La historia de Nicolás Romero, el "héroe silencioso" que le dio el último ascenso a Huracán de Comodoro
El experimentado futbolista supo dejar su huella en distintos clubes de la ciudad petrolera, consiguiendo ascensos a nivel doméstico, regional y federal. Con el paso del tiempo, su gol tomó mayor relevancia para el "Globo" que año tras año intenta dar el salto a una categoría profesional.
(Por Emmanuel Hueicha) El 1 de junio de 2008 fue el día que Huracán consiguió el último gran ascenso de su historia deportiva. Aquella tarde, el se impuso 3 a 0 ante Unión de Mar del Plata y subió al Torneo Argentino B con un doblete de “Palolo” Romano y Nicolás Romero.
Precisamente, el gol de Romero fue muy significativo porque el conjunto dirigido en aquel entonces por Orlando Portalau, logró dar vuelta la serie que hizo explotar el Estadio Municipal y le dio la tranquilidad para terminar de sellar un triunfo que año tras año toma mayor relevancia.
Una tierra de oportunidades
Nicolás Romero llegó a Comodoro Rivadavia desde un pequeño pueblo riojano llamado San Blas de Los Sauces y según contó en diálogo con ADNSUR, su inicio en el fútbol petrolero fue “de casualidad”.
De acuerdo a sus declaraciones, “empecé medianamente de grande acá a jugar al fútbol, cuando vine a vivir acá Comodoro, el secundario lo hacía de noche y los clubes acá entrenaban temprano o en esos horarios. Cuando terminé la escuela unos amigos del barrio me llevaron a ver un partido de USMA contra Sarmiento y yo conocía a varios jugadores. Un día me insistieron, me fui a probar y agarré viaje a los 18 años”, aseguró.
En sus comienzo como futbolista y por la altura que tenía, se desempañaba como centro delantero en Quinta División y un día arribó “Chiqui” Navarro, quien lo subió a Primera División y lo ubicó como defensor central a los seis meses de su arribo al conjunto “Patricio”. “Eran otros tiempos, la categoría no entrenaba mucho y no teníamos auto, dependíamos de quién nos podía llevar y traer. Cuando llegó Hernán Martínez volví a la quinta y subí por buen rendimiento, ahí comenzó mi carrera en un club que tenía sus altibajos. Era difícil competir”, recordó.
Posteriormente, volvió a destacar la visión de Navarro, quien “vio más allá de todo porque él sabía en el fondo que yo tenías mas condiciones como defensor y no como delantero..
Por cuestiones de la vida, el primer llamado fue para disputar el Torneo Argentino B 2006/07, donde tras perder la promoción por 3 a 1 ante F.C. Tres Algarrobos y descender por segunda vez consecutiva.
El “héroe silencio” que le dio el último ascenso a Huracán
y lo cumplió. En la primera fase, clasificó puntero dejando eliminado a Jorge Newbery y Defensores de La Ribera de Rawson. Luego, dejó en el camino a Huracán de Trelew, San Lorenzo de barrio Lindo (Carmen de Patagones), Estrella del Sur de Caleta Olivia y Centenario de Neuquén.
En la etapa final, el cuadro del barrio industrial superó a Independiente de Tandil y llegó al partido decisivo frente a Unión de Mar del Plata. En “La Feliz”, todo arrancó de la peor manera ya que el elenco comodorense caía 4 a 1 y en una fugaz reacción, descontó y regresó a Comodoro Rivadavia con una mínima diferencia.
Todo se definió en la ciudad petrolera y Pablo Romano igualó el global rápidamente. Sin embargo, de tanto buscar apareció el “héroe silencio” para generar el gol más gritado por Huracán en los últimos 15 años: Nicolás Romero llegó área y con toda la confianza, estampó el segundo gol de la tarde y encaminó el ascenso de Huracán que terminó de abrochar “Palolo”.
“Fue uno de los torneos más lindos que tuve y me terminó de catapultar a mí porque aprendí muchísimo sobre las enseñanza de Pocho (Portalau), las alternativas que nos dio y el compromiso que tuvimos desde el primer día donde nos enfocamos en el objetivo. Esa competencia la recuerdo porque me brindó la posibilidad de enfrentarme con equipos de otros lugares, un ritmo diferente, fue bisagra para mi puesto porque aprendí de los jugadores que tenía como compañeros”, detalló.
