Guillermo Díaz, el árbitro comodorense de las mil batallas que piensa en el retiro
La "Perra" es uno de los grandes protagonistas de cada fin de semana en el fútbol local y en este imperdible mano a mano con Pasta de Campeón, el colegiado recuerda sus inicios, su día a día en un trabajo muy duro e incluso de cuándo podría "colgar las tarjetas". Además, rompió el silencio en medio de las críticas al desempeño de los árbitros.
Guillermo Díaz tiene 48 años, es un muy reconocido árbitro en el fútbol comodorense, es militar y también trabaja como guardia de seguridad en un importante boliche bailable que tiene nuestra localidad en donde más de uno se lo pudo haber encontrado cuando la noche estaba por comenzar bien arriba.
La “Perra”, como le dicen sus amigos y conocidos, charló en exclusiva con Pasta de Campeón y ADNSUR repasando sus comienzos en el arbitraje, el día a día en una profesión muy complicada y también de lo que podría ocurrir a fin de año si decide tomar una contundente decisión en el deporte.
"Mis inicios se dieron con los veteranos árbitros que fueron mis mentores hace muchos años. Perdí la cuenta del tiempo que llevo acá, siempre tuve una buena referencia de aprender de los más viejos como Roberto Varela, el 'Melli' Quiroga... Fue clave sacar lo bueno y entender cómo el árbitro de esa epoca le hablaba al jugador. Antes se jugaba con las dos hinchadas, era otra la forma de jugar, hoy se le da mucha importancia al fútbol en sí y el juez tiene que estar en cada detalle al 100% porque los entrenadores preparan a los jóvenes con algo muy técnico y táctico", comenzó expresando el colegiado en ese puntapié inicial de algo a lo que apostó y que terminó siendo una muy positiva experiencia.
Cuando debuté en una novena división me tocó una semifinal en cancha de Laprida y fue complicado. Jugaba Nueva Generación contra Huracán y en ese partido no habían asistentes, ahí me apoyé en Carlos Rujano, me acompañó para que no esté asustado. Cuando me tocó hacerlo en primera división, fue entre Huracán y Deportivo Portugués. Ahí me tocó echar a Rodrigo Bequer porque fue una pelota directo al arco y él la paró con la mano: lo tuve que expulsar. Encima nos conocíamos porque lo veía en los boliches, siempre tuvimos muy buena relación con él. Era muy rústico en el fondo", admitió tras un importante tiempo de verlo en el verde césped al ex zaguero central picante que supo tener el ‘Globo’.
El estar como juez principal de un encuentro implica para uno mucha tensión que va desde lo que está pasando en ese momento con los jugadores a lo que ocurre también frente a la parcialidad que llega a decirle de todo por haber tomado una decisión diferente a lo que, a lo mejor, varios pudieron ver en una ocasión. Por eso, y con una tranquilidad absoluta, Díaz dio una corta explicación de cómo es en su caso enfrentarse a algo que desde afuera parece imposible de hacer.
"Primero hay que estar dentro de un campo de juego y estar aplomado para aguantar los insultos y demás. Hay que estar concentrado en el juego y si vos empezás a prestar atención a lo que te dicen de afuera obviamente te vas a desentender y es ahí donde se cometen los grandes errores. Creo que hay errores, pero sin mala intención de ninguno", opinó el reconocido juez en esta charla con PDC y ADNSUR.
Tras dar el pitazo final en muchas canchas de la ciudad, Díaz afirma que así como entró, también sale con la tranquilidad de haber cumplido su trabajo correctamente y sin perjudicar a ningún bando. "En mi caso no impacta todo lo que me puedan decir. Terminó el partido, llego a casa, tomo unos mates con mi familia y vuelvo a mi vida normal". Pero las cosas no salen bien siempre y por eso es que muestra su lado autocrítico: "si llego a equivocarme, eso sí me come la cabeza. También lo consulto con mis asistentes, hacemos un desarrollo de lo que pasó y vemos".
Las críticas al arbitraje cada vez más fuertes
En las últimas semanas, a raíz del público conocimiento de varios posteos en las redes sociales, lo hecho por los colegiados se vio duramente cuestionado y es algo que terminó pegando de lleno en varios profesionales. Es por eso que, sin pelos en la lengua, opinó de la actualidad y de cómo le llegaron a ellos los cuestionamientos por el desempeño en los 90 minutos y en encuentros clave. "El arbitraje está sensible por los golpes en las redes sociales, hoy te suben o te bajan por los comentarios. Obvio que la gente tiene su opinión, tienen que entender las reglas del juego. Nosotros tenemos una preparación física e intelectual de dos años con un instructor de árbitros que enseña ambas cosas, junto al desplazamiento dentro del campo de juego. Los que recién comienzan son guiados y la realidad es que se equivocan en la cancha para ir aprendiendo en esas prácticas", detalló.
