Son las ocho de la noche del jueves, es día de cruceros en Puerto Madryn y Lara Resnik (30) recién está regresando de una excursión con turistas en la estancia que su familia tiene en Punta Ninfas. 

La joven pide disculpas por la demora y, ante la consulta, explica que de alguna forma su tarea en ese lugar, donde se encuentra una reserva natural de pingüinos de Magallanes, es también el origen del Guardián I.

Por estos días, la embarcación que impulsa su familia está en etapa de construcción en el astillero Tecnao de Tigre. Se espera que en abril esté terminada y ya navegue las costas del Golfo Nuevo a la espera de los permisos que le permitan comenzar a operar.

El barco es totalmente innovador para la zona. Por un lado busca ayudar a remediar el impacto de los residuos en las costas, y por otro pretende impulsar un nuevo producto: el turismo ecológico o de conservación.

“De alguna forma todo está conectado”, explica Lara en el inicio de la charla con ADNSUR. 

“Nosotros siempre hemos tenido un trabajo ambiental bastante fuerte porque trabajamos con turismo de naturaleza y hace unos años, a mi padre con su socia se les presentó la posibilidad de comprar una estancia a 75 kilómetros de Puerto Madryn en el extremo sur del Golfo Nuevo. Allá hay una reserva natural de vida silvestre porque tiene una colonia muy importante de pingüinos de Magallanes que es muy reciente y, si bien siempre tuvimos esa política, en los últimos años hemos comenzado a hacer un trabajo más ambiental porque en esa zona se acumula muchísima basura plástica que sale por las mareas a la costa”.

La basura plástica en las playas es una de las grandes problemáticas ecológicas de Chubut. .

La colonia de la que habla Lara surgió en 2008 y desde entonces “ha tenido un crecimiento exponencial”. Por sus características es un caso de estudio, en virtud de que es raro tener registros de los primeros pingüinos que se asentaron en el lugar. 

En la actualidad, la reserva suma más de 11 mil ejemplares, un número importante en un corto tiempo y, según explica Lara, eso “tiene que ver con la protección que se ha hecho del lugar y el trabajo de conservación”. 

“Por eso de ahí parte un poquito este proyecto de la empresa”, explica en ese sentido.

“Nosotros siempre pregonamos un acercamiento respetuoso a la fauna para que siga eligiendo este lugar como hábitat, se sienta segura y resguardada en estas costas y en estos mares. Y hace unos años empezamos a hacer una limpieza de playas que se llama ‘Limpiando la casa de los pingüinos'. Este año hicimos la séptima edición junto con la Global Penguin Society, que es la organización con la cual creamos todo el protocolo de manejo sustentable de colonia y la que hace todo la investigación de políticas de conservación de pingüinos, y ahora queremos dar un paso en el trabajo de remediación”.

Además de basura plástica en las playas se encuentran otro tipos de residuos, muchos de uso domiciliario.

DEVOLVER AL MAR ALGO DE LO QUE DA

Lara siente que es una responsabilidad cuidar el mar. Creció siempre junto al océano y la naturaleza, y de chica supo lo que es navegar.

“Me acuerdo que siempre dormía en la timonera de las embarcaciones que mi papá capitaneaba. Él empezó con el rubro de turismo cuando era adolescente. Empezó trabajando en las lanchas de avistaje, limpiándolas y ayudando en las ventas y después se hizo capitán. Luego fundó su propia empresa en el momento en que se abrieron las licitaciones para hacer avistajes de ballenas y también operó en Lago Argentino en el parque nacional Los Glaciares. Entonces crecí en estas costas y las amo porque son mi hogar”.

Lara asegura que la zona siempre estuvo percudida, pero nunca tanto como ahora. Por eso siente que hay que hacer algo.

“Es algo necesario. En nuestro caso lo hicimos siempre. Se encontraba algo de basura y era algo natural llevarse los restos, entonces es algo con lo que he crecido y también siento que es una forma de devolver a la naturaleza algo de lo que me dio a mí”.

