Oscar Marchant, entre el sacrificio y las satisfacciones
La historia de Oscar Marchant, delantero de Jorge Newbery, demuestra que la pasión de los jóvenes por el “deporte más lindo del mundo” puede más que las dificultades.
COMODORO RIVADAVIA (ADNSUR) - En su mayoría, el sueño común de los jóvenes es jugar en forma profesional al fútbol, pero no siempre esto implica viajar afuera del país. En esos casos, el anhelo de vivir practicando el “deporte más lindo del mundo”, como suelen decir muchos futboleros, alcanza para recorrer un mundo lleno de desafíos y objetivos en la alta competencia. Mucho de eso hay en la historia de Oscar Marchant, actual delantero de Jorge Newbery, quien charló en exclusiva con ADNSUR.
"Soy de Pico Truncado, tengo 30 años y empecé a jugar a los 4 en torneos infantiles, hasta que cumplí 12 y me surgió la posibilidad de hacer unas pruebas con la C.A.I (Comisión de Actividades Infantiles) que había ido a mi pueblo", relató Marchant.
"Me seleccionaron para que venga a Comodoro a seguir con las pruebas" y una vez que "me dijeron oficialmente que había quedado, comenzó la decisión con mi familia de venir a vivir a la pensión del club", agregó.
Sus padres no estaban de acuerdo con que se vaya del pueblo solo. Sin embargo, "yo tenía decidido irme a los 12 años de mi casa, apostar por el fútbol, el deporte que me apasiona", cuenta.
Cuando llegó a Comodoro Rivadavia, la adaptación no fue fácil, debido a que en la pensión vivían "alrededor de 40 chicos de todas partes de la Patagonia".
A Marchant le costó mucho acostumbrarse. Además “implicó una vida totalmente nueva y diferente. Te cambia todo, hasta en los más mínimos detalles. De ser un niño a tener que acostumbrarte a no tener a tus viejos, que ya no están para cuidarte de cerca –detalló el futbolista-. Es duro irte de tu casa a los 12 años, pero es un esfuerzo que hacen los futbolistas para perseguir sus sueños”.
DETRÁS DE SU SUEÑO
"Mi sueño siempre fue jugar en Primera División, pero por errores propios no lo pude cumplir. A veces uno toma decisiones equivocadas y cuando crece se da cuenta y se arrepiente", reflexionó Oscar.
Marchant jugó en la CAI, en Huracán, luego se fue a Ameghino y finalmente abandonó el fútbol por dos años hasta que, en 2017, volvió a la CAI y actualmente está “a préstamo en Jorge Newbery hasta fin de año”.
"Por ahora mis metas son poder salir campeón con Newbery para clasificar al siguiente Regional Amateur 2020, y actualmente espero ganar todo lo que juguemos y aprovechar al máximo el tiempo que me queda en el equipo, ya que a fin de año se vence el préstamo y retorno a la CAI", contó.
LA VIDA DETRÁS DEL DEPORTE
“En Comodoro pude formar mi familia. Hoy estoy acompañado por mi señora, Florencia, y mi hijo Tahiel, de 3 años y 8 meses. Su llegada me cambio la vida totalmente”, subrayó Oscar en diálogo con esta agencia.
“Por ahora seguir jugando es más fácil debido a que actualmente sólo estoy viviendo del fútbol, entreno dos horas diarias, o en su defecto cuatro cuando hacemos dobles turnos en la semana. Es mucho más complicado cuando hay que trabajar y entrenar dejando muchas horas a la familia”, confesó y añadió: “En su momento se me hizo muy difícil jugar. Cuando estaba en Ameghino y trabajaba 12 horas, dormía un poco y me iba a entrenar. Era durísimo vivir así”, recordó.
"Actualmente en Newbery entrenamos toda la semana y mi exigencia es otra porque, como decía, me dedico a esto. Es distinto para los compañeros que trabajan en otro lugar porque tienen que cumplir con sus horarios laborales", finalizó Marchant, cuya historia seguramente sirva de ejemplo para muchos jóvenes con sueños similares.