El 2024 pinta complicado: el escenario que espera a la nueva gestión municipal y el ‘veranito’ financiero de Comodoro que empieza a nublarse
El presupuesto del año próximo tendrá una previsión de gastos de alrededor de 100 mil millones de pesos y la tributaria anual demandará una actualización superior 100 por ciento. Temor a la merma de recaudación y el pedido de “prudencia” desde la nueva gestión.
No es para dramatizar, pero claramente la solidez financiera del municipio de Comodoro Rivadavia no será la misma el año próximo, a partir del deterioro de la economía del país y los efectos acumulados de la inflación. Cuánto queda en el famoso “plazo fijo” y cuáles son los factores que podrían impedir que sea más grave.
El panorama para el año que viene en el marco de la crisis económica del país es desafiante, y hay varios indicadores a los que hay que prestar atención. ¿Qué le espera al nuevo gobierno municipal que asumirá en diciembre, con Othar Macharashvili a la cabeza?
Por estos días, la gestión saliente está elaborando el proyecto de presupuesto 2024, que tendrá una proyección de recursos y gastos en torno a los 100.000 millones de pesos. De ese total, alrededor del 40% se destina al pago de salarios, un 18% para obras. Alrededor de 12.000 millones deberán destinarse a subsidios de transporte de pasajeros y recolección de residuos.
El modo en que crecen esos aportes puede chocar contra el límite mucho más finito de los recursos: si la inflación no se controla a nivel nacional, estos números podrían dispararse como ya ocurrió durante este año, pero con el agravante de una aceleración de costos que puede poner en riesgo otras prestaciones esenciales.
Antes de cruzar a la otra orilla de diciembre, pos-19 de noviembre y la segunda vuelta electoral, hay una mirada preocupada desde los equipos técnicos de Macharashvili: “Tienen derecho a despedirse a toda orquesta, pero hay traslado de gastos que podrían evitarse, ante la incertidumbre de precios que tiene la economía hoy”, reflexionaron desde ese entorno.
LA RECAUDACIÓN NO SUBE AL RITMO DE LA INFLACIÓN
Por fuera de los recursos que provienen de otras jurisdicciones, como la coparticipación de impuestos y las regalías petroleras, la clave es cómo se comportan los ingresos propios del municipio, que normalmente representan el 60% del total.
“Esto tiene una parte positiva, que es la autonomía financiera que le otorga a Comodoro respecto de otras ciudades que dependen más de los fondos provinciales o nacionales –explican desde la gestión a punto de concluir-. Pero también tiene una parte negativa, sobre todo en momentos de crisis, ya que una de las cosas que la gente primero deja de pagar son los impuestos municipales cuando llega fin de mes. Que no aumenten los índices de morosidad es lo primero que hay que cuidar”, aconseja un colaborador con las valijas en preparación.
Al riesgo de la merma en la recaudación por efecto de la crisis económica general se suma otro componente, igualmente negativo. Es que aun cuando los ingresos se mantuvieran constantes, se van erosionando frente al avance de la inflación.
Por lógica, lo que se recauda en enero no tiene el mismo valor que la recaudación de marzo, ni mucho menos la de octubre o noviembre. Es que mientras esos valores se mantienen constantes, la inflación va restando poder adquisitivo y provocando suba de costos.
Un ejemplo claro es el subsidio al transporte público de pasajeros. A principios de año, el municipio destinaba 120 millones de pesos por mes. Luego subió a 140 millones y en el mes en curso llegó a los 422 millones de pesos, según datos oficiales.
“Por más que la recaudación sea buena, no alcanza para cubrir la suba de costos. Lo mismo pasa con la paritaria municipal, que ya lleva algo más del 83% y si se suma el 18% de enero, está superando el 100% -apuntó otro observador de datos-. Los ingresos, aunque sean buenos, no aguantan”.
A diferencia de un negocio de cualquier rubro, en el que la suba de costos se puede trasladar a los precios, los ingresos municipales no se actualizan con la inflación. Al menos eso es lo que pasa con los principales impuestos, como el automotor o el inmobiliario, que comienzan cobrándose a un valor en enero y terminan en el mismo monto en diciembre.
La excepción está en los Ingresos Brutos, que se tributa sobre un porcentaje de las ventas, cuyos volúmenes crecen con la inflación. Sin embargo, advierte una de las fuentes consultadas, en este caso hay una compensación negativa, marcada por la suba en la morosidad que provoca la caída de ventas por suba de precios.
