Entre gallos y medianoche, Scaloni rearma el rompecabezas rumbo al mundial

“Ellos están bastante grandecitos como para saber si están en condiciones de seguir o no”

Tal vez por la efervescencia de la goleada o por la ansiedad clásica de los días previos a la cita más importante del deporte, la declaración que hizo ayer Scaloni después del partido ante Emiratos Árabes Unidos pasó desapercibida, sin embargo, es con el diario del lunes que podemos encontrar la razón de sus dichos: el entrenador de Pujato estaba reclamándole sinceridad a sus jugadores sobre la entereza física. Claro, Nicolás González, que no había podido completar en el semestre más que un puñado de partidos, llegó lesionado a la concentración argentina y no pudo compartir con sus compañeros más que medio entrenamiento, por eso ayer quedó afuera de la convocatoria y hoy, al ser exigido, terminó resentido de su herida. Esta medianoche qatarí, tanto él como Joaquín Correa, que ayer volvió a sentir dolor en una vieja lesión de su rodilla, fueron cortados por el DT de la lista para el mundial y serán reemplazados por Ángel Correa y Thiago Almada.

Es evidente que el entrenador argentino tiene muy en cuenta la condición física de cada uno de sus convocados, es que, parece lejano, pero Nicolás González fue una pieza clave en la Copa América obtenida por la selección. El salido del Semillero del mundo no perdió su lugar entre los titulares hasta la final con Brasil, en la que fue reemplazado por la jerarquía de un histórico como Di María, que hacía muy poco había vuelto a la selección.

Ahora bien, analicemos las variantes: con las nuevas incorporaciones, Scaloni le hace una suerte de reivindicación a lo que en algún momento fue conocido en esta tierra como La Nuestra. Si uno quisiera tener la imagen más fiel a la expresión potrero, tanto Ángel Correa como Thiago Almada (debilidad de Leo Messi) serían el estilo de juego a observar en pos de ese objetivo, es que, desfachatados, ambos son de primer nivel en el uno contra uno.

Habrá que ver más adelante si pesará más en el haber o en el debe, pero entre ellos hay más denominadores comunes: la baja estatura y la centralidad.

Si bien fueron probados por las bandas, ambos han rendido mejor a lo largo de sus carreras por el carril central, es que tienen vocación ofensiva y no sienten tan natural perseguir al lateral contrario en una potencial transición defensiva, una tarea encomendada en más de una ocasión al ex Argentinos Juniors.

Por otro lado, pensemos en una posible ausencia de Lautaro Martínez: sí estarán presentes en ambos reemplazos el carácter asociativo de Joaquín Correa a la hora de pivotear y hacer las veces de falso nueve, pero no así su altura para bajar pelotazos y dar aire al resto del equipo ante el asedio rival.

Otra área deficitaria será la presencia en el área: tanto el hombre del Inter como el de Fiorentina pisan el rectángulo rival con mucha más asiduidad que quienes ocupan a partir de hoy sus lugares en Qatar.

Aún con todo esto, las malas para la selección no terminan acá: Marcos Acuña, que arrastra una pubalgia ya conocida por los cuerpos médico y técnico de la delegación argentina, será exigido en el entrenamiento de mañana y será la prueba que deberá pasar para que el hombre de Zapala se gane su estadía en el mundial.

Cada día es uno menos para la cita más importante del deporte y las selecciones se ponen a punto para llevarse a casa el título del mundo. Con Francia en medio de una sangría de fútbolistas, con Mané recientemente confirmado afuera del mundial, con los dolores de cabeza de Scaloni y mucho más, hoy el desafío de las selecciones es llegar al debut tan enteros como sea posible.