Algunos indicadores ya están a la vista. Uno es el vinculado a la construcción, donde la UOCRA denunció recientemente que ya cuenta 2.000 personas sin trabajo. El problema está vinculado al freno a la obra pública nacional y local, si bien en este último caso se activarán proyectos que servirán como paliativo para atenuar parte de esa cifra.

Sin embargo, el problema estructural que engendra el mercado de trabajo podría extenderse a otras actividades. Aun cuando algunos pocos proyectos puedan reactivarse (según se anunció oficialmente, aunque sin plazos precisos), la falta de oportunidades laborales puede convertirse en un síntoma generalizado en distintas ramas de actividad.

Un síntoma de esto fue advertido el mes pasado desde el gremio de Comercio, que es el sector que genera la mayor cantidad de empleo. El titular del gremio en Comodoro, José González, advirtió que hay despidos “por goteo prácticamente todos los días, a veces uno, a veces 3, pero son pequeños comercios que no pueden sostener la actividad”, había explicado el dirigente sindical.

La UOCRA se movilizó semanas atrás ante el crecimiento de su bolsa de desocupados.
La UOCRA se movilizó semanas atrás ante el crecimiento de su bolsa de desocupados.

Actualmente en Comodoro hay 14.000 personas con problemas de empleo, de las cuales 3.000 son desocupados, 7.000 tienen trabajo, pero están en busca de algo mejor y otros 4.000 son subocupados, es decir que trabajan menos de 35 horas semanales.

Esos números, registrados por el INDEC, no son especialmente negativos, ya que representan una de las tasas de desempleo más bajas de la Argentina. Sin embargo, hay otros indicadores que, si no se les presta la debida atención, podrían estar incubando un problema mayor.

COMODORO-RADA TILLY CON LA TASA DE ACTIVIDAD MÁS BAJA DEL PAÍS

Un reciente informe basado en los datos del INDEC para el primer trimestre del año reflejó un dato que resulta sorprendente, por lo negativo, para Comodoro Rivadavia, ya que lo ubica con la tasa de actividad más baja del país, con un 39,6%. Un número preocupante, considerando que la media del país se ubica en 48 puntos y las ciudades con más dinamismo superan el 50%.

Entre todas las ciudades del país que mide el INDEC, Comodoro presenta la tasa de actividad más baja.
Entre todas las ciudades del país que mide el INDEC, Comodoro presenta la tasa de actividad más baja.

Hay que aclarar que este valor no es una caída respecto de mediciones anteriores, ya que en los últimos años se mantuvo en torno al 40%, salvo el primer trimestre de 2023, cuando alcanzó un 43%.

El dato parece contradictorio con otro indicador, que resulta positivo, ya que al mismo tiempo el aglomerado Comodoro-Rada Tilly presenta una de las 4 tasas de desempleo más bajas del país, con un 2,8%. Sin embargo, ambos datos se complementan entre sí:

“Generalmente, las tasas de desocupación más bajas están asociadas a niveles bajos de actividad”, precisó Alejandro Pegoraro, director de la consultora Politikón Chaco, que elaboró el informe comparativo entre todas las ciudades del país. Y al ser consultado por ADNSUR, respondió:

“La explicación a esto radica en la propia metodología de medición de estos indicadores. Recordamos que la tasa de actividad refiere a la población económicamente activa (es decir, aquellos que están ocupados o que, sin estarlo, buscan insertarse en un empleo) como porcentaje de la población total; la tasa de empleo refiere a la población ocupada como porcentaje de la población total; y la tasa de desocupación refiere a las personas que no tiene ocupación, pero la buscan, como porcentaje sobre la población activa”.

“Cuanto más baja es la tasa de actividad, menos son las personas que se vuelcan al mercado de trabajo y, por ende, son más las personas que permanecen en situación de inactivos -continuó explicando Pegoraro-. Esto significa que no buscan trabajar, estando en edad de hacerlo”.

EN EL ÚLTIMO AÑO, 6.000 PERSONAS PASARON A ESTAR INACTIVAS EN COMODORO

Las razones detrás de la inactividad, siguió el consultor, pueden ser varias: desde las más comunes, como ser estudiantes o jubilados, hasta otros que están vinculados a la decisión personal de no salir a trabajar.

A continuación, hizo un análisis de los datos del INDEC del último año, que reflejan una contracción del mercado laboral por situaciones que podrían vincularse a jubilaciones o retiros voluntarios.

“La tasa de desocupación está directamente ligada a la tasa de actividad y esto genera que haya situaciones que a priori parezcan ser contradictorias: en el caso de Comodoro, en el primer trimestre 2024 cayó la tasa de desocupación, pero también lo hizo la de empleo”, indicó el analista.