También la tasa de higiene urbana contempla una actualización en dos períodos del año, mientras que en 2024 se propondrá hacerlo en 3 etapas; pero también la suba de subsidios para este servicio, que en el próximo ejercicio alcanzaría los 6.000 millones de pesos, reflejaría que o bien hay morosidad creciente, o bien la constante suba de costos no es compensada por aquellas actualizaciones.
LOS PLAZOS FIJOS DEL MUNICIPIO: de 4 MASAS SALARIALES, LA RESERVA SE REDUJO A LA MITAD
En la ciudad siempre se habla del “plazo fijo” conformado con recursos excedentes del municipio, como uno de los indicadores de la solidez financiera de los últimos años, en especial desde que se puso en vigencia la ley de Hidrocarburos, en el año 2012.
En realidad, esas reservas están conformadas por dos fondos, con fines específicos. En el primero se depositan fondos excedentes de regalías hidrocarburíferas y se destinan específicamente a obras públicas. Este se ha mantenido en términos relativamente estables. El segundo es el que más preocupa, ya que es el que se usa para cualquier imprevisto o emergencia y es notorio cómo se ha reducido.
Como indicador de esa merma, ADNSUR pudo saber que en los mejores momentos se llegó a guardar 2.400 millones de pesos, cuando la masa salarial equivalía a 600 millones de pesos. Es decir, el respaldo en aquel tiempo, no hace muchos años atrás, llegó a representar 4 masas salariales completas.
Hoy, la misma cuenta tiene un saldo de 1.100 millones de pesos, pero la masa salarial ascenderá, desde noviembre y con la reciente recomposición salarial acordada con los gremios municipales, a 2.200 millones de pesos.
Dicho de otro modo, la reserva se redujo a la mitad. No es que se haya dilapidado, ya que el fondo fue utilizado para cubrir las necesidades operativas. “Gran parte de las ampliaciones presupuestarias a lo largo del año se fueron cubriendo con esa reserva, que de no existir, las complicaciones serían aún mayores”, aclaran desde la administración actual.
El restante plazo fijo tiene un monto actual del orden de los 2.500 millones de pesos y su uso está destinado en gran medida a cubrir las redeterminaciones de precios de la obra pública. Otra vez, también en esto juega en forma negativa el ritmo inflacionario. Según pudo saberse, hay certificados de actualización que resultan más altos que el monto original de la obra, que se cobra a 60 días y la inflación acumulada en ese lapso limita el recupero de las empresas. Como consecuencia, “muchas levantan la pata del acelerador, la obra va más lenta y el municipio gasta menos, pero esos fondos no pueden ser usados para otra cosa”, contó uno de los funcionarios que conoce de cerca esa mecánica.
LA PRÓXIMA ORDENANZA TRIBUTARIA Y LA PROYECCION PARA EL 2024
Además del presupuesto 2024, antes de fin de año se deberá tratar la ordenanza tributaria anual, que tendría una pauta de actualización de entre el 100 y 120%. Aun cuando tendrá un impacto que parecerá resonante, estará creciendo por debajo de la inflación, lo que significa que queda a mitad de camino para ambos lados: los contribuyentes se quejarán por la suba, pero aun cuando parece impactante, no terminará de cubrir la suba de costos por la economía inflacionaria del país.
De ese modo, la incidencia de los recursos recaudados sigue por debajo de la evolución real de los costos, lo que supone una pérdida en términos reales. Esto plantea para la próxima gestión un fuerte desafío a la hora de actualizar algunas prestaciones.
Aunque parece repetido, el ejemplo del subsidio al transporte es una de las variables que más preocupa de cara a lo que viene. No sólo por la suba de costos constante y el retraso en la aplicación de las actualizaciones tarifarias (la última que se aprobó en el Concejo Deliberante, recién entrará en vigencia en el mes de diciembre), sino porque no hay certezas de qué pasará con el aporte del subsidio nacional.
“Si el próximo presidente es Milei, el aporte que hoy hace Nación, de 84 millones de pesos, desaparece, lo que significa que el municipio tendría que afrontar un mayor costo”, razonó otro interlocutor, sin ánimo de sumarse a la campaña ‘Tarifa Bullrich y Tarifa Milei’ que se pregonó en Buenos Aires días antes de las elecciones. Es que la decisión que se adopte a nivel nacional. más allá de la discusión política, tendrá una clara incidencia en los costos que el municipio deberá decidir si afronta o si traslada a los usuarios.
