El pliego ingresado al Concejo Deliberante de Comodoro Rivadavia para establecer el nuevo contrato de concesión del transporte público, por un período de 9 años, deja entrever que el sistema continuará en similares condiciones actuales durante los primeros años, un esquema de subsidios municipales -que cubren incluso, en ocasiones, con anticipos los aportes que deben llegar de Provincia y Nación- que crece al ritmo de la desenfrenada espiral inflacionaria de la economía del país.

La reformulación del sistema del transporte público de pasajeros en la ciudad sigue siendo una promesa y tarea pendiente, mientras la lectura del pliego de condiciones ingresado en la última sesión lleva esa expectativa para más adelante.

Los cambios en el sistema de transporte se plantean para dentro de 3 años.

En rigor, se plantea la meta de reformular profundamente el sistema, pero esto se iniciaría en un período de entre 3 y 6 años. De acuerdo con la iniciativa, el nuevo contrato se divide en tres etapas, de 3 años cada una. En un “primer tercio”, concretamente, el servicio continuará en las mismas condiciones actuales, salvo algunas modificaciones de líneas.

Recién para el “segundo tercio” del nuevo contrato, es decir después de 3 años, se propone  el objetivo de crear “un servicio basado en un ‘sistema Intermodal de Transporte Público de Pasajeros’, basado en estudios efectuados en la ciudad, desde hace más de 10 años”, según consigna el proyecto.

UNA CONDICION DEL PLIEGO QUE PODRIA ABRIR LA PUERTA A LA COMPETENCIA

Desde la vereda de Juntos por el Cambio, el primer rechazo estuvo dado por el plazo de 9 años, ya que al no alcanzar los 10, se interpretó que podría atravesar el proceso de licitación y nueva adjudicación de contrato, sin doble lectura ni audiencia pública, de acuerdo con los mecanismos que prevé la Carta Orgánica Municipal.

Desde el Ejecutivo se salió a aclarar que esa crítica es errada, asegurándose que el proceso no evitará la audiencia pública, instancia en que los usuarios pueden participar para brindar sus opiniones, críticas y sugerencias. Esto sería así independientemente del plazo de la concesión, según enfatizaron desde el municipio.

Esa discusión, en todo caso, será parte del debate en el seno legislativo, junto con otros interrogantes escuchados en los últimos días. Quedará pendiente una solución cabal al problema de los subsidios, cuyo manejo  recaerá en la próxima gestión municipal.

Ese objetivo, de trasladar la asistencia del municipio hacia los usuarios que lo necesiten por razones justificadas y no hacia la empresa prestataria, se prevé también para el segundo o tercer tercio. También en este caso, el plazo se extiende en no menos de 3 años, pudiendo llegar hasta los 9.

El artículo 12.4, en el capítulo referido a las condiciones de los posibles oferentes, estipula la exigencia de que las empresas que se presenten a la licitación deben tener radicación efectiva en Comodoro Rivadavia, en cumplimiento de lo establecido por la Carta Orgánica Municipal, siendo además generadora de empleo local.

El artículo 12.4 podría contener una llave para el arribo de otra empresa interesada en ofrecer el servicio en Comodoro.

Una primera interpretación puede hacer referencia a que esa condición dejaría en carrera sólo a Patagonia Argentina. Sin embargo, a continuación añade la posibilidad de que “la oferta estuviera integrada por dos o más oferentes”. En ese caso, bastaría con que uno acredite el recaudo de la radicación para ser considerado local, siempre que mantenga el 51% de la participación.

En relación a ese último apartado, hay quienes se preguntan si podría ser la puerta para el ingreso de un segundo oferente, aun cuando deba asociarse con la actual prestataria, o bien con otras empresas locales, interesadas en participar del servicio.

¿Sería el fin del monopolio del transporte? Esa condición siempre se justificó en las dificultades que plantea el ejido urbano comodorense, su gran extensión y la cantidad de kilómetros improductivos, con una muy  baja proporción de pasajero por kilómetro. En las próximas semanas, según el resultado de la licitación, podrá resolverse el interrogante.

EL PESO CRECIENTE DE LOS SUBSIDIOS

Además, el tema que empieza a preocupar, de cara a la próxima administración municipal, es el crecimiento de los subsidios que aporta el municipio. Tal como informó ADNSUR días atrás, la partida anual de 1.800 millones de pesos destinada al transporte público en el presupuesto local ya fue consumida, según reconoció el subsecretario de Transporte, Adrián Rodríguez.

