“En un momento me preocupé y pensé: ‘Estoy criando a un drogadicto’”, dijo Julian Weich sobre su hijo 'hippie'
El reconocido conductor televisivo sorprendió al hablar sobre el camino de vida elegido por Jerónimo. "Yo era el que estaba mal", reconoció.
El reconocido conductor televisivo Julián Weich sorprendió este sábado al hablar sobre el camino de vida elegido por su hijo y aseguró que en un momento "me preocupé y pensé: ‘Estoy criando a un drogadicto’”.
Los dichos de Weich se dieron en el marco de una charla con Andy Kusnetzoff en su programa PH, donde el conductor dio detalles sobre su relación con Jerónimo.
“Mi hijo a los 19 años tenía lo que tiene un chico de clase media que tiene la chance de elegir. Estudiaba cine, jugaba al rugby en el Liceo Naval, trabajaba en un gimnasio... una vida normal de un chico de 19 años. Y un día me dice: ‘Me voy de mochilero al norte’”, comenzó su relato.
Y sumó: “Yo, que soy más fanático del rugby que él, pensé: ‘Se va tres meses y vuelve para la pretemporada de enero y para jugar con el plantel superior en marzo’. Yo me hacía la historia, pero no volvió más el pibe, se fue y apareció en México”.
“Empezó a evolucionar su viaje con una búsqueda interna. Al principio fue de exploración y, de pronto, se transformó en uno de autoconocimiento porque empezó a vivir ese viaje como algo espiritual”, explicó además sobre la elección del joven.
“Aprendió a hacer malabares y es el típico que vos ves y le preguntás de dónde es y te responde: ‘De Venezuela, de Colombia, de Argentina’. Vive así, hace malabares y con eso consigue la plata y vive donde quiere y cómo quiere”, detalló.
En ese sentido, contó que inicialmente se preocupó por la decisión tomada por Jerónimo.
“En un momento me preocupé y dije: ‘Estoy criando un drogadicto y no me doy cuenta’. Porque probaba esto y lo otro. Pensaba: ‘Me equivoqué, me equivoqué... ¿cómo lo recupero a este pibe?’. Dije: ´Ya sé, lo llamo y le digo que lo extraño y que se venga, que después lo mandaba de vuelta, era solo para verlo", dijo.
Y cerró: "Cuando lo fui a buscar a Ezeiza te juro que lo hubiese dejado ir de vuelta, porque yo estaba totalmente equivocado. Lo que me contaba de su viaje no era mi fantasía, era un viaje de autoconocimiento de él, me hablaba de meditación y de yoga. Yo era el que estaba mal, el adicto“