En suma, al hecho de una ecuación económica en la que los recursos se achican frente a la inflación, se le puede añadir el agravante no sólo de suba de costos, sino de nuevas exigencias. El panorama no es de catástrofe y obviamente hay otros municipios en la provincia, como Trelew o Esquel, que hoy afrontan inconvenientes más delicados, pero el hecho de que Comodoro Rivadavia pierda solidez da la magnitud de los efectos de la crisis económica.
En ese contexto, la discusión salarial con los empleados municipales adquiere singular relevancia. Los gremios ya avisaron que esperan otra recomposición en noviembre, algo que el Ejecutivo actual no pretende reabrir, considerando que esa obligación deberá ser resuelta por la próxima gestión.
“El promedio salarial de los empleados municipales es de 500.000 pesos –se indicó-, algo que pocos municipios del país pueden contar. Otra discusión es si ese salario alcanza para vivir hoy, pero es un valor que refleja el esfuerzo que se hizo”. La descripción anticipa el tenor que podría tener la discusión a mediados del mes próximo.
¿NOS ‘SALVLARÁ’ EL PETROLEO?
Los ingresos que provienen de otras jurisdicciones son los que pueden compensar parte de las caídas que provoca la inflación, en especial los vinculados al petróleo. Las regalías petroleras se mantuvieron este año en buen ritmo, pero conforman un factor demasiado imprevisible.
Este ingreso depende no sólo de lo que pasa en el mercado internacional, sino de los vaivenes propios de la política interna del país y de la producción, que en la cuenca arrastra una baja del 2% anual, pese a los esfuerzos por detener ese declino.
Además, también dependerá de las decisiones que tome el próximo gobierno nacional. Hay que recordar que hoy, pese a que el petróleo en el mercado internacional cotiza por encima de 85 dólares por barril, los precios que rigen en el país están muy por debajo. A Neuquén se le reconocen 58 dólares, mientras que Chubut obtiene 66.
Es posible que con la actualización del precio oficial del dólar, algo que tendrá que hacer el próximo presidente, ya sea Javier Milei o Sergio Massa, las regalías reflejen un salto positivo en los primeros meses del año próximo. Sin embargo, la duración de ese efecto positivo dependerá del plan económico, ya que si la inflación no es controlada, en poco tiempo esa masa de recursos adicionales vuelve a licuarse.
EL PEDIDO DE PRUDENCIA DESDE LA NUEVA GESTIÓN
Todo el panorama es compartido desde ‘el gabinete en armado’ de Macharahsvili, pero desde ese búnker hacen algunas salvedades. “En el marco de incertidumbre actual y a la espera de las definiciones del 19 de noviembre, que van a tener mucho impacto para nuestra región, como el hecho de si habrá o no subsidio para el transporte, hemos pedido que haya una gran cuota de prudencia en los gastos de estos últimos meses”, advirtió uno de los interlocutores de confianza del futuro intendente.
La preocupación también alcanza a la discusión paritaria con los agentes municipales, ya mencionada más arriba. “Esta gestión hizo un gran esfuerzo no sólo en pauta salarial, sino en las recategorizaciones, que implican mejoras salariales importantes”, reconocen desde el futuro gobierno. Sin embargo, el halago sirve como soporte al pedido, sutil, de no innovar más en materia salarial, hasta que Macharashvili tome las riendas el 10 de diciembre.
Hay otros compromisos cercanos, como los fondos que se necesitan para garantizar el servicio de guardavidas (65 bañeros a 450.000 pesos mensuales de contrato) y las Colonias de Vacaciones de verano, que es uno de los puntales de la política social de los últimos gobiernos.
En el futuro cercano aparece también otra priorización de gastos, según los compromisos de campaña del intendente electo. Entre enero y marzo habrá recursos destinados al ‘chek-list’ de edificios escolares, al menos en los aspectos básicos vinculados a electricidad, agua y calefacción. Por eso, insisten desde los despachos que hoy están en el Concejo Deliberante y preparan la mudanza hacia Moreno 815, hay que reducir el traspaso de gastos hacia la nueva administración.
Esa transición encierra mucho más que el plazo de 6 semanas. Antes hay que esperar los resultados del 19 de noviembre, que dispondrán el marco de las definiciones macro económicas del país. Después de eso empezará temporada de calor, justo cuando las cuentas públicas de Comodoro parecen terminar ‘el veranito’ que las venía acompañando.