“Entonces a partir de ahí surge esta idea de involucrarnos en este tema de limpieza de costas. En su momento me puse en contacto con Yago Lange que estaba con un plan de proyecto en la zona, participé de las limpiezas de playas que hubo en Parque Patagonia Azul con la Fundación Rewelding, y después algunas otras movidas con marcas o que ha organizado el Ministerio de Ambiente con escuelas, centro de jubilados, centro de pescadores. Cada vez me fui involucrando un poquito más en la limpieza de playas, y en ese camino nos dimos cuenta que, si bien hay muchísima gente interesada en dar una mano con el tema, lo que falta son herramientas de trabajo que nos permitan eficientizar los procesos de recolección”. 

Lara en una de las tantas limpieza de playa en las que ha participado.

UNA EMBARCACIÓN QUE PROMETE

El Guardian I pretende ser esa gran herramienta. La embarcación se construye bajo el proyecto “Nuestros Mares Náutica Ambiental”, impulsado por Southern Spirit & Yellow Submarine, el otro innovador proyecto que en 2013 lanzó la familia Resnik. 

Su objetivo es contribuir a la preservación de los ambientes prístinos, permitiendo que empresas pesqueras, organizaciones ambientales, entidades privadas, el Estado provincial/nacional o la comunidad en general, colabore de manera sencilla y concreta en la limpieza de las costas.

Y en ese sentido fue pensado y diseñado. El Guardian I mide 13,65 mts de eslora y 4,12 mts de manga, posee una capacidad de carga de hasta 80 metros cúbicos de residuos en una superficie de 40 metros cuadrados y tiene espacio suficiente para transportar vehículos en caso de que las condiciones de la limpieza lo requiera, con bancadas removibles para transportar hasta 70 pasajeros y con un calado de apenas 0,7 mts que permite acceder hasta la costa para mayor eficiencia.

Esto no es un punto menor ya que por sus características puede acercarse a la costa, lo que facilita el trabajo de transporte. 

“Esto es fundamental porque, si bien el pedral es de fácil acceso y podemos sacar la basura con camionetas o un camioncito, nos hemos dado cuenta que en todo lo que es Península Valdés hay sectores donde se acumula un montón de basura y son de difícil acceso porque hay lugares que prácticamente son prístinos, están solamente habitados por la fauna autóctona y en esos lugares es donde más basura hay. Entonces en ese contexto de que es lo que falta para potenciar las actividades de limpieza que ya se están dando, nos dimos cuenta que estaba bueno sumar una embarcación para poder ir a las playas y hacer la limpieza de manera eficiente y rápida”.

El Guardián I se construye en el astillero Tecnoa de Tigre.

Los Resnik esperan en abril poder tener la embarcación en aguas chubutenses y comenzar a operar lo antes posible. Su base de operaciones será Puerto Madryn pero la idea es que opere en todo el Golfo Nuevo, Península Valdés, Golfo San Matías y toda la costa de Chubut, incluso Patagonia y Argentina.

“Queremos devolverle un poco al lugar donde hemos crecido y que elegimos vivir. Creemos que el proyecto surge de manera natural porque es una forma de cuidar de los lugares en los que hacemos uso. Pero la verdad es que todo se hace desde el trabajo en equipo, el cambio se construye de a muchos y hemos visto una aceptación enorme de los actores a los que le hemos comentado la idea del proyecto. Así que yo creo que va a ser súper bienvenido”, dice la joven.

Lara está entusiasmada, sabe que este barco permitirá trabajar sobre el cuidado de playas y también impulsar un producto innovador, que brinda al turista la posibilidad de profundizar su experiencia en el lugar que visita, conociendo lugares donde el turismo convencional y la recolección de residuos tampoco, pero que necesitan ser saneados para el bienestar de nuestro mundo.

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