“Esto se puede entender de manera más sencilla viendo los números absolutos: la población activa de Comodoro (en la comparación interanual) descendió en 6 mil personas. Es decir, hay 6.000 personas que dejaron de ser activos y pasaron a ser inactivos. Al mismo tiempo, hay 5.000 ocupados menos y 1.000 desocupados menos. Entonces, se puede concluir que las 5.000 personas que dejaron de tener empleo no pasaron a ser desocupadas, sino directamente inactivos”.

La construcción, tanto a nivel privado como público, es uno de los sectores más golpeados.
La construcción, tanto a nivel privado como público, es uno de los sectores más golpeados.

¿Qué pasó con los 1.000 desocupados menos? “No dejaron esa condición por haber conseguido un empleo, sino porque también quedaron inactivos, es decir que dejaron de buscar empleo -completó su explicación Pegoraro-. Así, se reduce la tasa de desocupación, pero esa reducción no redundó en una suba de la tasa de empleo, sino en un incremento de la inactividad”.

Podría deducirse que quienes pasaron a ser inactivos fue por jubilaciones, o bien por un acuerdo indemnizatorio que les permite momentáneamente no demandar otro empleo. Hay que recordar que los jubilados no forman parte de la Población Económicamente Activa, “salvo aquellos casos de personas que, aun siendo jubilados, están trabajando igualmente o están buscando alguna ocupación, lo que suele ocurrir en épocas de crisis de ingresos, como los que vivimos ahora”, aclaró el consultor.

Prestaciones de ANSES pueden disimular, temporalmente, situaciones de desempleo y falta de actividad.
Prestaciones de ANSES pueden disimular, temporalmente, situaciones de desempleo y falta de actividad.

¿Qué pasa con quienes no están en condiciones de jubilarse, pero igualmente quedan inactivos? En muchos casos se da el efecto desaliento, es decir que las personas se resignan a no encontrar empleo y dejan de buscarlo, encontrando momentáneamente otros modos de sustento: changas temporales, el cobro de algún beneficio social (que el actual gobierno está comenzando a recortar), ayuda familiar, etc. A esto debe sumarse la situación de quienes viven de algún tipo de renta, como puede ser el alquiler de una o varias propiedades.

FUTURO INCIERTO

Los datos relevados en forma oficial pueden entrañar una crisis en ciernes, tal vez no de la magnitud de los años 90, cuando se privatizó Y.P.F. Por entonces hubo un efecto de ‘retardo’, ya que el desempleo hizo eclosión tiempo después de las 4.000 desvinculaciones de aquel momento, camuflados como “retiros voluntarios”, ya que el problema tardó en aparecer el tiempo que demoró en gastarse el monto de la plata recibida.

El sector petrolero hoy atraviesa un proceso de reducción, que se ve reflejado por el retiro parcial de YPF, que si bien en Chubut mantendrá su área más importante (Manantiales Behr), del lado de Santa Cruz dejará de operar las 10 concesiones, que siguen prácticamente inactivas porque el gobierno provincial rechazó el traspaso de áreas entre privados.

El freno a la actividad en los campos santacruceños puede impactar también en pymes de Comodoro Rivadavia, ya que muchas empresas contratistas trabajan en ambos lados de la cuenca.

“En el caso de YPF, las personas que queden sin empleo a partir de esa situación posiblemente busquen encontrar otra fuente de trabajo, manteniéndose entonces en situación de actividad, pero si la oferta laboral no cubre esa demanda, entonces se puede disparar la tasa de desocupación”, evaluó Pegoraro.

Hay que tener en cuenta que más allá de que las empresas que se queden con las áreas seguirán operando y demandarán mano de obra, la nueva operación podría hacerse con menor cantidad de empleo, además de las demoras que el proceso todavía tiene por delante para concluir con todos los pasos legales.

La transición energética es todavía una promesa sobre nuevas oportunidades laborales en la región.
La transición energética es todavía una promesa sobre nuevas oportunidades laborales en la región.

Más allá de ese caso puntual, queda el interrogante de cuáles serían las ramas de actividad, por fuera del petróleo y la construcción, que podrían tener crecimiento. La transición energética, que proyecta nuevos emprendimientos industriales y tecnológicos, continúa siendo una expresión de deseos, salvo que la agenda del Congreso Nacional incluya el marco regulatorio entre las prioridades de la última parte de este año.

Y si bien el comercio es el principal empleador, para que ese sector demande empleo, antes deben funcionar a pleno otros motores, que son los que impulsan el consumo. Recientemente, desde el gobierno provincial se anunció la intención de reactivar el astillero del puerto de Comodoro, un emprendimiento que viene frustrándose desde 3 décadas.  

¿Alguien está pensando estos temas en la ciudad? En el mejor de los casos, ninguna promesa de desarrollo llegará de forma inmediata. Algunas, de hecho, están en danza desde la década del 90, cuyo perfume se empecina en persistir hasta estos días.   

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