Entre ellos, Romero recuerda a varios protagonistas como Martín Subiabre, Oscar Colman, Guillermo López, José Ocampo, Matías Cano. “Hicimos un lindo grupo humano, estábamos listos para enfrentar cualquier situación o circunstancia. Fue un aprendizaje muy grande a nivel general de ese Torneo del Interior”, agregó.
La valoración de su paso por el “Globo”
Sobre su etapa en Huracán, claramente Nicolás Romero mantuvo su perfil bajo, en todas las ocasiones declaró con respeto y a medida que pasa el tiempo, quedan los buenos recuerdos de aquellas personas que lo vieron dejar todo por la camiseta roja y blanca.
Si bien otros grandes protagonistas de aquel ascenso se transformaron en ídolos y referentes con el correr de los años, el paso del experimentado defensor fue importante para la historia del “Globo”. En este sentido, remarcó que , mi rendimiento, todas las cosas. Yo siempre me sentí conforme, el club para mí siempre tuvo el respeto aún yendo a enfrentarlo con otros equipos y recibí el aplauso de los hinchas".
Posteriormente mencionó que su paso por Huracán “no sé si es lo suficientemente valorado porque nunca lo tomé en cuenta. Tuve la posibilidad de convertir un gol en la final y ascender, siempre tuve el apoyo de gente que tiene 30-40, ellos son parte de mi generación. Quizás los chicos que hoy tienen 15 o 16 años no saben quién soy, como mucho me habrán visto en algún recorte de diario o consideran que soy un burro más del ambiente del fútbol, pero a nivel general la gente sabe lo que le di al club y eso me deja tranquilo. Siempre seré un agradecido con la institución que me dio la oportunidad”.
Romero, como todo deportista local, tuvo que elegir entre el fútbol semiprofesional y sus obligaciones laborales. “Estuve en Huracán hasta el 2009, llegamos a los cruces del Argentino B y luego tuve que dejar el club por el trabajo, era imposible viajar”, aseguró.
Por otra parte y en relación a todos los intentos que tuvo el club por lograr un nuevo ascenso, el exfutbolista se mostró cauto y remarcó que . Es difícil opinar cuando uno no está, quizás faltó suerte porque hubo grandes planteles y entrenadores. Un logro deportivo a este nivel es complicado para todos y no solo le pasa a Huracán, a veces las cosas no salen como uno pretende”.
Tras dejar Huracán, Romero arribó a Florentino Ameghino y se mantuvo hasta 2013. Perdió una final por penales contra Jorge Newbery y tuvo revancha posteriormente al salir bicampeón con el CAFA.
“Fue un cambio institucional grande porque el club aspiraba a jugar un torneo argentino y si bien no logré continuar por razones económicas, conocí mucha gente de experiencia como Alexis Cabrera y Nigel Andretta, me reencontré con Martín Subiabre, fue una linda etapa”, destacó Romero que luego desembarcó en Ferrocarril del Estado y disputó el Torneo Federal C 2015.
Los sueños se cumplen
En 2016 y por una cuestión familiar pero también de amistad, Nico Romero llegó a Deportivo Roca, una cuota pendiente que tenía por cumplir ya que
“Ellos estaban en la C y en un asado que me había invitado me decían que vaya a jugar con ellos. Les dije que si ascendían a la B no tenía problemas en bajar de categoría porque no era un impedimento y tenía el sueño de jugar junto a mi hermano que tenía un cierto recorrido en Primera", subrayó.
"Roca ascendió con Hugo Puntano y Gabriel Coyopay, y después hicimos una gran campaña. Salimos campeón invicto cinco o seis fechas antes, sacamos la valla menos vencida, el goleador del torneo y después ascendimos. En 2017 hubo un temporal que azotó a Comodoro y nos costó mucho arrancar, le ganamos la promoción a Próspero Palazzo y dejamos al club en la máxima categoría. Fue una linda enseñanza porque muchos chicos subieron y se mostraron”, detalló sobre su primera etapa en la institución ubicada sobre Avenida Polonia.
Al año siguiente, regresó a su primer amor y quedó en la historia: U.S.M.A se preparó como candidato y tras imponerse ante clubes de Santa Cruz.