Esto significa que, de no haber un incremento en las partidas que destinan Provincia (de apenas 16 millones de pesos) y Nación (de 84 millones de pesos por mes), el municipio terminaría aportando este año más de 3.000 millones de pesos, salvo que se decida blanquear definitivamente el precio del boleto: hoy, sin esas asistencias combinadas, el valor real ascendería a 414 pesos.

La lentitud en el proceso de hacer más eficiente el uso de los subsidios lleva ya varios años. De hecho, cuando se creó el sistema de pago mediante la tarjeta SUBE, en 2016, el objetivo anunciado era para “subsidiar a la demanda y no a la oferta”.

El uso de la tarjeta SUBE debería posibilitar un aprovechamiento más eficiente del subsidio, pero en 7 años de vigencia no se logró cumplir esa meta.

Sin embargo, en siete años de vigencia del uso de ese plástico, el sistema sigue igual, con transferencias automáticas de los subsidios a las empresas prestarías (Patagonia Argentina y Transportes Diadema). Y ahora, en el proyecto para la nueva concesión, pasarán no menos de 3 años sin modificación alguna. El problema es que cada vez se recarga más sobre la espalda del municipio.

¿A cuánto llegará el subsidio municipal, considerando que es muy difícil que Provincia incremente su exiguo aporte, mientras que Nación tiene su propio laberinto económico, en el que no cabe esperar recursos como por arte de magia?

Estos planteos hacen que no se descarte que la nueva gestión haga una revisión del nuevo contrato, que necesariamente deberá adjudicarse antes del próximo 30 de septiembre, ya que la ciudad no podría quedar sin servicio.

CÓMO SERÍA EL NUEVO SISTEMA DE TRANSPORTE

El cambio total del sistema se contempla, como se dijo, para el segundo tercio, es decir para fines del año 2026. De acuerdo con lo que se lee en el proyecto, el nuevo sistema “contemplará la prestación de un servicio radicalmente diferente al actual, sustentado en un ‘Recorrido Troncal Principal’, a lo largo de la avenida Yrigoyen, que conecte los ‘Centros de Transferencia Integrales de Pasajeros’ (CTIs), con un servicio del tipo central, de elevada frecuencia y vehículos de gran capacidad de transporte”.

Complementando esa línea troncal, se añadirían las líneas ramales, que vincularían las dos centrales a ubicarse en la zona céntrica y en km.3, pero también para conectar las arterias principales de circulación con distintos barrios de la ciudad, mediante el uso de vehículos de mayor agilidad.

Este punto también genera dudas en relación a la posibilidad de que haya oferentes interesados en la licitación. “¿Quién va a querer ofertar hoy, sin saber la inversión que tendrá que hacer dentro de 3 años?”, se analizó en el seno de la oposición.

El artículo 36 del proyecto incorpora una advertencia a favor del municipio, al establecer la prohibición de garantizar la rentabilidad empresaria, como ha ocurrido en otros períodos del contrato.

La característica del transporte público en la ciudad es de grandes distancias con baja densidad de pasajero por kilómetro. ¿Habrá nuevos oferentes?

“La municipalidad concedente de ningún modo garantiza a la concesionaria rentabilidad alguna por los servicios comprendidos en la concesión, ni el equilibrio de la concesión económica financiera de la misma –establece ese artículo-. Por consiguiente, la concesionaria carecerá de toda acción contra la Municipalidad de Comodoro Rivadavia, que tenga por objeto reclamar sumas de dinero por no tener rentabilidad en la explotación de los servicios comprendidos en la concesión, o invocando desequilibrio en la ecuación económica financiera”.

Ese punto ha marcado la relación, a lo largo de cinco décadas, entre el sistema de transporte y el municipio, donde hay una larga historia de juicios, ganados por la compañía y el estudio jurídico que la representa, en relación a los márgenes de rentabilidad.

El servicio suele afrontar fuertes cuestionamientos por parte de sus usuarios, en especial por las frecuencias que escasean en determinados horarios y otras condiciones en que se desenvuelve. Será otro de los temas que deberán resolverse en estos últimos meses y que no quedarán afuera de los debates que planteará la transición, hacia el próximo gobierno municipal.

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