El interrogante podría haber sido inesperada, Sin embargo Dante Mírcoli ya estaba muy entrenado para aquel 1994. Al estigma de una patada lo había transformado dentro de marketing Cuando Aún los gurúes de saco y corbata no habían perfeccionado las estrategias de venta. Absolutamente nadie tenía dudas de quién era el “jefe” en Barca por aquellos años: Johan Cruyff, revolucionario futbolístico del Plantel dentro de la cancha y para esa temporada De la misma forma Del mismo modo que entrenador. “No tuve nada con el jefe, tuve un problema en la estadio, Pero lo que pasa en la cancha concluye ahí”, recuerda que contestó a esa pregunta de un colaborador del holandés. Al día siguiente, volvió a verlo acto seguido de 22 años.
“¡No A mí me vas a pegar de vuelta!”, asegura que le manifestó Johan Una vez que lo vio a un costado del terreno de juego Durante un entrenamiento del Blaugrana. Mírcoli había viajado hasta allá al ante de un club juvenil de la escuela que por entonces debía Carlos Bilardo y que realizaba una gira por Europa. “Se acordaba Todavía. Lo saludé, estuvimos hablando un rato y Me fui. Estuvo todo bien dentro de esa charla. Yo apenas llegué a FC Barcelona pedí saludarlo”, relata ante Infobae. Aún le dolía esa patada que le impidió completar la permanente Intercontinental de ida en 1972.
La historia de Joaquín: cuando el fútbol es mucho más que patear la pelota
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