(Por Pasta de Campeón / ADNSUR) Vincenzo Torraca surgió de Unión San Martín Azcuénaga, llegó a Defensa y Justicia en 2023 y actualmente atraviesa un gran momento en el Club Atlético Platense, equipo que en la primera división se quedó con el subcampeonato de la Copa de la Liga Profesional 2023. El joven comodorense tuvo un jugoso mano a mano con Pasta de Campeón y habló en exclusiva de sus inicios, su presente y de sus sueños como futbolista.

El lateral por izquierda arrancó desde muy chico en Jorge Newbery haciendo lo que más le apasiona, pero años después terminó enganchando para la institución de Kilómetro 5. “Jugué desde los seis hasta los 12 y de ahí empecé en USMA en pre novena. Mi infancia la pasé ahí, con el club hice muchos viajes a Buenos Aires, eso es algo que tiene incorporado porque los dirigentes quieren que los chicos tengan la oportunidad”, expresó en ese breve repaso de sus inicios en el fútbol local.

Vincenzo de muy chico en la "Madriguera"

En el conjunto "Patricio" tuvo importantes actuaciones que lo llevaron a debutar a los 16 años en la primera división del fútbol comodorense frente a Petroquímica. “Me la veía venir porque estábamos yendo a entrenar varias veces con un compañero de referentes que había hecho lo mismo una semana antes. Era como que en cualquier momento se venía. Eso me sirvió para agarrar confianza”, recordó.

Seguidamente tuvo una prueba en Estudiantes de La Plata, pero los resultados no fueron los esperados: “no quedé y a mitad de año, apenas debuto en USMA, me vine para Buenos Aires en julio”. Posteriormente llegó la posibilidad de hacer lo propio en Defensa y Justicia, club en el que se mostró muy feliz de llegar. En ese momento, también en conversación con Pasta de Campeón, el joven defensor había expresado: "es una experiencia única, que siempre la soñé, desde que juego al fútbol desde chiquito”.

En el equipo de Florencio Varela tuvo que realizar las pruebas para intentar quedarse con un lugar entre los seleccionados y Vincenzo recordó con exactitud. “En el partido que tuvimos con Defensa y Justicia tuve que resaltar mucho y hacerme notar bien. Te miran un minuto y si no te prestan atención o no te quieren, te dicen que no. Es ese momento justo hacés una jugada buena, luego otra y van viendo que podés dar algo más, para luego llamarte. En esa semana era partido tras partido de lunes a sábado, tenés que rendir todos los días y jugar en distintas posiciones para ver dónde rendís y dónde no. Primero estuve de 3, luego de central, fui extremo y en otras más”, indicó.

Vincenzo en un encuentro frente a Tigre

El rendimiento fue clave y por ese mismo motivo, el “Halcón” le pidió que se quedara una semana en la pensión. “Me terminaron diciendo que inicie la pretemporada el 23 de enero del 2023 y ahí arrancó mi vida en Buenos Aires. El no sumar minutos y no poder acostumbrarme al rodaje de los partidos de acá, porque son diferentes a los de Comodoro, se me hizo difícil. El primer año no fue tan bueno, no por mí, sino por este mismo motivo, esperaba algo mejor”, describió con la clara realidad de que, sin poder mostrarse en el campo de juego, iba a complicar su despliegue futbolístico.

“Soy más ofensivo que defensivo, creo que soy mejor de mitad de cancha para adelante que para atrás. Soy más de llegar y tirar centros antes que defender, eso me cuesta y lo tengo que mejorar”.

En el medio también estuvo ese factor clave de adaptarse a esa nueva vida que englobó el fútbol, el colegio, el cambio de ciudad y estar lejos de los seres queridos, probablemente algo muy fuerte para los jóvenes de Comodoro y de otras ciudades del interior que apuestan por el crecimiento personal.

Mi mamá vino el primer año y me acompañó, mi viejo iba y venía de Comodoro, no se me hizo tan complicado extrañar”, dijo.

Borrón y cuenta nueva

Más adelante y por falta de tiempo de juego, Vincenzo no continuó con su actividad en el “Halcón” y desde el club mismo le aseguraron que iba a poder contar con chances en otra institución y así fue. “No lo tomé tan mal, sabía que si no era ahí iba a ser en otro lado, pero quería empezar a sumar minutos desde cero”. Y ahí se vino lo bueno: “la semana siguiente tuve otra prueba en Platense y era en general. Había entre 70 y 80 chicos, hicimos tres partidos de fútbol: el primero fue a prueba y les gustó cómo jugué, tuve que hacer otra y la pasé. Ya en la tercera participé con los chicos de ahí”, siendo ese el detonante para empezar a romperla.

Esa nueva oportunidad llegó junto a un cambio importante porque tuvo que pasar de vivir en provincia de Buenos Aires a Capital Federal para “ponerse los cortos” y darle con todo a su ciclo en el “Calamar”.

Vincenzo en acción

Vivía en Berazategui casi pegado a Florencio Varela, de ahí vine para Capital. En un principio pensé que Platense iba a entrenar en el Predio Galván, entonces me quedé en el microcentro porque me quedaba a más o menos media hora. Finalmente los entrenamientos fueron en Escobar, que está a una hora y algo. Es algo cansador, pero no es un tramo tan largo”.

Cómo es Platense desde adentro 

Metiéndose de lleno en el día a día en el conjunto de Vicente López, hizo su descripción de lo que vive desde el momento que pisa el club hasta que vuelve a casa ya finalizados los entrenamientos. “Es todo muy lindo, hay personas muy buenas con ganas de que nos vaya bien a todos. El cuerpo técnico es buenísimo y están para ayudarte, confían en vos y día a día tratan de que mejores”. Y puntualizó cómo es el trabajo del cuerpo técnico: “te ayudan en lugar de criticarte. Si no te sale algo, te motivan para mejorar. Ellos entienden porque son jugadores retirados hace muy poco y saben de qué se trata”.

“Quisiera llegar a vivir de esto, mantenerme en este deporte tan lindo durante muchos años y poder jugar en las grandes ligas de Europa”.

Y no todo se trata fútbol porque también llegó a esas tierras con un objetivo secundario, similar a lo que hizo el ex Boca, Lisandro Magallán, previo a partir a Países Bajos. "Arranqué a estudiar arquitectura porque era mi 'plan B' de toda la vida, siempre quise cursarla. Iba con las cinco materias, pero tuve que bajarme de algunas porque la carga horaria era intensa. En el día a día salgo temprano de casa, tipo siete de la mañana para el predio, vuelvo en las primeras horas de la tarde a almorzar, luego intento descansar y seguir con el doble turno", reveló.

Por último, no se olvidó de Unión San Martín Azcuénaga y le dejó un cálido mensaje tanto a la institución como a las personas que la integran: “extraño ir a USMA a compartir las tardes, llegábamos tipo 18 y me volvía a eso de las 22. Estábamos todas las tardes con los chicos y era algo muy lindo. Estoy siempre agradecido al club, es el equipo que sigo desde chiquito, hice todas mis inferiores ahí y debutar en la primera fue muy lindo. Hicieron y hacen mucho por los pibes al traerlos a Buenos Aires a que estén consiguiendo pruebas y se preocupen mucho por su formación”.

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