“Habían grandes nombres, yo nunca fui un jugador que preguntó si me iban a poner o por qué me sacan. Cuando volví sabía que tenía que ganarme un lugar y cuando me tocara entrar tenía que aprovechar. En la pretemporada jugué un Nacional en Chile con un club de allá y volví con una linda experiencia, una motivación que sirvió para encarar lo que estaba por venir”, comentó.
Sobre aquella competencia, indicó que “empecé como suplente, alternaba con algunos centrales. En los cruces fui titular, convertí goles y se formó un equipo dinámico que captaron la idea del cuerpo técnico. Salimos campeones del Federal C, el logro más importante del club y siempre pensé que tenía que dejarle algo a la institución antes de cerrar una linda etapa de mi vida".
El difícil momento de decir adiós
al club que había sufrido dos descensos consecutivos. Sin embargo, surgió la pandemia Covid-19 y comenzaron los problemas físicos para Nicolás Romero. De ese año tiene en su memoria los entrenamientos “por grupo y terminación de DNI, pero también una molestia en la rodilla que me obligó a operarme. La recuperación fue larga porque ya no era un pibe y fue mi primera lesión importante a los 39 años. A mediados de 2022 me enfoqué en recuperarme y ponerme bien”.
Sobre dicha situación, quien resultó determinante para su estado anímico fue “mi amigo Cristian Kily Andrade. Era mi sostén en ese año y medio donde no pude jugar. Me dijo que no me preocupara por el primer torneo pero que iba a ser importante mi presencia en el segundo. El objetivo era ascender y cuando me puse a disposición de César Villarroel, descubrí que era una excelente persona y profesional. Me llevó de a poco, me gané un lugar en silencio y me tocó trasladar la experiencia a un grupo juvenil con 2 o 3 grandes”.
Romero volvió a ascender con Deportivo Roca y tomó la decisión de ponerle fin a su carrera como futbolista, algo que siempre analizó pero nunca tenía el coraje para decir “hasta acá llegué”. “Fue el final, concretar el objetivo con un club que quiero y respeto mucho, donde siempre me respetaron y me dieron cariño. Después perdimos la final de campeones contra Florentino Ameghino y le dije a los chicos en el vestuario el dolor que significaba perder pero no tenía que opacar lo que se había conseguido”, resaltó completamente orgulloso de ese equipo juvenil.
Dicho cotejo contra su ex club significó el fin de su carrera en el fútbol oficial de la Liga de Comodoro Rivadavia. “Finalicé con mi familia en la tribuna, viajaron casi 2.500 kilómetros y reencontrarme con ellos que no veía hace mucho, mí tía, mis sobrinos y que estén presentes coronó todo lo que hice. No me arrepiento de nada, las cosas que viví y compartí, las buenas y malas cosas, son un valor que jamás olvidaré. Esto deja amigos, el reencuentro con gente que te saluda, te da un aliento. Soy un agradecido”, valoró el riojano que se convirtió en un comodorense más.
El amor por el fútbol sigue en las venas
Tras dejar el certamen oficial, Nicolás Romero continúa en el rubro petrolero y para lidiar con el vicio, llegó al fútbol de veteranos, más precisamente a Estrella Blanca, donde se reencontró con amigos de la vida. No obstante, debió aguardar seis meses por una cuestión reglamentaria.
En dicho club, tuvo la posibilidad de jugar la Liga Nacional de Clubes en su etapa regional y remarcó que es “un lindo torneo que motiva cuando uno es grande. Hace poco sufrí un golpe contra Jorge Newbery y me tuve que alejar de las canchas para poder recuperarme”.
A modo cierre, Romero dejó un mensaje para aquellos jóvenes que piensan en realizar una carrera dentro del fútbol. “El consejo que le transmití a los chicos es esforzarse siempre, dar todo en los entrenamientos y cuando no salen las cosas, redoblar el esfuerzo. El fútbol es un deporte que los días deja un aprendizaje constante. Pero el consejo más grande ante todo es ser buena persona, humilde, trabajador y aprovechar los momentos para disfrutar sin presionarse porque todo llega a su debido momento”, lanzó.
, pero por sobre todas las cosas lo mejor es ser buena persona porque el día de mana caminas por la calle y la gente te recuerda por lo que dejaste más allá si hubo un logro deportivo o no. Eso es lo que realmente, si tenes un corazón noble las personas te lo hacen saber y reconocértelo, te va a brindar el respeto que todo ser humano merece”, cerró Nicolás Romero.