La increible historia secreta de la convocatoria de Chiquito Romero a la selección
"Señor Romero, señor Romero, nos va a tener que acompañar", le dijeron los agentes de la Policía de Seguridad Aeropuertaria al encontrarlo, luego de varias horas de búsqueda para avisarle que había sido llamado a defender el arco de Argentina, mientras se disponía a volar a Trelew. Una trama de casualidades que lo llevó a ese lugar revelada por el periodista Ernesto Cherquis Bialo, que vivió todo desde adentro.
Sergio “Chiquito” Romero volvió, una vez más, a quedar en estado de gracia a partir de su desempeño en los penales que permitieron la clasificación de Boca Juniors a la semifinal de la Copa Libertadores, tras derrotar a Racing.
El arquero integró durante años el arco de la Selección, y ahora se recordó el momento de su primera convocatoria.
Lo hizo el periodista Ernesto Cherquis Bialo en una nota de Infobae en la que contó detalles desconocidos de la urgencia con la que el cuerpo técnico lo convocó ante la lesión de los tres arqueros titulares, en 2007.
Romero jugó 96 partidos en la Selección, ganó la medalla dorada en los Juegos Olímpicos de Beijing,atajó dos penales contra Holanda en el 2014 y fue subcampeón mundial
Ante un amistoso con Noruega, ninguno de los tres arqueros habituales estaban disponibles, y en una charla en el comedor de Ezeiza, el técnico, Coco Basile, decidió convocarlo. Pero Romero, por entonces en el Sub 20, había pedido permiso para viajar a Trelew y Comodoro.
La historia comenzó con una recomendación del Pato Fillol a Basile para encontrar a un reemplazante que pudiera acompañar al otro convocado, Oscar Ustari.
Así describe la situación en la nota:
"Es un pibito de Misiones que vive en Comodoro, mide más de 1.90 y le dicen Chiquito. Luego recordó: “Lo entrené, lo conozco perfectamente de Racing, es más: el pibe es hincha a muerte de la Academia ; creéme Coco que es de Selección…Ya jugó en la CAI , en la Juvenil y justo cuando lo tenía listo para la Primera y reemplazar a Campagnuolo que se había lesionado se fue a esa Copa America Sub 20″.
No conforme con tanto fervor Fillol siguió evocando al joven arquerito a quien un prestigioso entrenador de basquetbol –Enrique Tolcachier- quiso incorporarlo como jugador de Gimnasia y Esgrima de Comodoro pues le veía futuro de NBA. Ya de pie continuó con su discurso: “No sabés Coco lo que me peleé por ese pibe que al final lo vendieron a Holanda. Pero está aquí, esta mañana o ayer a la tarde lo vi entrenar con los juveniles; está acá Coco, hay que encontrarlo y convocarlo, confía en mí…”.
En pocos minutos el restaurante del primer piso del predio se convirtió en un verdadero pandemónium. Entraban y salían empleados de la Oficina de Selecciones Nacionales, probablemente la más eficiente del mundo. Papeles, carpetas, teléfonos celulares y la primera revelación:
-El pibe le pidió permiso a Hugo (Tocalli, su entrenador) para irse hoy al sur a Trelew creo, para ver a su familia…-
-¿ Y se fue?, preguntó azorado el Panadero Díaz.-
- Y…sí, le respondió Ruben Moschella, actual director de Ezeiza y por entonces gerente de la oficina de Selecciones Nacionales.
-Vayan a buscarlo y que venga a entrenar mañana, lo quiero ver en el entrenamiento de la mañana…
-Pero Coco, ¿cómo haríamos para traerlo mañana si supuestamente hoy viajó a Trelew o a Comodoro? Primero tenemos que ubicarlo, después mandarle el pasaje y si tenemos suerte de engancharlo en la casa de la mama por ahí para mañana a la tarde o para pasado mañana por la mañana ya lo tendremos aquí”, replicó con cierta lógica Omar Souto, ese imprescindible funcionario de todas las selecciones.
Por cierto que a partir de ese momento comenzaron a funcionar todos los mecanismos de un “alerta amarillo” pues mientras el Coco y su cuerpo técnico hablaban con diferentes entrenadores de los equipos de la primera división para testear por la disponibilidad de sus arqueros –con más negativas que apoyos- comenzaría un mega operativo con múltiples perfiles para ubicar a Chiquito Romero.
Grande fue la desesperación en la Oficina de Selecciones cuando tras acudir telefónicamente a las autoridades de la CAI, de varias ligas del sur, de dirigentes amigos, las respuestas telefónicas negaban que Romero hubiese estado o sido visto en diversos puntos de frecuente presencia. Al mismo tiempo se recurrió a las autoridades de Aeropuertos 2000 para que hicieran llamados por su sistema de altoparlantes en el Aeroparque: " çSu atención por favor, su atención por favor: de encontrarse en este este aeropuerto el señor Sergio Romero, le rogamos presentarse en el mostrador de Atención al Viajero…Repetimos: de encontrarse en este aeropuerto el señor..”. Nada. Alguien pidió que Grondona ni se enterara de este caso menor al tiempo que lograba hablar con una importante autoridad de la PSA (Policía Seguridad Aeroportuaria). Este alto jefe dispuso que agentes de civil recorrieran el interior del edificio buscando una seña inequívoca: 1.92, cabello morocho, 22 años, barba incipiente, fisonomía atlética y vestido con un buzo deportivo presumiblemente identificado con el logo de la AFA.
Al parecer casi todos llegaron al Aeroparque al mismo tiempo. Allí coincidieron los que venían del predio de Ezeiza en remise, los agentes encubiertos de la PSA que se paseaban de punta a punta a lo largo del edificio, dos empleados de la AFA de Viamonte que arribaron en un taxi y Daniel Pellegrino el por entonces secretario de Grondona, quien misteriosamente sabía –como siempre- todo lo que estaba ocurriendo.
No costó mucho ubicarlo. En la Sala de Embarque número 12 se hallaban los fatigados pasajeros que debían viajar a Trelew a las 13 y siendo las 18 aguardaban con ansiedad la orden de embarcar. En un asiento al extremo de una fila de butacas unidas entre sí, resultaba notable ver las piernas estiradas de un gigante que requería tomar una parte del pasillo adyacente para poder apoyar los talones desde donde partían sus interminables piernas... Romero estaba durmiendo con la cabeza colgada en su hombro, el buzo cubriéndole todo el cuerpo con el cierre hasta bien arriba y una gorrita sobre los ojos que le evitaba la luz…
- ¿Señor Romero, Sergio Romero?.-
-Sí, soy yo .-
-Nos va a tener que acompañar-, le dijeron con amabilidad los agentes de la PSA.
-¿ Qué pasó…?
-Nada grave amigo, lo vienen a buscar de la AFA para que se integre a la selección nacional…¿ Me permite…? Es por acá…-, le indicó el oficial".