Cecilia Bolocco: “Me dijeron que a mi hijo Máximo le quedaban dos años de vida”
La empresaria chilena, ex pareja del fallecido Carlos Saúl Menem, habló sobre el diagnóstico de cáncer de su hijo y cómo la tragedia se convirtió en una "bendición"
Cecilia Bolocco sorprendió a todos en las últimas horas al hablar sobre su vida y la salud de su hijo Máximo Ménem, de quien afirmó, le dijeron "que le quedaban dos años de vida".
La empresaria chilena, ex pareja del fallecido Carlos Saúl Ménem, habló con E! Online Latino sobre los momentos más difíciles de su vida, en el marco de su cumpleaños 56.
“A pesar del dolor, las angustias y las grandes pruebas que llegan en la vida, uno tiene que encontrar un espacio para sonreír. Uno no puede enfrentarse a esas pruebas acabado, desolado…”, comenzó su relato Bolocco en relación a su hijo.
“Atravesamos una enfermedad tan catastrófica, con un diagnóstico tan espeluznante –me dijeron que le quedaban dos años de vida– y, aun así, nosotros encontramos nuestros momentos para sonreír”, aseguró.
“Nunca dejamos de jugar", recordó ante la pregunta de dónde hallaban esas risas en medio del duro momento.
"Cuando finalmente llegamos al hospital St. Jude (Memphis), yo me había quebrado el pie izquierdo, estaba con la bota (…) Como el hospital era muy grande y había que trasladarse de un lugar para otro, Máximo me ‘obligó’ a sentarme en una silla de ruedas y, ¿saben lo que hacía? Me hacía chocar contra las paredes y las puertas. [Se ríe]. Entonces cuando él estuvo muy, muy mal y necesitó la silla de ruedas, yo le hacía lo mismo a él. Nos reíamos a carcajadas, la gente nos miraba como si estuviéramos locos y nosotros estábamos jugando”, añadió.
Su rol como directora de la Fundación CARE y la Fundación Nuestros Hijos fue otro de los temas tratados por Bolocco, quien afirmó que eso "es la razón de mi vida en este momento, donde va toda mi energía".
"Después de la experiencia que viví con Máximo –que nos costó mucho llegar al lugar indicado y que pudiera acceder al tratamiento necesario aun teniendo los recursos–, cuando regresamos a Chile, volví con una gratitud tan grande que me dije: ‘Tengo que trabajar para que todos los niños chilenos y, por qué no todos los de América Latina, puedan acceder al mejor tratamiento y a la mejor tecnología. No puede ser que los niños que tengan cáncer en el sistema nervioso central, como tuvo mi hijo, corran con el riesgo de quedar con tremendas secuelas. Esa tecnología existe y hay que traerla (…)’. Ahora estamos a punto de firmar muchos acuerdos, entre ellos con el Ministerio de Salud, para que Chile sea el primer país sudamericano donde podamos contar con el tratamiento de protones. Estoy tan feliz, le ha dado un nuevo sentido a mi vida. Esta enfermedad que atacó a mi hijo y que nos puso frente a un abismo terminó siendo una gran bendición porque me puse a trabajar para que los padres tengan la tranquilidad de que están en el camino correcto y que sus hijos se pueden tratar con la mejor tecnología y los mejores protocolos”, completó.