(Pasta de Campeón / ADNSUR) - Muchos equipos han tenido la coincidencia que dos hermanos defiendan la misma camiseta en el mismo plantel, pero en Ferrocarril del Estado de Comodoro Rivadavia se vive un caso muy particular donde actualmente dos hermanos juegan en Primera y sus dos hermanas comparten equipo en el Femenino. El mayor de todos también lo hizo hace un tiempo pero actualmente está alejado de la actividad.

Jorge "Coco" Gaitán (28) es el capitán de la Primera y todo un símbolo en el presente de Ferro. Querido y respetado por todos tanto dentro como afuera de la cancha pero no es el único con ese apellido en kilómetro 5 que ama y defiende los colores ferroviarios con la pelota en los pies porque sus hermanos Maira (26), Paula (25) y Thiago (19) comparten esa pasión.

PASIÓN Y SENTIDO DE PERTENENCIA "FERROVIARIA"

Jorge, Maira, Paula y Thiago comparten el amor por la camiseta de Ferro desde que nacieron junto a Raúl, el hermano mayor que hizo inferiores y llegó a Primera pero actualmente no juega más.

Pero la historia comenzó hace varias décadas atrás cuando Jorge "Quico" Gaitán, su padre, fue quien comenzó a escribir los primeros capítulos deportivos en el club de kilómetro 5, y sus hijos siguieron esos pasos. La gran mayoría en la tribuna hasta que pudieron comenzar a entrenar en las inferiores y ese amor creció día a día.

Raúl, el mayor de los hermanos, jugaba en las inferiores y Jorge - conocido como "Coco"- pudo sumarse a las formativas cuando se alejó de CAI con 11 años luego de rogarle varios meses a su mamá Adriana que no quería que juegue en el club. Ambos llegaron a compartir plantel en la Primera de Ferro hasta que Raúl se alejó de los entrenamientos, luego de recibir un disparo en la rodilla.

"Las primeras cosas que recuerdo del club es 'El Ferrito' (torneo infantil). Qué buenos torneos eran esos, pasar días enteros desde temprano hasta la noche viendo jugar a 'Coco' corriendo por las tribunas, viendo la banda del ejército que venían a inaugurar el torneo, las palomas que soltaban, son recuerdos o imágenes que no se borran nunca más", asegura Maira que juega de defensora por derecha y tiene el orgullo de llevar la cinta de capitana en el primer plantel de Ferro.

Paula es arquera, y es un año menor que Maira. Los primeros recuerdos en el club son muy similares y remarca "lo que más recuerdo son los "ferrito" y también los famosos "bingos" que organizaban las mamás de los jugadores de inferiores para recaudar plata, y acompañar a mi hermano 'Coco' a jugar, acompañarlo en las meriendas que en ese momento mi mamá era parte de la comisión y les hacían la leche".

Thiago reconoce que los primeros recuerdos son en la tribuna y en el playón de la cancha, aunque asegura que deportivamente se formó en la vereda de enfrente. Volvió en la última temporada a entrenar en Ferro y compartió el ascenso a la máxima categoría con su hermano "Coco".

"Al club obviamente se llega de muy chico, directamente a la tribuna y a jugar al futbol en el polideportivo con amigos mientras jugaba la Primera. En cuanto a lo futbolístico a mi me toca empezar en octava división y disputar un solo año en el club para después volver el año pasado y disputar este torneo donde conseguimos el ascenso", reconoce el menor de los Gaitán quien define sin titubeos: "ser ferroviario es especial, es lo más grande que hay. Es familia. Me gusta saber que nuestras generaciones pasadas crearon este barrio y este club tan hermoso del cual espero no irme en mucho, mucho tiempo".

Jorge es el más experimentado de todos los hermanos en el fútbol. Tuvo una gran experiencia en Cipolletti, con quien peleó el ascenso al Nacional B, y también jugó para Ferro de General Pico, La Pampa. Cuando regresó a Chubut vistió los colores de Deportivo Madryn, donde tuvo su última chance de jugar en la tercera categoría del fútbol nacional, antes de volver a Comodoro y sumarse a CAI, que fue el paso previo para volver al club de sus amores para jugar en la segunda categoría por amor. "Ser ferroviario es como un nombre que nos ponen de chicos, nacemos y cuando tenemos conciencia somos de Ferro. Lo tomamos con normalidad. Es barrio, toda la familia y amigos comparten este sentimiento. En el barrio, el 90% es de Ferro", subraya "Coco".

EL SIGNFICADO DEL ASCENSO A LA MAXIMA CATEGORIA

Este año, Ferro logró un ascenso histórico a la máxima categoría luego de seis años y todos estuvieron en el estadio Municipal. Los hermanos en la cancha, mientras las hermanas siguieron la campaña desde la tribuna.

"El ascenso fue un desahogo para nosotros, creo que lo debíamos haber logrado antes pero contra Portugués no se nos dio el resultado y luego bueno tuvimos que ir a disputar una Liguilla con equipos que no habían hecho méritos para pelear un ascenso y fue partido a partido. Se hizo todo muy largo, fue un año muy duro para nosotros. Fue muy injusto la forma de juego, pero supimos luchar y sacar los partidos adelante. Quedó en evidencia que era Ferro el que merecía el segundo ascenso, muchas veces jugábamos mal y ganábamos igual porque teníamos muy buen equipo", analizó "Coco".

