(Pasta de Campeón - ADNSUR) Por Franco Córdoba - El jugador de Waiwen Vóley, que llegó a la ciudad junto a su familia para un porvenir más provechoso, lo tiene como proyecto en la selección nacional de Menores que jugará el Sudamericano en Brasil a finales de agosto.

“Vivo añorando mi rancho y el pueblo de gente buena el caminar por sus calles cubierta de tibia arena", dice un chámame, la música que acompaña esta historia no sólo de Braulio Mendoza, sino de su familia la cual ya lleva 7 años casi en Comodoro Rivadavia.

Braulio, con 17 años, hoy transita uno de sus buenos momentos como jugador de vóley y estará entre el 24 y 28 de agosto en Araguari, Brasil, junto a la Selección Argentina de Menores en búsqueda de llegar al Mundial de la categoría.

Este jovencito, mellizo junto a su hermano Benjamín, dio sus primeros pasos en las jornadas de entrenamiento de su papá en Goya y también mamaron esta disciplina del amor por la disciplina de parte de su mamá.

Javier, Valeria y sus hijos Braulio y Benjamín llegaron a Comodoro y desde diferentes lugares Braulio fue forjando su carrera hasta el último entrenamiento en Pila, Buenos Aires, donde fue confirmado por el entrenador Marcos Blanco para estar en tierras brasileñas con la camiseta Argentina.

Mendoza, ya en el Centro Nacional de Alto Rendimiento tiene su ropa, su bolso y en él carga las ilusiones de un joven que piensa en el camino recorrido y que hoy lo deposita en la Selección Argentina.

De Goya a Comodoro, los primeros días

Hace siete años los Mendoza llegaron en una jornada de viento a Comodoro Rivadavia. "Somos de Goya, una de las ciudades más importantes de Corrientes y en el 2016 llegamos. Teníamos familia en Comodoro, pero no estábamos acostumbrados a este clima, donde llegamos y nos quería volar el clima", ríe Braulio el jugador de Waiwen en charla con PDC.

"Al principio costó adaptarse, pero por suerte al conocer personas en la escuela y el club se hizo más fácil", aseguró. Primero como punta y ahora como líbero, desde Club Austral hasta Waiwen, Mendoza junto a su hermano Benjamín jugaron en Beach Vóley como en indoor.

"Comenzamos a jugar beach en los Evita de 2017 y perdimos la final en (Puerto) Madryn. Luego, en el siguiente año clasificamos y no nos fue también en Mar del Plata. Pero en 2019 tuve la chance de jugar en EPADE y luego los Evita, donde con mi hermano salimos 3ros a nivel nacional", contó el goyano.

Ese momento en su carrera fue el primero acercamiento a la Selección Argentina, ya que fue observado y los citaron al CENARD. "Para mi hermano buena fue una buena experiencia, pero para mí no, ya que en el primer día tuve un problema donde me golpeé el dedo chiquito del pie y estuve un mes afuera y en el CENARD viendo como entrenaban", indicó el jugador de Waiwn.

Mendoza se templó de experiencias y participó de las Araucanías 2019, hasta que aguardó a tener más competencia post pandemia.

La familia y sus padres, los pilares

Su gente, la de la diaria y que por ahí ayuda a aplacar la distancia con su Goya natal, son los de la casa y eso lo cuenta Braulio, que cuando habla de su familia le cambia la mirada, de aquel chico tranquilo pasa a una sonrisa desde el afecto.

"Mis padres me acompañan en todo y están pendientes, lo mismo que mi hermano. Junto a los familiares y amigos que están detrás y creo que es una herramienta más para pelear por esto que me gusta", reconoce.

Javier, es uno de los puntales y Braulio lo remarca como "el pilar" en su elección y carrera deportiva. "El gusto por el vóley viene desde Goya, ya que, desde los tres años junto a mi hermano, papá nos llevaba a los entrenamientos. Él nos enseñó lo que sabía. Sin duda que junto a mamá también, la cual jugaba vóley, son nuestros puntales", repite uno de los dos hijos de los Mendoza.

Waiwen y el desarrollo

"Con mi club jugamos la Liga 2, que es como la B nacional de fútbol y eso fue como que me dio experiencia y aprendizaje ya que jugamos en varios torneos en Trelew y Rio Negro. De ahí seguimos por los Araucanía y con la Selección, luego Epade y luego en el Federal del 2022", reconoció el joven que sueña jugar en Brasil o Europa.

