“No fui de los primeros pero empecé en el paracaidismo en el 62 y dejé en el 92”, dice Osvaldo Corbalán, el hombre que trajo los primeros cursos de paracaidismo a Comodoro cuando los practicantes aún se tiraban con paracaídas redondos. 

Osvaldo es mendocino pero hizo gran parte de su carrera militar en Comodoro Rivadavia, donde luego de varios destinos finalmente se retiró y se radicó.

Estudió en el Liceo Militar General Espejo y cuando se recibió de subteniente fue destinado al Regimiento de Infantería 8, General O’Higgins, aunque no por voluntad propia, dice entre risas. “No vine por voluntad, me mando mi familia, porque el primer Corbalán estuvo destinado en el Regimiento 8 en 1914, se llamaba Eugenio Corbalán, era el hermano de mi tatarabuelo. Desde 1906 hay militares en mi familia”, dice con orgullo.

Precisamente cuando estaba en esta ciudad, donde finalmente se asentó el Regimiento 8, fue cuando Corbalán se decidió a hacer el curso de paracaidismo en la Escuela de Tropas Aerotransportadas Córdoba. Así empezó su vida en los cielos.

Sin embargo, su espíritu entusiasta años más tarde, lo llevó a traer el curso a Comodoro para que otros lo puedan hacer. El mismo se realizaba en inmediaciones del Liceo Militar General, donde estaba la zona de adiestramiento y los aspirantes rendían en Córdoba. 

“Lo hicimos durante bastante tiempo. Unas 30 personas lo habrán hecho en total, todos chicos jovencitos, inclusive una chica, que era novia de un cadete pero no pudo rendir por cuestiones físicas. Fue una linda experiencia”.

El docente que fue militar y paracaidista e hizo más de 1000 saltos en toda Argentina

Tras su paso por el Regimiento 8, Corbalán fue destinado al Regimiento de Infantería de Montaña 26 “Coronel Benjamín Moritán” de Junín de los Andés. Luego pasó por el Elemento 2 y también por el Regimiento de Infantería de Montaña 31 de Mendoza. En esa provincia también estuvo en el Comando de Brigada y luego pasó a la Escuela de Guerra. Pero su destino estaba en Comodoro y volvió al Regimiento 8 como mayor.

Finalmente en 1992 se retiró de las fuerzas armadas, y se volcó a la docencia, como profesor de geografía, algo que sucedió por casualidad, asegura. “Entre por casualidad. Yo vivía en la calle Chacabuco, mis hijas iban al María Auxiliadora y un día me llama la hermana y me dice ‘venga a dar clases acá’. Yo le dije ‘no tengo problema, pero están mis hijas’. ‘No hay problema’, me dijo, ‘pero si hay examen’, le respondí. ‘Venga y listo’, y así empecé”, dice entre risas.

Su ingreso a la docencia fue un camino de ida. Durante más de 6 años dio clases en distintas escuelas, entre ellas, la 711 y 769, Martín Rivadavia, Argentina Germana y Biología Marina, hasta que en 1998 sufrió un ACV que lo alejó de la actividad.

En el 77 aniversario del Comando de la IX Brigada Mecanizada, Osvaldo fue reconocido por su trayectoria.
En el 77 aniversario del Comando de la IX Brigada Mecanizada, Osvaldo fue reconocido por su trayectoria.

Osvaldo en la actualidad tiene 82 años, y aún siente nostalgia por el paracaidismo. “Es como el cigarrillo, es peligroso, nadie quiere que lo hagas, pero necesitás hacerlo. Es algo que te gusta o no porque tenés miedo desde el primer hasta el último salto”, dice este hombre que se animó a incursionar en la disciplina desde la Patagonia. 

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