Thiago aportó desde el banco de suplentes su granito de arena, y lo vivió a flor de piel al compartir entrenamientos y encuentros con su hermano. "Se nos hizo muy cansador el tema de la Liguilla, creímos que fue injusto jugarla después de la diferencia que tuvimos con los demás equipos, pero el haber ascendido te hace disfrutarlo el doble ya que el equipo nunca dejo de luchar hasta lograr el objetivo. La verdad estamos muy felices por este logro", reconoció el menor de los hermanos.

Maira reconoce que ella lo vivió muy de cerca y casi como una jugadora más al ascenso y los encuentros de la Liguilla. "Arrancamos  desde el primer al último partido en el estadio, se acercaba el fin de semana y arrancaban los nervios, ya después del segundo partido con Oeste, era jugar el sábado, descansar el domingo y el lunes ya pensando en todo lo que faltaba para el próximo partido, era demasiada emoción pero bueno fue tan larga la espera que tuvo el final que todos queríamos y que merecíamos sobre todo lo demás. Fue largo pero hermoso", confesó.

LA CONFIANZA DE JUGAR CON UN HERMANO

Desde que uno juega a la pelota en el playón o en el patio de casa con un hermano siempre hay algo distinto. Con un amigo es una cosa, pero cuando compartís cancha con alguien que lleva tu mismo sangre se vive de manera especial.

"Nunca me imagine que estemos los 4 en el plantel, falta el mayor que hoy no está jugando pero también compartió partidos con coco, es re lindo saber que defendemos la camiseta que amamos, una experiencia única. Esto es Ferro, es familia, no me canso de decirlo que hermosa gente tenemos, un gran club", destaca Maira.

La experiencia de jugar con tu hermano en el mismo plantel es algo único, y se vive de manera especial. "Por más que vivimos los cuatro separados porque cada uno ya tiene su familia, y no compartimos el mismo techo, con Paula si compartimos más. Yo arranco desde el día anterior al partido, no te olvides el documento, Pau las canilleras, Pau mañana jugamos a las 11 no te cuelgues y así. Es media colgada y yo muy intensa en ese sentido. Pobre mi hermana, re pesada soy pero cuando se trata de Ferro y más de nuestro equipo, pienso en todo y ella al ser mi hermana es a la que más jodo me parece. Cuando jugamos lejos nos buscamos la una a la otra, arreglamos cómo hacer para ir a tal cancha", admite Maira quien remarca el significado que tiene no solo compartir con su hermana, sino con los varones. "Es re lindo compartir como familia esto, los fines de semana que jugamos de local mayormente jugamos nosotras y cuando terminamos ya nos quedamos en la cancha a alentar a nuestros hermanos que juegan después, en mi caso a mi marido que también juega en Ferro y así son casi todos los partidos. Una muy linda experiencia", subrayó.

Paula defiende los tres palos, y desde el fondo mira el juego de manera diferente. Son distintas con Maira, y en ese sentido asegura que "Mi hermana es la capitana, es una persona responsable y ejemplar a la hora de ir a entrenar y de jugar los partidos. Es muy segura para defender. Jugar con ella al ser familia es gritarse un poquito más que con el resto o con otra confianza (jaja) por ahí cuando el partido se pica y salgo tarde o insegura me lo hace saber y se saca un poquito, pero obviamente queda en el partido", admite la arquera 'ferroviaria', quien además se toma un tiempo para pensar sobre lo que están viviendo en este momento. "Creo que nunca lo hablamos los cuatro juntos pero en lo personal es lindo, somos una familia que desde chicos nos llevaron a la cancha, y llego un momento que nosotras además de ir a alentar, nos pudimos sumar al deporte. Nunca imaginé compartir esta camiseta con mis hermanos. Pero sé que además de compartirla la representan muy bien y se ve en cada partido dentro de la cancha".

El menor de los Gaitán reconoce que "compartir y defender la camiseta de nuestro club para mí es un orgullo y un gusto enorme. Así como nuestro padre también lo hizo me hace creer que debe estar muy orgulloso de nosotros. Es sinceramente inexplicable el sentimiento que genera poder hacerlo", concluyó.

"Coco" sonríe y mira sus hermanos. "Es algo muy lindo, el compartir con él es algo único. Esa confianza de putearlo y saber que todo queda dentro de la cancha. Es un orgullo que él tan chico haya logrado esto, un ascenso y quedar en la historia es maravilloso pero hay que seguir trabajando y más duro porque lo que viene será durísimo".

Uno puede cambiar de escuela, de pareja, de partido político y hasta de barrio, pero cuando el sentimiento que te une a una camiseta es una de las primeras cosas que experimentas en el barrio cuando sos chico, es imposible cambiar los colores. Y como ejemplo están los Gaitán, que desde la cuna son ferroviarios, y hasta el cajón irán con el azul y blanco en el corazón.

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