Tras esa seguidilla de torneos con el equipo que dirige Lisandro Luppo, parte de su gran momento en su juego, Mendoza afirma que fue visto por el "profe" de la Argentina y citado una semana a La Pampa para una observación, donde finalmente quedó citado. En el medio el beach lo seguía disfrutando junto a su mellizo Benjamín, con quien participó de un torneo en Mar de Ajó.

La transformación a través de Waiwen y el "click" valioso como jugador

Lisandro Luppó, Gastón Rojas y el equipo técnico del club comodorense fue el motor para que Mendoza pueda llegar a la Selección Menor Argentina. Desde punta hasta líbero hubo un camino, que se vislumbra en una posición muy especial del voley, donde no sólo es recibir la pelota, sino es comandar el juego.

“En el Federal comencé a jugar de líbero, donde hay que ser un jugador que hablé mucho en cancha y ser como un líder el cual ordena defensa, recepción, bloqueo y por ahí al ser chico en el plantel mucho no me soltaba. Pero fui aprendiendo porque sin dudas era necesario a través del rodaje en el Federal, lo mismo que en las concentraciones con la Selección, donde es algo nuevo y viendo al líbero que va conmigo a Brasil sumé nuevas cosas", valora el joven de 17 años.

La posición de Mendoza es de los números, por eso las estadísticas son valiosas, porque eso se precisa a la hora de su rol que será vital en la Selección menor. "La confianza es importante para ser ese líder que precisa el equipo, soltarse para jugar y agregarle técnica, cabeza fuerte, para saber afrontar los momentos donde toca salir, siendo con la edad que tenemos por ahí uno se queda pensando", reconoció detalles de su posición este jovencito de 17 años.

La clave para estar en la Selección: la confirmación y los sueños

Braulio Mendoza ya está en Buenos Aires para salir con la Argentina a Brasil y disputar el torneo. Pero valora las charlas que le hicieron dar un vuelco en su trabajo dentro del rectángulo y su cabeza fue fundamental.

"La selección me dio esa tranquilidad, pero tuve que una charla hace tres semanas que hizo que ponga lo mejor de mí y dejarme llevar", aseguró.

Esa situación donde Mendoza venía flojo en su labor como líbero lo llevó a tener un diálogo con el staff técnico de la Argentina y uno de sus profesores. En Santa Cruz, durante los amistosos ante Brasil, él nacido en la provincia de Corrientes estuvo por debajo de su nivel de juego y que debía modificar sus números. Además, que se convirtiera en un líder en cancha.

Braulio, no dudo de eso y le reconoce a PDC que no sabe cómo, pero el mensaje llegó y atravesó una transformación personal que lo volcó en la cancha."Me pusieron presión para que cambia en ese mes y medio que quedaba y en el momento de la concentración ya no pensé en la concentración, me solté y fui más líder en cancha y disfruté, ya que no sabía si era la última concentración mía con Argentina. Eso me sirvió mucho y salió todo bien", asegura..

"Fue casi toda improvisación. Me salió desde el comienzo que jugamos con Waiwen en Trelew y es como que de la nada comencé a hablar y no paré. En los últimos 5 días vi el juego y agarré confianza y se hace natural, en algo donde el asistente me ayudó mucho", recalca el joven del equipo de Comodoro.

El motor del desarrollo en Comodoro y su sueño

Braulio Mendoza transita un logro importante y no deja de pensar en sus entrenadores, pero principalmente en el equipo dela ciudad que hoy loca cobijó junto a sus padres y hermano.

"Me genera orgullo porque Waiwen apoya a sus jugadores y representarlos me pone feliz, no hay palabras. Siento orgullo", indica con una tranquilidad que cuando pisa la cancha le transforma los ojos y se concentra por su labor.

Ese chámame que transita la ruta que une los 2380 kilómetro hasta Comodoro se diluye y el olor a litoral se mezcla con el de los deseos de un joven que apuesta a sueños y que va en búsqueda de la clasificación al Mundial de Menores con Argentina, pero también a vivir intensamente la chance de representar a su país, "porque no sé si se volverá a repetir".

"Es un paso adelante y no sé qué se pasará en mi cabeza, seguro que se puede escapar una lágrima o sonreír, pero no deja de ser el sueño de muchos ", cierra Mendoza.

Mendoza sale a la ruta, a la que lo une con su tierra, la nueva y lo que vendrá. Pero disfruta con humildad, tranquilidad y sobre todo trabajo por aquello que los moviliza.

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