¿Qué motiva a una chica de solo 23 años a querer ayudar en lugares donde todo es riesgo, peligro y dolor? Milagros asegura que es la vocación de servicio, aquel valor que la llevó a inscribirse en bomberos voluntarios y comenzar un camino de formación y ayuda para la comunidad donde vive hace seis años. 

La adolescente recientemente participó del Encuentro Federal de Formación de Jóvenes Líderes, un evento que se realizó con el fin de dar a conocer el trabajo en asistencia humanitaria internacional y gestión del riesgo de desastres que se hace en Argentina. Milagros fue uno de los representantes de Chubut junto a otro joven bombero de Gualjaina, que al igual que ella, fue elegido por su asociación para participar del encuentro que durante cuatro días se realizó en Chapadmalal y que terminó con un simulacro de actuación.

Para Milagros fue un viaje de ida. Por eso, no duda en decir cuál es su próximo objetivo: “quiero intentar ingresar y ser voluntaria de la organización. Es algo que quiero hacer, me gustó mucho cómo se organizan, lo que hacen, así que mi idea ahora es iniciar el papeleo de inscripción e inscribirme”.

Milagros fue una de las dos bomberos de Chubut que participó del Encuentro Federal de Formación de Jóvenes Líderes.

JUVENTUD Y VOCACIÓN DE SERVICIO

Milagros tiene solo 23 años, es muy joven y sabe lo que quiere. Nació en Comandante Piedrabuena, pero hace seis años por el trabajo de su papá, un suboficial del Ejército que está destinado en el Liceo Militar General Roca, vive en Comodoro Rivadavia. 

En esta ciudad terminó sus estudios, en la Escuela 796 “Antonio Berni”, y comenzó su trabajo como bombera voluntaria, aquella vocación de servicio que descubrió en el último año de secundaria.   

“Fueron varias cosas que me llamaron la atención”, cuenta al recordar cómo fue ese momento. “Se me metió en la cabeza en 2017, en el último año de secundario, averigüé y en 2019 abrieron la escuela de bomberos, así que no dudé y me anoté. Pero la principal cuestión fue querer ayudar. Es algo que siempre me llamó la atención, y al conocer la Asociación de Bomberos pensé que era una buena opción. También conocía la historia de mi papá, que fue cadete cuando era chico y escuchaba las historias con mi tío. Pero además también influyeron varias situaciones que pasaron en mi pueblo”.

Milagros formó parte de aquella camada de jóvenes que realizó el curso en pandemia, muchos adolescentes que hoy integran los diferentes destacamentos de la ciudad. Desde entonces forma parte de la institución prestando servicios en el Cuartel Central.

Para ella la unidad de Estados Unidos e Hipólito Yrigoyen es su casa, el lugar donde vive y pasa sus horas de descanso, entre estudios y emergencias. Es que además de bombero, es estudiante de Ciencias de la Educación en la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco.

La joven cursa sus últimas materias y todavía analiza cuál será su destino una vez que termine la universidad. Sus opciones son varias, admite. Sin embargo, hay dos alternativas que le gustan: “la docencia es una opción y también me llama la atención el razonamiento pedagógico y psicopedagógico, así que estoy viendo”.

Milagros fue parte de la camada de bomberos que realizó el curso en medio de la pandemia.

En el medio, por supuesto, está su vocación de servicio, su intención de ayudar y seguir creciendo en el oficio. De eso se trata de alguna manera el voluntariado de Cascos Blancos, el organismo del Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto que presta asistencia humanitaria en misiones de desastre, tanto en Argentina, como en Ucrania y Turquía, donde hubo equipos recientemente, y también otros países.  

“Es algo que me gustaría hacer. En el encuentro conocí mucha gente de la institución y el objetivo que tienen. Pudimos comprender cómo se afrontan este tipo de desastres. Fueron dos días de charlas, debates y el domingo se hizo una simulación. Teníamos que presentarnos a diferentes instituciones y actuar en ese sentido. A mí me tocó representar al Ministerio de Salud y fue interesante, porque al mismo tiempo teníamos la presión de tener que hacer todo rápido y actuar ante diferentes situaciones, porque incluso teníamos prensa. Así que fue una experiencia muy linda”.

Ahora será tiempo de esperar, completar formularios e ir en la búsqueda de esa posibilidad, tal como hizo hace dos años cuando se sumó a Bomberos Voluntarios, la institución que nuclea a muchos jóvenes de la ciudad que sienten la vocación de servicio con el afán de ayudar a su comunidad.

Milagros ahora quiere ser Casco Blanco, organismo de ayuda humanitaria que tiene Argentina.
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