Murió el célebre músico japonés Ryuichi Sakamoto
El compositor falleció el martes 28 de marzo a raíz de un cáncer de colon. La noticia se conoció este domingo a través de sus redes sociales
El compositor japonés Ryuichi Sakamoto, uno de los más destacados artistas de música contemporánea, murió el pasado 28 de marzo a los 71 años, a raíz de un cáncer rectal, el cual había hecho público en junio de 2022 a través de sus redes oficiales.
La noticia del fallecimiento del creador experimental y responsable de famosas bandas sonoras, entre las que destacan películas como "El último emperador", con la cual ganó un Oscar, "El renacido" y "Tacones lejanos", por citar apenas algunas, fue dada a conocer este domingo a partir de un escueto mensaje en su cuenta oficial de Twitter en la que figuran su fecha de nacimiento y de su deceso.
En junio pasado había escrito al dar cuenta de su enfermedad: "De ahora en adelante, hasta que mi cuerpo se rinda, probablemente continuaré llevando este tipo de `diario´". Se refería a un texto sobre "12", su último disco lanzado hace dos meses.
El artista ya había superado en 2014 un cáncer de laringe pero esta vez era consciente del avanzado grado de su enfermedad. En esa ocasión había advertido que mientras pudiera, se abocaría a seguir creando lo que llamaba "bocetos musicales".
Incansable experimentador, Sakamoto había sido el fundador a principio de los '70 de la célebre Yellow Magic Orchestra de Tokio, su ciudad natal, en la que se desempeñaba como tecladista y vocalista, y había destacado por las diversas corrientes musicales sobre las que había experimentado.
Desde ese lugar, era permanentemente convocado para bandas sonoras, a la vez que era sindicado como fuente de inspiración en la aparición de la música techno.
A lo largo de su carrera como solista, inaugurada en 1978 con su disco "Thousand Knives of Ryuichi Sakamoto", llevó adelante colaboraciones con artistas tan disímiles como David Sylvian, David Byrne, Aztec Camara, Thomas Dolby, Iggy Pop, John Lydon, Brian Wilson y Robbie Robertson, entre tantos.
Sakamoto no encontraba límites estilísticos a la hora de crear y solía sumergirse en los sonidos de distintos lugares del mundo, por lo que su obra contiene rasgos de música africana, bossa nova -hay una serie de discos junto al cellista Jaques Morelenbaum recreando temas de Antonio Carlos Jobim-, música sintética y electrónica, además de su reconocida investigación sobre la música oriental.
Además de la música para películas, acaso su gran pantalla a nivel popular, Sakamoto también fue responsable de la música de apertura de los Juegos Olímpicos Barcelona 1992.
Su cara también se hizo conocida gracias al drama bélico "Furyo", de 1983, protagonizado por David Bowie, con quien compartió una famosa escena en la que se daban un recordado beso.
En nuestro país, Sakamoto tenía en Luis Alberto Spinetta a uno de sus grandes admiradores, quien lo mencionaba como una de sus grandes influencias en diversas entrevistas.
Según consignan medios internacionales, su discográfica eligió despedirlo con una de sus frases favoritas que lo pintaba de cuerpo entero: "Ars longa, vita brevis" ("El arte es duradero, la vida es breve").