La historia de Lucía Gutiérrez Escribano, la radatilense que la rompió en La Voz Argentina e integra la academia de Cris Morena
Lucia esta semana fue la gran protagonista o estrella de Comodoro Rivadavia y Rada Tilly, su pago chico, donde creció y viven sus padres y amigos. Nieta e hija de una familia tradicional de la zona, a la joven siempre le gustó la música y la actuación. Pero el camino no fue fácil y para dedicarse de lleno a lo que le gustaba tuvo que romper algunas estructuras y elegir un camino difícil.
“Si tengo que encontrar un origen de donde viene su inclinación artística, viene de mi mamá”, dice Juan Gutierrez Hauri, el abogado, padre de Lucia Lucia Gutiérrez Escribano, la radatilense que la rompió en La Voz e integra la academia de Cris Morena.
En una semana agitada en el campo, su actividad paralela a las leyes, Juan no oculta el orgullo que siente por su hija, quien cautivó al jurado del programa de Telefe y se quedó con uno de los lugares en el Team Lali.
Desde San Cayetano, provincia de Buenos Aires, cuenta que a Lucia siempre le gustó la música y la actuación, y cree que debe venir de su madre. “Debe de venir de mi mamá. Ella no es profesora de piano pero tocaba el piano. Maestra de música en jardín de infantes y maestra de piano. Siempre fue la que dirigía el coro en mi pueblo, el coro de la escuela, el coro de la iglesia. Entonces debe venir de ella, porque de mi y mi señora no esperes nada así”, dice entre risas.
Como dijo Lucia, una vez que fue elegida por el jurado, sus padres no se destacan por ser grandes cantantes, pero si sus hermanos. En su caso, es la mayor de seis hermanos: cinco mujeres y Juan Hipolito, el más chico de todos que se vuelca más por el fútbol que por la parte artística.
Como a Lucia (27), a Manuela (24), Francisca (22), Antonia (20), y Rafaela (16) también les gusta la música y cantar. En el caso de su hermana posterior, es violinista y musicoterapeuta, mientras que Rafaela toca el piano, y Francisca y Antonia también cantan.
En su caso, a Lucia siempre le gustó la música y la actuación, pero para poder dedicarse a ello tuvo que romper algunas barreras personales y familiares, tal como admite su padre.
Es que la joven, una vez que terminó la secundaria en el Complejo Educativo Everardo Casa Tilly, decidió volcarse por las carreras tradicionales.
Su primera elección fue Medicina en la Universidad Austral de Pilar. “Le fue bárbaro”, cuenta su padre. Sin embargo, ella quería hacer algo vinculado al arte, pero aún no estaba lista para pegar el salto. Así que ingresó a estudiar derecho en la Universidad Torcuato Di Tella y en paralelo hacía una actividad artística.
Su paso por las leyes duró otro año, hasta que decidió ir por su pasión y dejar atrás las carreras tradicionales. A fin de cuentas, lo que le gustaba era la música y no estaba equivocada. Su presente lo refleja.
Lucia finalmente decidió estudiar la Licenciatura en Arte Escénico en la UADE. Ella fue parte de la primera promoción de esa carrera que inició Norma Aleandro y se recibió.
Pero lejos de conformarse, y sabiendo que eligió un rubro complejo, ella fue por más y hace un año y medio se presentó al casting de la Academia Otro Mundo, y fue elegida.
Así, hace un año y medio, estudia en la escuela de Cris Morena, la productora de grandes éxitos musicales infantiles y adolescentes.
Por supuesto, como le pasó a muchos, Lucia también tuvo que parar todo su desarrollo por la pandemia y se abocó a ayudar a su papá en el campo, en San Cayetano, llevando carros y haciendo tareas vinculadas a la actividad agrícola.
Una vez que la flexibilización permitió comenzar a volver a la normalidad, la joven volvió a la ciudad, y en febrero de este año, cuando se enteró que iba a haber un casting para La Voz, decidió participar.
La convocatoria del programa de Telefe atrajo a gente de toda la región. Muchos pasaron la madrugada en la puerta del Centro Cultural para poder realizar la prueba. Lucia, en cambio, fue una de las últimas en llegar, cuando casi terminaban las evaluaciones. Sin embargo, eso no importó, la rompió y poco tiempo después la llamaron para decirle que había sido seleccionada.
El último domingo, la joven hizo su presentación en el certamen. Como el programa fue grabado previamente, sus padres ya sabían que había sido elegida por los cuatro jurados y que ella eligió el team Lali. Sin embargo, verla ahí fue algo hermoso para ellos, admite Juan.
“Una cosa es saberlo y otra cosa verlo. Realmente es emocionante, porque cuando la ves ahí arriba, la escuchás y escuchás lo que le dijeron es movilizante. Creo que cuando a uno le pasan cosas buenas las disfruta, pero cuando le pasa a un hijo es como abrazar la gloria. Me parece que se disfruta más, porque ver la realización de un hijo creo que es lo máximo a lo que puede aspirar un padre o una madre”, admite el abogado.
Otra cosa que sorprendió al letrado, quien admite que tuvo que romper estructuras para apoyar el camino de su hija, es la masividad del certamen. “Me sorprendió la cantidad de gente que ve el programa, uno no piensa que es tanto, pero estuve hasta las cuatro de la mañana contestando mensajes. Verónica igual. La cantidad de gente que nos llamó es impresionante, gente que quizás no vemos hace años pero vieron el programa y nos mandaron un mensajes saludándonos. Pero sorprendió la masividad del programa, y por supuesto verla ahí”.
Para Juan, quien no oculta su orgullo, es una gran felicidad poder ver a su hija avanzar en su carrera. Sabe que va avanzando y que busca las oportunidades, pero sobre todo, “va cristalizado su sueño, su verdadera vocación”, aquella que heredó de su abuela y que siguen sus hermanos, quienes sueñan con verla brillar en el certamen.