CAPITAL FEDERAL - Lionel Messi está tocado. Hace más de un mes que las molestias en el aductor y el isquiotibial derechos condicionan su rendimiento. Y no mejora. Atado, juega menos. Menos tiempo, menos productividad. "Se está cuidando", le cuentan a La Nación desde la intimidad del seleccionado . Los sprints largos y bruscos cambios de ritmo debe administrarlos como nunca. "Está al límite", agrega otra fuente cercana al jugador. El objetivo es evitar que las persistentes molestias se trasformen en una distensión. O, peor, en un desgarro. Quedan 25 días y cinco partidos para que concluya la estación 2017/18 de Messi. Una rotura muscular precipitaría el cierre de la temporada y definitivamente le quitaría ritmo competitivo en la antesala de la Copa. Además, cuando la ruta al Mundial entra en un callejón sin salida, las lesiones traen un efecto anímico demoledor.

Los otros tres cotejos, también por el torneo español, serán ante La Coruña, Villarreal y Levante, el 13 de mayo, en el cierre de una temporada que, hasta hoy, lo encuentra a Messi con 39 goles en 49 encuentros. Nada mal, claro. Seguramente en estos tres cotejos no completará los 90 minutos, pero vale recordar que el invicto Barcelona persigue la liga perfecta, un campeonato sin derrotas. Quizá, Messi vaya al banco alguna que otra vez. Siempre con la idea de acotarle el campo a la fatalidad. Desde hace un tiempo, el capitán comprendió que debía elegir qué partidos disputar y no arriesgar de más si no era necesario. Rusia lo obsesiona. Con 30 años, Rusia será su último Mundial en plenitud, aunque pueda llegar a Qatar 2022. Eso no importa ahora.

Los primeros síntomas del malestar, al menos públicamente, aparecieron el 14 de marzo, en la revancha con Chelsea (3-0, en Barcelona), por los octavos de final de la Champions. Ese día, Messi no disimuló los gestos de dolor cada vez que hundió los dedos de su mano izquierda en la zona afectada, entre el aductor y el isquiotibial de la pierna derecha. La escena se repitió cuatro días más tarde, el 18 de marzo, en el mismo escenario, en la victoria culé 2-0 ante Athletic Bilbao, por la Liga.

El paso siguiente fueron los amistosos de la selección. Primero, no jugó contra Italia. Después de la victoria ante la Azzurra, el 23 de marzo, él mismo confesó su preocupación: "Vengo con molestias hace tiempo en el isquio y en el aductor. Vengo arrastrando. Entreno normal, pero todavía está la molestia. Decidimos que es mejor limpiar todo por lo que viene", advertía. A último momento reapareció el dolor y tampoco estuvo ante España, en el derrumbe de Madrid.

Cuando Messi se reincorporó a los entrenamientos azulgranas, el DT Valverde también comentó los dolores del rosarino: "Estoy como tiene que estar un entrenador cuando tiene a un jugador importantísimo con una pequeña molestia. Lo estamos cuidando, de la misma manera que lo cuidaron en su selección. Tiene una pequeña molestia y que eso conlleve una rotura es mucho más grave". Clarísimo. Messi fue suplente contra Sevilla. Perdía 2-0 Barcelona; él ingresó y el puntero salvó el invicto. Messi fue decisivo por su participación en los goles -uno suyo-, pero su versión global resultó discreta. Solo apareció para ganar el partido., nada menos.

Desde entonces, Messi juega como anestesiado. Sin la propulsión habitual, sin la explosión característica. Interviene con menos continuidad en el juego, más atento al pase que a la acción individual. Lo vio el mundo en la serie ante Roma que significó la frustrante eliminación de Barcelona en los cuartos de final de la Champions. Ni los tres goles a Leganés desactivaron la preocupación. Tras ese cotejo, Valverde reveló una pista que explica por qué Messi no para hasta sentirse plenamente recuperado: "Es un jugador que tiene que mantenerse activo". Por eso jugó contra Valencia , y también ingreso anteayer en la media hora final con Celta. Pero siempre con su versión terrenal. Precisamente antes de enfrentar a Celta, cuando Valverde adelantó que haría varias modificaciones para visitar a los gallegos, mandó un mensaje sobre Messi: "Que en Argentina estén tranquilos. Queda un montón para el Mundial". Sabe de la inquietud del otro lado del Atlántico. Y lo sabe bien porque la neurosis principal se la trasmite alguien que está muy cerca suyo. Messi, desde ya.

Hace más de un mes que el dolor está ahí; se va, pero regresa. Nunca desaparece totalmente. Esa zona no lo deja en paz y frustra a Messi porque le impide ser él. Ya el 18 de enero, el delantero era revisado en la Clínica Creu Blanca para conocer el alcance de unas molestias que habían aparecido. El parte médico oficial de Barcelona, indicó: "Las pruebas han descartado una lesión muscular en los isquiotibiales de la pierna derecha y por tanto se trata de unas pequeñas molestias. La evolución marcará la disponibilidad para los próximos partidos". El mismo lugar. Tres meses después, no llega la calma.

La mundialitis ataca los planes de Sampaoli

No le faltan preocupaciones al entrenador por las lesiones o la inactividad de varios de sus futbolistas:

Sergio Agüero. Tendrá tres o cuatro semanas de rehabilitación tras la artroscopia en la rodilla izquierda. Llegará al Mundial sin el ritmo que traía en Manchester City.

Sergio Romero. Sin minutos en el United, un traumatismno en la rodilla derecha lo sacó del amistoso con España. Desde entonces, no volvió ni al banco. Tampoco jugaría en la FA Cup.

Marcos Rojo. La rotura de ligamentos que sufrió en 2017 todavía le pasa factura. En el United no juega un partido completo desde el 3 de febrero; va al banco o a la tribuna.

Eduardo Salvio. Desafectado de la última gira, en febrero fue operado en la rodilla derecha. Desde que volvió, apenas sumó 38 minutos en tres partidos, siempre desde el banco.

Ramiro Funes Mori. Apenas el sábado pasado volvió a jugar en Everton, después de más de un año: se había lesionado en marzo de 2017 jugando para la selección ante Bolivia.

De Agostino: "Agüero no llegaría al 100% desde lo físico"

La recuperación de Sergio Agüero será un tema que rodeará a la selección de aquí en adelante. La sorpresiva artroscopia en su rodilla izquierda activó la alarma. Su padre, Leonel del Castillo, entregó algunas señales inquietantes: "Va a estar un mes parado. Las condiciones dan para que llegue bastante bien al Mudial", declaró en radio La Red. Y la palabra "bastante" quedó repiqueteando. El traumatólogo Homero De Agostino, médico de la AFA, acercó precisiones que acentuaron la preocupación: "Que un jugador se haya hecho una artroscopia a 60 días del Mundial es preocupante", aceptó en Radio 10. Incluso, fue más allá: "La recuperación no demandará menos de cinco semanas. Imagino que no llegaría al 100% desde lo físico con el poco tiempo que falta para el Mundial". Integrantes del cuerpo médico de la selección viajarán en los próximnos días a Europa para seguir la recuperación. Ayer, desde la cuenta de Twitter oficial @Argentina, se notificó: "Agüero evoluciona correctamente de la operación y mañana comenzará con los trabajos de rehabilitación".

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