La inflación acentúa las diferencias entre trabajadores de Chubut y recalienta las paritarias
Mientras algunos sectores privados pueden conceder aumentos más cercanos a la inflación, ya que luego recuperan esa merma por vía de los precios, en el Estado provincial el límite está dado por el riesgo de volver a caer en el pago escalonado y por la incidencia de una deuda que vuelve a proyectarse con fuerza para el año próximo.
El 80% acordado por petroleros más revisiones trimestrales, el 94% de bancarios hasta diciembre próximo o el reciente 107 de camioneros, a obtener en ese caso hasta agosto de 2023, acentúa las diferencias frente a las discusiones salariales del Estado provincial, desde cuyos gremios se rechazan los cálculos del gobierno que ubican la evolución por encima del 70%, debido a que no hubo recomposición real en los dos años precedentes.
A la hora de pelear contra la inflación, algunos salarios perderán más que otros. Está claro que todo ingreso fijo queda erosionado por una evolución de precios que no se detiene, más allá de alguna atenuación temporal, como la que se dio en septiembre según la medición oficial del INDEC, que en lugar del 7% se midió en el 6,2% mensual.
En ese contexto, las discusiones paritarias para recomponer salarios siguen distintos ritmos y evoluciones, de acuerdo con la capacidad de movilización de los gremios y también, principalmente, de la capacidad de respuesta del empleador que se encuentra del otro lado del mostrador.
Los privados con acuerdos más altos
Un caso especial es el de los trabajadores bancarios, que obtuvieron una recomposición total que a diciembre de este año alcanzará el 94,1%, que abarca el período desde el 1 de enero al 31 de diciembre de 2022.
Se trata de un sector empresario que ha registrado altas ganancias aún en los momentos más críticos de la economía, mientras que los trabajadores de la actividad bancaria incluyen en su convenio laboral un porcentaje de participación en las ganancias. De ahí que la media salarial en el sector puede superar los 500.000 pesos mensuales, según reconoció Walter Rey, referente del gremio a nivel local y nacional.
Cuando se observa la evolución de las discusiones paritarias en los distintos ámbitos gremiales, surge con claridad cómo se ha disparado la inflación en los últimos meses. Allá por abril de 2022, desde el gremio bancario se reclamaba llegar a un 60% en no más de 3 cuotas.
El reciente impacto que provocó el gremio camionero llevó a superar la barrera del cien por ciento, proyectando un 107% total de aumento acumulado entre octubre de este año y agosto de 2023. Si bien hay otros sindicatos que ya habían superado esa marca, como el sindicato del Vidrio o el de Seguros, la mayor incidencia por número de trabajadores en esta zona se da por lo acordado por el gremio que conduce la familia Moyano.
En este caso también se refleja cómo se ha desmadrado la inflación en los últimos meses y la alta expectativa que se proyecta para el año próximo. En octubre de 2021, Camioneros cerraban un 45%, más un bono de 48.000 pesos.
Otra actividad que en la región había obtenido un acuerdo importante es del de Petroleros con un 80% acordado en julio de este año y con alcance hasta marzo del año próximo, con revisiones trimestrales por inflación.
En este sector se reactivó la discusión a partir del acuerdo alcanzado a favor de trabajadores de Vaca Muerta, que fue cuestionado desde Chubut como un avance unilateral por parte de las cámaras empresarias, por lo que en esta semana habrá una nueva reunión en el Ministerio de Trabajo de la Nación.
En la actividad, los salarios del personal de torre parten desde los 400.000 pesos. Otra referencia es la reciente modificación de ganancias, que se elevó el piso a 330.000 pesos de ingresos mensuales, pero la mayoría de los operarios queda por fuera de ese beneficio, al superar esa referencia salarial. Más allá de la discusión paritaria, el tributo genera un reclamo paralelo por parte del gremio petrolero, para lo que ha pedido una reunión con el ministro Sergio Massa.
En lo que respecta a la cuestión salarial, es probable que a partir de las revisiones trimestrales, al constatar cómo impacta la inflación frente a la evolución de los salarios (que al incorporar paulatinamente las subas a los básicos van produciendo un incremento adicional) determinen nuevos reacomodos por encima del 80% que surge de sumar linealmente las cuotas.
Sin embargo, también la vara planteada por camioneros podría llevar a revisar lo que está cerrado hasta el momento. ¿Se podría reabrir la paritaria petrolera? Consultado sobre el tema, el líder de los petroleros jerárquicos José Lludgar dijo este viernes que no podría anticiparse a dar una opinión, ya que el tema será tratado por el conjunto de los sindicatos, previo a la reunión con la ministra de Trabajo y las empresas; pero tampoco lo descartó.
