Nunca se terminó de ir del todo del gabinete, y ya está volviendo. Hace 6 meses, dejaba su cargo como Ministro de Gobierno, luego de dos años de desgaste y en búsqueda una “oxigenación”; hoy regresa para asumir en el área más grande, con más empleados y más presupuesto del estado. José María Grazzini, 44 años, cordobés de nacimiento, pero madrynense por adopción, de militancia justicialista, volverá a ser un hombre clave en la gestión de Mariano Arcioni.

Su perfil es diametralmente opuesto al de su predecesora Florencia Perata y al de su “casi” reemplazante, Valeria Saunders. Grazzini no viene del sector docente, no tiene pertenencia política al partido de gobierno, y no le escapa a los dos temas más candentes: resolver mano a mano las discusiones con la dirigencia gremial, y manejar el presupuesto de la famosa partida 426 para obras escolares.

El currículum de Grazzini es evidente y más claro que el agua: es el recorrido de un político de la vieja escuela. Sus inicios fueron junto al intendente de Puerto Madryn, Carlos Eliceche: en ese municipio, fue primero Secretario de Tierras, y luego Secretario de Gobierno, la mano derecha del jefe comunal en todos los asuntos políticos en épocas en las que incluso, fue candidato a gobernador.

Entre otros roles, además fue vicepresidente del Consejo de la Magistratura, donde fue electo en la boleta del PJ como consejero popular en las urnas. También en sus épocas de estudiante, tuvo una intensa participación en la vida interna de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de la Patagonia, donde aún hay agrupaciones que responden a su conducción.

Después de su paso por la política local en la ciudad del golfo, Grazzini fue secretario del bloque de diputados del PJ-FPV en la Legislatura durante el período 2011-2015, y posteriormente fue electo diputado provincial en el período 2015-2019, donde llegó a ser el número dos del orden provincial durante el último año de la primera gestión de Mariano Arcioni, ya que era el vicepresidente primero de la Cámara y presidía las sesiones.

Grazzini en sus épocas como diputado del FPV.

Al terminar su mandato como legislador, fue convocado por Arcioni para sumarse en diciembre de 2019 como Ministro de Gobierno, cargo en el que estuvo dos años, hasta diciembre pasado.  Desde allí, fue el hombre clave en el diálogo con los sindicatos y los intendentes. Fue el “negociador” oficial en las paritarias, viviendo momentos de gran tensión, como el “secuestro” que sufrió en noviembre de 2019 por parte de manifestantes de la fuerza policial en medio de una reunión con integrantes del Consejo de Bienestar, de la que se retiró a los empujones.

Momento de tensión en noviembre de 2019: Grazzini sale de la jefatura de policía a los empujones.

Su llegada al gabinete, hay que decirlo, hace ruido, y no es todo color de rosas. Para quien conoce las internas, es de sospechar que haya fuertes cruces, por cuestiones de personalidad, especialmente con dos figuras: el ministro de Economía, Oscar Antonena y el ministro de Gobierno, Cristian Ayala.

Con el primero había protagonizado ya fuertes cruces el año pasado, por la política del manejo de recursos. Antonena es el que maneja la “caja” y en muchas ocasiones no coincidieron en cómo se debían gastar los fondos. Es muy probable que eso vuelva a ocurrir ahora con la fuente 426 de Educación, que tiene un presupuesto muy importante que distribuye Economía. Es de esperar que Grazzini pida “manos libres” para tomar decisiones, y que en ese menester, tenga choques con su par de Hacienda.

Hay que recordar que ya en su etapa anterior, Grazzini quiso meter mano más de una vez en la en el manejo del presupuesto educativo; por caso, en lo que consideraba un negociado de años dentro de la contratación del sistema de transporte escolar, un área sin demasiado control y con un gasto altísimo, donde impulsó varias reformas.

Por otro lado, con la llegada de “Pepe” será inevitable un “roce” con Ayala, quien lo sucedió en Gobierno, ya que hasta aquí era quien comandaba con Antonena las negociaciones paritarias con los gremios, y ahora perderá poder, porque Grazzini le “arrebatará” todo lo referente a Educación, que nuclea a la mitad de los empleados públicos.

El regreso de Grazzini puede generar roces con dos ministros: Oscar Antonena y Cristian Ayala.

Un dato clave: la relación de Ayala con el gremio de ATE y especialmente con su líder, Guillermo Quiroga, es muy mala. En esa brecha va a meter seguramente su cuña Grazzini, quien viene sin desgaste y con otra relación hacia el dirigente sindical.

Otra etapa comienza: el gobernador necesitaba resolver el problema de Educación, y recurrió a un viejo conocido. Seguramente ganará por un lado, y se generarán nuevos inconvenientes dentro de su equipo de colaboradores. A veces la política se parece a la teoría de la manta corta, ya que se tapa un problema y se destapa otro.

Será fundamental el equipo que Grazzini arme, especialmente las personas vinculadas al área pedagógica y educativa; serán los especialistas en educación que deberán evaluar y diseñar la política en materia de contenidos y las directivas a directores y supervisores. No es un área sencilla, sino la más compleja de todo el estado, un “elefante blanco”, tal como el mismo Grazzini la definió luego de las reuniones. Arcioni eligió a un conductor político, y ahora deberá rodearlo de técnicos. Ese será el próximo paso.

ADNSUR está certificado por CMD Certification para la norma CWA 17493 de JTI, octubre 2024-2026. Ver más
¿Querés mantenerte informado?
¡Suscribite a nuestros Newsletters!
¡Sumate acá 👇🔗!
Recibí alertas y la info más importante en tu celular

El boletín diario de noticias y la data urgente que tenés que conocer