"Lo que pase en las redes no tiene que quebrarnos la moral porque para eso elegimos esta profesión".
"El árbitro siempre va a ser criticado así haga bien las cosas o no. La gente siempre va a decir lo suyo, de alguien se tiene que agarrar el público, el técnico o los jugadores. Si tenemos que vivir de lo que nos dicen, me tengo que dedicar a otra cosa".
Puertas adentro, también dio por hecho que en el caso de existir un error, ya sea grande o chico, la autocrítica se adueña de ambos para buscar cómo mejorar y evitar que se repita en otro partido: “si no nos ayudamos entre nosotros, nos comen desde afuera. Hacemos críticas constructivas para alentar al árbitro que quizás tuvo un fallo. La intención es mejorar el arbitraje de Comodoro, si la gente dice que está mal, me parece que primero tienen que estar dentro del campo de juego 90 minutos detrás de los jugadores y gritándoles, en mi caso y en buenos términos, 'ojo con la falta, ojo con las manos'. A veces tenés segundos para tomar una decisión, sea amarilla, roja”.
Por otra parte, Díaz se anticipó a la jugada y dijo qué es lo que tiene que ocurrir para que uno de los suyos no cumpla con su objetivo al ser designado. "Creo que el árbitro fracasa cuando se pone a escuchar todo lo que se grita en ese momento, por eso creo que no hay que prestar atención. Tengo que ver también qué es lo que cobran los asistentes también para tener un partido impecable", señaló.
Pasó mucho tiempo desde aquel día de su debut y en ese ínterin fueron cambiando los estilos de juego. Muchos pueden afirmar que había mayor roce y se hacía todo más rústico, pero que ahora, para la ‘Perra’, hubo modificaciones clave para que ahora se disfrute más el encuentro con la pelota. "Como juez veo que hay más juego ahora a diferencia de antes. El fin de semana pasado estuve en el duelo de San Martín y Stella Maris y vi eso, antes era muy rústico, pero ahora es más rápido, técnico, táctico y con mayor movimiento", opinó.
Evitando cualquier tipo de polémica, el reconocido árbitro fue directo y sin vueltas al referirse a si existe cierto fanatismo por algún club local. “No soy fanático de ningún equipo de Comodoro, pero si me preguntás qué equipo me gusta cómo juega puedo decir Diadema, Ferro, Caleta Córdova, CAI, Newbery, San Martín y Stella Maris”.
"Fuera del partido y cuando me cruzo con los jugadores, nunca tuve problema con nadie, ninguno se equivocó ni tampoco me fueron a 'apurar' por una expulsión. Es una calentura del momento y no pasa de ahí. Siempre se trató de conversarlo y charlarlo con el jugador".
Cómo nace el apodo “Perra”
Muchos del ambiente del fútbol local admiten desconocer rotundamente cómo surgió ese sobrenombre, pero en este mano a mano, se anima a contar sin ningún problema su origen junto a una anécdota de mucho tiempo atrás. "Cuando éramos muy jóvenes, ibamos a bailar a Excess. Uno cuando era galán y 'levantaba' una chica, nos juntábamos donde yo vivía con mis compañeros y charlábamos de nuestras salidas. Entonces, por dar un ejemplo, usábamos la palabra 'perra' para referirnos al tema. Uno de una mesa escuchó y me empezó a decir así. Cuando me decían 'che, perra' me molestaba, hasta que me terminé acostumbrando", dijo, entre risas.
"Es hoy por hoy que tanto los jugadores como árbitros y otras personas me dicen así hasta el día de hoy", aseguró.
¿Y a fin de año...?
Díaz, tras una grandísima carrera, podría tomar una contundente decisión pensando en su continuidad en el fútbol comodorense. "Creo que a fin de año voy a estar colgando las tarjetas como dijo Motto (tras su paso por Seta TV), creo que podría estar un año más, pero es difícil dejar esto. Trabajé con viento, lluvia, frío y nieve". Y cerró, recordando un momento único en su apasionante trayecto: "tengo una experiencia de dirigir Sarmiento contra CAI en cancha de General Roca con nevadas. Por suerte siempre nos fue muy bien y el arbitraje me dio muchos amigos y colegas que siempre estarán en mi recuerdo", concluyó.