“Estábamos en la expectativa de cómo venían avanzando los gremios hermanos y cómo cerraron algunos, porque la situación lo amerita y me refiero al avance de camioneros o el gremio del plástico, que han superado el 100%. No me puedo adelantar a hacer ningún comentario”, dijo ante la consulta, pero no dejó de advertir que fueron convocados por la funcionaria nacional para la semana próxima y que el tema será conversado con los demás dirigentes petroleros del país.
Para continuar con el paneo de paritarias en otros sectores laborales, hay que agregar que la actividad de Luz y Fuerza, las paritarias entre enero y octubre obtuvieron una recomposición del 74%, mientras que si se considera la evolución desde octubre del año pasado, la recomposición alcanza el 92,5%, según confiaron fuentes de ese sector.
De esa manera, la categoría testigo en Comodoro pasó desde un valor del orden de los 42.000 pesos, hasta un monto de algo más de 81.000 pesos en octubre de este año.
Los que quedan ‘arañando’ la canasta básica comodorense
Para otros sectores de no tan alto impacto económico, pero con importante número de empleos, es útil recordar el valor de la canasta básica total en Comodoro Rivadavia, que alcanzó los 142.500 pesos en septiembre. Ese es el monto mínimo, según calculó el Observatorio de Economía de la Facultad de Ciencias Económicas con sede en esta ciudad, que necesita una familia comodorense para no quedar por debajo de la línea de pobreza.
Tal como reflejó ADNSUR en un informe anterior, la canasta básica total aumentó un 76% desde septiembre del año pasado, mientras que al considerar la canasta básica alimentaria, que se ubicó en casi un 63.000 pesos, el aumento interanual alcanzó el 81% en la ciudad.
Uno de los sectores emblemáticos entre la ‘gama media’ de salarios es el de comercio, que había celebrado un 60% en abril de este año, a recibir hasta marzo de 2023, pero en agosto hubo una revisión para anticipar los pagos de la cuota prevista para enero próximo, por lo que el porcentaje total se alcanzará a diciembre, con el compromiso de volver a negociar desde principios de 2023, en lugar de hacerlo en marzo.
Cuando se cerró el acuerdo, en abril de este año, un empleado de comercio que recién se inicia obtenía un sueldo en la ciudad del orden de los 90.000 pesos, mientras que para alguien con 10 años de antigüedad, dependiendo de otros factores, los valores oscilaban entre 102.000 y 115.000 pesos.
A septiembre, cuando se acumuló un 40%, los valores se readecuaron a 126.000 pesos en el mínimo, estimativamente, para llegar a los 161.000 pesos en el rango más alto. Cuando hayan completado el 60% de incremento, en enero próximo, los valores se ubicarían entre los 142.000 y los 184.000 pesos.
El caso de los empleadores de comercio es abarcativo de pequeños y medianos locales, pero también de grandes superficies comerciales, es decir los supermercados que en muchos casos actúan (si no total, al menos parcialmente) como formadores de precios.
Hay una diferencia también en la capacidad de los empleadores. El rubro petrolero, por ejemplo, puede puede recuperar parte del pasivo generado por los salarios a través de los precios de combustibles (aun con retrasos frente a la inflación) o la renta generada por la exportación de crudo y gas.
Los transportistas, por su parte, reflejarán la secuencia paritaria en los costos de la logística (que terminará impactando, nuevamente, en los alimentos y otros productos básicos). El sector supermercadista, en cambio, corre con la ventaja de los precios por delante, pero con los acuerdos paritarios retenidos, comparativamente, frente a sus propias remarcaciones.
¿Por qué si la masa salarial creció más que la inflación, los sueldos estatales no alcanzan?
Desde los gremios estatales se vienen cuestionando las propuestas salariales del gobierno, más allá de terminar aceptándolas porque en definitiva se imponen por decreto y porque nadie está en condiciones de decir ‘no’ a un incremento en su bolsillo, por más que éste quede lejos de sus expectativas o de la posibilidad de seguir el ritmo de una inflación que este año terminará cerrando en no menos del 90%, considerando que hasta septiembre acumuló un 66,1%, según los datos oficiales del INDEC.
Desde uno de los gremios de la salud, el SISAP, la secretaria adjunta Noelia Domenez refirió que en los tres tramos otorgados por el gobierno fueron del 20% (de enero a marzo), 21% en tres tramos hasta junio y otro 20% en dos etapas, hasta septiembre.
Los funcionarios provinciales argumentan que la recomposición salarial, al acumularse los porcentajes sobre el básico u otros ítems, alcanzaría el 78% en octubre, considerando que hasta septiembre la masa salarial había evolucionado en un 67%: desde unos 6.900 millones de pesos en enero de este año, hasta poco menos de 11.500 millones de pesos abonados en los haberes de principios de este mes, contando trabajadores en actividad y jubilados.
