La lucha de egos producto de una voraz ambición política, a lo que se agregan actores que buscan romper desde adentro, y el trasfondo de una evidente pelea en marcha por liderar el espacio en 2023, son las claves para entender por qué Juntos por el Cambio -fuerza con una oportunidad histórica en este turno electoral-, afronta una interna superpoblada.

Las figuras del PRO pasaron de ser unos socios amistosos de la UCR en 2015 a animarse a dar pelea por el liderazgo. Esto va de la mano con un plan de instalación que está diseñando para todo el país el Jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, para lanzarse dentro de dos años a la lucha por la Casa Rosada.

Esta pelea por los cierres se observó estas últimas semanas en todo el país, y obedece a que la unidad entre UCR y PRO es más estratégica que ideológica, ya que es evidente que la alianza sigue costando muchísimo en todos los distritos. En la gran mayoría de los casos hay internas por ver quién manda, quizás ejemplificada mejor que en ningún otro lado en provincia de Buenos Aires, con la lista de Diego Santilli contra la de Facundo Manes.

En Chubut se da el mismo escenario, con algunos condimentos locales. El sector Larreta-Bullrich-Macri está representado en la lista encabezada por Ignacio Torres y Ana Clara Romero, dos afiliados al PRO acompañados por radicales en los segundos lugares. El oficialismo de la UCR chubutense está claramente enrolado en la boleta de Sergio Ongarato y Gustavo Menna.

Orlando Vera y su compañera en senadores, Lorena Moreno.

Y cuando hablamos de “condimentos locales”, hablamos de las otras dos boletas que van a competir, aunque con estrategias disímiles. En el caso de Orlando Vera y su lista, es un sector marginal del radicalismo que viene de perder la disputa de la Convención y que apunta a las raíces y a algunos sectores radicales descontentos con el manejo del partido. La lucha de Vera, dirigente joven de Trelew, no es nueva, y es un trabajo de hormiga que apunta a la instalación de un espacio que se afiance en el tiempo hasta ganarse un lugar. Sabe que en recursos y poderío corre de atrás, pero el objetivo es estar y competir.

El caso de Mario Cimadevilla es absolutamente diferente. Con más de 40 años de política en el lomo, el veterano dirigente que fue senador hasta 2015, luego armador de Cambiemos en Gualeguaychú, posteriormente funcionario de Macri -con el que terminó de la peor manera-, hoy se convirtió en un francotirador desde adentro. Es el “fuego amigo” que es funcional más al peronismo que a Cambiemos, porque su discurso jamás cuestiona al kirchnerismo, sino al macrismo y al PRO, y por ende a sus socios radicales.

Primer candidato a senador, Mario Cimadevilla y primer candidato a diputado, Pablo Martínez.

La presencia de Cimadevilla busca “romper”, y es evidente que cuenta con financiamiento, a juzgar por la agresiva presencia en las redes sociales, como puede observar quien abre cualquier espacio en Google o en Facebook. Ningún otro aspirante al Congreso cuenta aún con esa presencia digital, y no llama la atención que sus negociaciones con la dirigencia radical hayan fracasado.

Es curioso, el discurso del ex senador radical fustiga al PRO y tiene como uno de sus blancos preferidos al ex presidente Macri, pero es probable que su presencia en la interna termine favoreciendo a Nacho Torres. La lógica indica que los votos de Cimadevilla son radicales, y que afectan más a Ongarato y a Menna que a la boleta de Larreta. Paradojas y caprichos de la política.

FORTALEZAS Y DEBILIDADES

Llegados a este punto, es interesante desmenuzar cómo quedó definida la ingeniería de las dos listas que prometen competir mano a mano: la de Torres y la de Ongarato. Siempre en el terreno de la estrategia y la especulación, porque en definitiva la verdad va a estar en el recuento de votos el próximo 12 de septiembre.

A primera vista, hay un dato a remarcar, que es la cuestión territorial. La boleta de senadores de Torres hace base en Trelew, de donde es oriundo el actual diputado y su compañera, Edith Terenzi. En cambio la de Ongarato, intendente de Esquel, es una boleta netamente cordillerana, ya que lo acompaña allí la dirigente Jacqueline Caminoa, de Lago Puelo.

En este escenario, para Senadores se observa claramente una disputa valle-cordillera, que en el caso del PRO, se buscó contrarrestar con la figura del esquelense Matías Taccetta, funcionario clave de Ongarato que va a competir contra su propio intendente. Mientras que la otra lista suma a Oscar Petersen, el madrynense presidente del Polo Social, en el lugar de primer suplente.

Matías Taccetta y Oscar Petersen.

En el armado de la categoría de diputados nacionales, la ecuación es la misma en ambos casos: los representantes titulares son de Comodoro y de Puerto Madryn, en ese orden. Por un lado, la comodorense Ana Romero encabeza la lista acompañada por el radical Claudio Cabrera, de la ciudad del Golfo Nuevo. Y compiten contra la lista que encabeza Gustavo Menna junto a la abogada madrynense Cecilia Basualdo.

Segundos candidatos en diputados, los madrynenses Claudio Cabrera y Cecilia Basualdo.

Tal como ocurre con la lista del PJ, no hay ningún representante de Rawson en ninguno de los cargos titulares, siendo la capital de la provincia, sede del gobierno y la ciudad con el cuarto padrón electoral más importante.

Uno de los armadores del radicalismo sostuvo a esta columna que creen contar con una amplia ventaja en el interior provincial, donde hay una mayor estructura montada en las comunas y parajes, y que después la disputa estará centrada en las grandes urbes. En Madryn, zona dominada por el sastrismo-justicialismo hace años, especulan que existiría una discreta paridad. El dato interesante es que los intendentes radicales están dispuestos a jugar un rol muy activo en ciudades como Rawson, Gaiman y Rada Tilly, donde Damián Biss, Darío James y Luis Juncos, se pondrían la campaña al hombro para que la lista de Ongarato triunfe sobre la de Torres.

Intendentes radicales Luis Juncos, Darío James y Damián Biss.

El mayor padrón de la provincia está en Comodoro Rivadavia. Dentro de esta interna, todos reconocen que allí la figura más fuerte es Ana Clara Romero, el ancho de espadas que tiene la lista de Torres. Por esa razón, fuentes radicales admitieron a esta columna que es un hecho que la campaña de Sergio Ongarato va a ser muy agresiva allí y prevé instalarse durante muchos días, para lograr hacerse conocido entre los vecinos de la ciudad petrolera.

En la táctica finita de la campaña, el radicalismo sabe que el Talón de Aquiles son las redes sociales, donde el PRO lleva ventaja desde la campaña nacional de Macri en 2015 con una intensa preparación a sus activistas digitales, que ejercen una fuerte trabajo de instalación. Pero a la vez, en el día de la elección, la UCR sigue teniendo clara ventaja en el número de fiscales y su “cancha” en las mesas. Es probable que eso pueda hacer la diferencia si es que la elección se define por muy pocos votos. Como dijimos al comienzo, un final totalmente abierto e impredecible.

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