Comodoro, la ciudad petrolera que comenzó a pensar en verde
Nació como un pueblo con salida al mar, creció entre campamentos petroleros y fue cuna de migrantes, tanto europeos como sudamericanos, que vinieron a buscar una mejor calidad de vida. Comodoro siempre fue tierra de trabajo, pero hace unos años comenzó a pensar en la importancia de la recreación y el esparcimiento, ganando espacios públicos y soñando con un paisaje más verde que cada día contrasta más con los cerros.
Cuando era chico, la avenida Rivadavia era casi un desierto. Los bulevares eran de tierra y a lo largo de su extensión sólo había dos o tres plazas con un par de juegos y mucha piedra. ¿Quién no recuerda, acaso, el tobogán de madera de la Loma o los juegos infantiles que estaban en diagonal a la Seccional Segunda? Allí donde doblaban las líneas 1 y 3, que conectaban el Centro, la Loma y los barrios de zona sur.
Pasaron casi 30 años de aquellos días de bulevares de tierra y mucha piedra, y en la ciudad, poco a poco, el verde contrasta cada vez más fuerte con la aridez del paisaje y los chicos encuentran más lugares para disfrutar de una tarde distinta.
Este jueves, Comodoro Rivadavia cumple 122 años de vida desde su nacimiento. Sigue siendo una tierra petrolera, donde la inmigración está a la orden del día. Sin embargo, hoy no es solo una ciudad de trabajo. Las nuevas generaciones, políticas también, comenzaron a pensar y soñar con una ciudad amigable. El reflejo de esto es la cantidad de plazas con juegos que invitan a disfrutar de una tarde distinta, tanto en verano como en otoño, primavera y, por qué no, en invierno.
Ejemplos sobran, sino basta pensar con la renovada Avenida Rivadavia y la plazoleta que se instaló frente al Natatorio del barrio Pueyrredón, un espacio que hace unos años era un descampado donde solían venir circos y parques de diversiones. Ahora es un lugar de esparcimiento frecuente para las familias, y se une al circuito aeróbico del Liceo Militar General Roca y el espacio de Food Truck, que cada fin de semana invita a almorzar al aire libre, algo impensado hace unos años atrás.
Es que los carritos, que primero se pusieron de moda en Buenos Aires, también tienen un circuito propio en la ciudad. Así se puede disfrutar de una propuesta similar en la Plaza San Martín, uno de los espacios verdes más antiguos, como también en los distintos eventos que se realizan durante todo el año. Eso también cambió.
Artistas de primer nivel llegan cada año a Comodoro. Anoche fue el turno de María Becerra, pero el año pasado estuvo Abel Pintos y hace unos años atrás, cuando la economía era más bondadosa con el bolsillo, llegó Marco Antonio Solís, Joan Manuel Serrat, entre otros.
Es que Comodoro hace tiempo viene trabajando para ser una plaza fuerte en turismo de eventos. El desafío es grande. Sin embargo, el trabajo mancomunado entre el Municipio y el privado hace que cada vez haya más espectáculos en la ciudad. El último año, por ejemplo, volvió el Turismo Carretera, se jugó un amistoso internacional entre Argentina y Chile u se hizo la multitudinaria Feria del Libro, como también el Festín de Sabores y las Expo de Turismo, Industrial y de Deporte que tanta gente convocan.
Este año la ciudad ya fue sede de un importante torneo de voley en el marco del Aniversario, que contó con la participación de la Selección Argentina Sub-19, Boca Juniors y Waiwen. A mediados de año también será sede del Mundial de Fútsal C-20, una de las disciplinas más convocantes de la ciudad.
Es que a pesar de que hace años no tenemos un representante en el profesionalismo del fútbol argentino, el deporte sigue creciendo y año a año más chicos se suman a equipos de Primera División y escalan en las diferentes disciplinas, tanto hombres como mujeres que hacen sus primeras armas en fútbol, rugby y otros deportes.
El último ejemplo de ello, con un gran presente, es Ian Subiabre, quien en la actualidad defiende los colores de la Selección Argentina.
Por supuesto que en Comodoro queda mucho trabajo por hacer para que la ciudad sea más amigable con sus habitantes. No solo en el Centro, sino también en los barrios para mejorar la calidad de vida cerca de casa. Sin embargo, el futuro es auspicioso, en virtud que las nuevas generaciones conviven con estos espacios que llegaron para quedarse. Así, los padres de nuestra generación ya no deben elegir plazas de tierra y piedra, sino aquellas que tienen verde, juegos modernos y que reúnen a las familias en una ciudad que invita a mirar al mar, un Comodoro muy distinto al que nosotros crecimos. Feliz cumpleaños ciudad.