Si bien una comparación directa entre ese monto y la inflación acumulada en 9 meses (66,2% para la Patagonia) puede llevar a la interpretación de que los salarios estatales “le ganan a la inflación”, hay que tener en cuenta otras particularidades, según el argumento de los gremios estatales que en la mayoría de los casos mantienen el reclamo, aun cuando la adhesión a las medidas de fuerza desciende a partir de los descuentos de días no trabajados.
En el caso de salud, por ejemplo, Domenez explicó que la masa salarial en ese sector crece por la cantidad de horas guardias que se realizan para tratar de incrementar los ingresos, pero también porque ese ítem necesariamente se eleva ante la escasez de recurso humano, que es otro de los problemas que empieza a notarse en el ámbito sanitario, con graves indicadores.
Otro punto del rechazo es porque el valor de las horas guardias en Salud se ubica hoy en 172 pesos para los rangos más bajos. Si bien el gobierno propuso un incremento del 50% en ese ítem, el mismo había sido rechazado por insuficiente, esperándose conocer si el viernes último hubo una mejora en la propuesta para ese ítem..
“Es imposible que la provincia otorgue un 38% en el último trimestre -dijo el ministro Ayala días atrás, en diálogo con el programa ‘Sin Hilo’-. No es porque no haya que recomponer el salario, sino porque la provincia alcanzó un delicado equilibrio financiero y esto requiere de un cuidado extremo de las finanzas de la provincia, para no volver a los pagos escalonados y los incumplimientos”.
Entre las variables que inciden para la falta de acuerdo en los gremios más combativos, se cuenta también el hecho de que en 2020 no hubo recomposición salarial, mientras que en 2021 hubo porcentajes por decreto que quedaron por debajo de la inflación del año pasado.
Desde el sindicato de la ATECH se contabiliza la oferta salarial de este año mucho más abajo de la cuenta que hace el gobierno. Es que en ese cálculo se descuenta el 20% de inicios de 2022, que correspondía a un decreto de agosto de 2021. Luego se suma un 8% en marzo, 13% en abril, 5% en julio, 10% en octubre y 4% en noviembre. La suma lineal arrojaría un 60% (el gobierno hace el cálculo en forma acumulativa, es decir por la forma en que cada porcentual va impactando sobre la suma anterior), pero en el gremio descuentan los 20 puntos del año pasado, por lo que sólo reconocen sólo 40 puntos de recomposición hasta octubre.
Según precisó Carlos Magno, desde la ATECH, un docente que recién inicia su carrera cobraría en noviembre un sueldo de $71.460, más el bono de $14.450, ubicando ese total cerca de $86.000. Desde el gobierno se dirá que es un cargo por 4 horas y que la mayoría de los docentes trabaja dos turnos. La discusión seguirá prolongándose con argumentos a un lado y otro de la mesa, sin que se avizore un acuerdo posible.
En ese punto hay otro dato contundente. El último acuerdo paritario que logró conformar a los estatales fue el de principios de 2019, cuando el gobierno comprometió porcentajes y revisiones trimestrales en base a la inflación, que muy pronto se revelaron imposibles de pagar: así quedó amargamente reflejado desde julio de aquel año, cuando pocos meses después de esa paritaria, que coincidió con la reelección de Mariano Arcioni por un nuevo período, el gobierno empezó a pagar los salarios en forma separada por rangos o ‘escalones’, llegando a atrasarse, en el momento más crítico del año 2020, en tres masas salariales. Cualquier negociación hoy queda condicionada por la perspectiva de volver a ese escenario.
El peso de la deuda
Hoy, con un gobernador sin perspectiva de reelección, la disciplina fiscal está determinada además por otra creciente sombra en la economía provincial: desde enero próximo, los vencimientos trimestrales de la deuda externa generada por el BOCADE llegarán a 30 millones de dólares, prácticamente un mes completo de regalías petroleras (un mes perdido de ingresos por trimestre), para elevarse a 34 millones de dólares desde enero de 2024. Durante 2022, las cuotas trimestrales oscilaron los 21 millones de dólares, un valor igualmente limitante para la economía provincial.
A diferencia del Estado nacional, que puede emitir billetes; o grandes corporaciones privadas, que pueden trasladar los salarios a mayores precios de sus productos (y la pregunta es: ¿hasta dónde sostendrá la demanda esos precios?), el Estado provincial choca contra los límites de su propio laberinto, construido por años de gestiones que sólo apelaron al endeudamiento como fuga hacia delante.
Una ecuación que hizo de una provincia con grandes recursos, un territorio casi quebrado por el peso de una cadena de responsabilidades de la que, curiosamente, nadie se siente parte.