos luego de las primarias de 2019 en Chubut.

La experiencia muestra que la gente asiste a las urnas a votar en las primarias como si fuera una primera vuelta, y luego es difícil revertir el resultado, ya que en la elección general se profundiza el voto a los mejor posicionados.

En este caso, una reforma de este tipo es posible, porque necesita apenas mayoría simple: si bien se mete en cuestiones electorales, el artículo de las PASO está incluido en la Ley Orgánica de Partidos Políticos. Con apenas 14 votos se puede tomar una decisión que no sería mal recibida por la ciudadanía.

Y otro tema que ciertos sectores buscan instalar y también requiere mayoría simple, es modificar la ley que limita las reelecciones de los intendentes, tal como hemos anticipado en ADNSUR. Incluso hay quienes están analizando con abogados si no pueden recurrir a la justicia para cuestionar cuál de los mandatos es tomado como el primero.

LEY DE LEMAS

Aquí llegamos al punto más polémico de todos, porque en este caso no hay una coincidencia amplia, y porque además es de mucho más difícil implementación. Como se sabe, la Ley de Lemas, que se aplica hace años en la vecina provincia de Santa Cruz y tuvo una única experiencia en Chubut en 1991, apunta a que, si hay varias opciones dentro de un mismo espacio político, se presentan todas en la general, y la lista más votada se lleva todos los votos de ese sector.

Marcelo Guinle y Osvaldo Sala fueron dos de los sublemas del PJ en 1991, única experiencia en Chubut.

Esto quiere decir que, si hay varios sublemas dentro de un lema general, el que tenga más votos gana sumando todos los votos del resto. A modo de ejemplo, supongamos que pudieran ser candidatos a gobernador Juan Pablo Luque y Ricardo Sastre dentro de un frente del justicialismo, y por otro frente de la UCR y el PRO, fueran como candidatos Ignacio Torres y Damián Biss. La lista más votada dentro de cada uno de esos espacios se lleva toda la sumatoria de ese sector.

Siguiendo ese ejemplo, la teoría de algunos “armadores” del peronismo es que eso podría asegurarles el triunfo, porque nada superaría en votos a esas dos figuras de Comodoro y Puerto Madryn, en una elección donde se vota una sola vez. En cambio, ir a una primaria, después no garantiza el traspaso de votos hacia la general en el justicialismo, y hay sobradas muestras de ello.

El tema fue tirado sobre la mesa en la reunión que mantuvieron en Buenos Aires hace un mes atrás Sergio Massa, Wado De Pedro, Máximo Kirchner, Juan Pablo Luque y los mellizos Ricardo y Gustavo Sastre. No hay coincidencia general en si es la estrategia adecuada, pero nadie desmiente que se lo está charlando.

Máximo Kirchner, Sergio Massa y Eduardo "Wado" De Pedro, hablaron de la alternativa de la Ley de Lemas con Luque y los hermanos Sastre.

Lo primero a tener en cuenta es que se necesitaría una mayoría especial de tres cuartas partes del total que exige la Constitución para una ley de tipo electoral. Esto quiere decir que se necesitarían 22 votos, un número ultra calificado que parece muy difícil, aunque no imposible. En principio, los únicos que se opondrían con seguridad serían los dos diputados radicales. Respecto al resto, todo dependerá de los acuerdos que teja el oficialismo con el justicialismo.

A propósito de una nueva ley electoral, desde el bloque de la UCR vienen insistiendo en la necesidad de transparentar el sistema a partir de la aplicación de la Boleta Única de Papel, algo que hasta ahora no ha tenido rebote en el resto de las bancadas.

Los temas electorales –por más que se lo desmienta porque es impopular- están en carpeta, y los tiempos no pueden dilatarse demasiado. Si se piensa en anticipar las elecciones, el segundo semestre del año será el período clave para fijar las condiciones en las que se va a votar el año que viene, y en las que se va a definir nada menos que el nuevo reparto de poder en Chubut para los próximos cuatro años.

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