Ricardo Fueyo, el rugby y la dirigencia en las venas
La vida de Ricardo Fueyo está ligada al deporte desde siempre. Su padre fue fundador del colegio de árbitros de Comodoro y desde los 3 años ya lo acompañaba a la cancha. Se crió en la libertad del barrio de Astra, que en aquellos tiempos era un campamento petrolífero y su primer amor fue sin dudas el fútbol. La política y sus hijos abarcaron la otra parte de su vida.
"Nunca estuve en un lugar donde a la hora de la comida no se hable de deporte. Soy hincha de Boca y Palazzo. El padre de Orlando Lamas armó un equipo en el barrio que se llamó "Relampago Negro" y ya jugábamos con camiseta roja y negra. En los sesentas la empresa despide a más de la mitad del personal y el barrio de Astra desapareció. Cada familia tomó su rumbo y ahí se fundó el club Palazzo, por eso soy hincha", recordó.
Fueyo, a su vez, es de la primera camada de la escuela del Liceo Militar, donde paso de la libertad de la pampa patagónica a conocer las restricciones. El rugby le llegó como causalidad a un castigo que le habían impuesto. Allí además aprendió lo que era la amistad, el compañerismo y tener un grupo compacto que se cerraba y se defendía.
Sobre aquellos momentos , el "Flaco" contó: "me quería morir cuando comencé en el Liceo. Pasé de jugar todo el día en libertad a que me impongan muchas cosas . Mi cable a tierra era la hora de gimnasia y cuando tenía otras actividades me escapaba para jugar al fútbol. En cuarto año (15 años) me agarraron por segunda vez escapándome, me suspendieron el fútbol y me mandaron a hacer esgrima. Cuando llegué a la primera clase el profesor me dijo. Tenes dos opciones: esgrima o rugby".
"Elegí rugby y fui pensando en hacerlo unas semanas y volver al fútbol. El físico no me acompañaba, porque era flaco y bajito. Fui a ver el primer entrenamiento y el sábado jugaban asique también fui a verlos. Estaba en la tribuna mirando el partido y uno se lesiona. El "Vasco" Garate, que era el técnico, me dijo que entre. Me cambié y jugué. No sabía nada y automáticamente estaba en un scrum. Termina el partido y Miguel (Garate) me reta por una jugada y ahí le dicen que yo nunca había jugado . Me llamó aparte, y me dijo que si nunca había jugado y con ese físico entré a un scrum, iba a ser un gran jugador", agregó.
Desde ahí nace una historia con la ovalada que traspasa de generación a generación. En la actualidad, hay familias ( abuelos, hijos y nietos) que han tenido la dicha de ser dirigidos por Ricardo. Una historia de locuras y plagadas de anécdotas.
Con Liceo Militar iniciaron una movida para disputar el torneo local y como no los dejaban bajo ese nombre, fundaron Mara. Con ese equipo consiguieron de manera invicta los dos primeros torneos que jugaron y se generó una tradición que se transmitió camada a camada.
Luego llegó la etapa de emprender viaje a la capital de la provincia de Buenos Aires para estudiar abogacía, pero el golpe de estado de 1976 obligó a hacerlo regresar a Comodoro. En la ciudad de los diagonales sólo se dedicó al fútbol.
"La época de La Plata me marcó. Pasamos de la euforia de la vuelta a la democracia a otro golpe de estado. Cuando volví me puse a entrenar fútbol en Comferpet. Después me encontré con viejos compañeros que me dijeron de volver al rugby. Empecé a jugar en Mara y automáticamente empiezo a dirigir a la cuarta division y también me convertí en el entrenador de la selección Austral, con la que fuimos a disputar un Argentino", rememoró.
Con aquel seleccionado jugarían ante el de Buenos Aires lleno de Pumas, como por ejemplo Marcelo "Tano" Lofreda. El "Flaco" además formó el equipo Universidad Nacional, que fue la primera experiencia de un equipo de rugby de la ciudad conformado por jovenes de todos los barrios. Como su etapa de formador, la de dirigente la arrancó también a temprana edad y en 1982 asumió como presidnete de la U.R.A. con tan sólo 27 años, convirtiéndose en el más joven de la historia. Debió dejar de jugar y estuvo al mando de la Unión cuatro años.
Cuando dejó la presidencia, formó Los Tauras que después terminarían recayendo en el Club Deportivo Portugués, sin dudas otro de sus grandes amores. Pero en el primer momento tuvo una tarea difícil, que fue cumplir la Ley Fueyo, que él mismo había impulsado cuando presidía la U.R.A. La misma decía que para poder presentarse en la categoría principal, debía tener las juveniles completas.
"En 40 días formé la M15, 17 y 19. Las 3 categorías jugaron todo el año con el mismo juego de camisetas. Para los más chicos eran gigante, los del medio eran los que más cerca andaban y los grandes las usaban apretadas (risas)", comentó.
Después formó el rugby infantil, que al no tener otros equipos en la zona, hizo su debut en Buenos Aires, contra San Luis y Pucará con las categorías M8 y M 11. Fueyo dirigía las juveniles, la primera e infantiles.
"Cuando me siento desbordado lo convenzo a Paco Mayorga que venga a jugar con nosotros y que empiece a dirigir. Cuando aceptó, me quedé más que nada con infantiles. Él es parte fundamental de la historia de Portugués", admitió.
En "Portu" se comienza a hacer un trabajo social con chicos de barrios aledaños que décadas después daría sus frutos deportivos con un plantel superior que arrasó en el torneo local y se convirtió en el único club comodorense en alzarse con tres torneo Austral.
"Era un sueño imposible avanzar con el rugby en situaciones muy complicadas. Hoy piso el club, veo lo fantástico que está y digo pude cumplir mi sueño por ser obstinado, confiar y porque cuando no estuve hubo gente que siguió luchando. Con orgullo somos uno de los clubes más grandes de la región", enfatizó.
Fueyo siempre siguió ligado al rugby infantil. Era habitual verlo por los barrios buscando chicos para llevarlos a entrenar al club y hoy entrena a nietos de jugadores que dirigió hace 40 años. También despunta el vicio de periodista difundiendo la actividad en radio crónica con su programa "Fue Try".
El lado B
Todo lo que contamos anteriormente, Ricardo lo hizo en paralelo con sus otras actividades tanto laborales como de padre. Fue dirigente estudiantil de Estudiantes de Comodoro Rivadavia en La Plata entre 1973 y 76, y dirigente político en Comodoro desde 1982 a la actualidad. También Secretario General del gremio Judicial de Chubut y Secretario de Prensa de Judiciales a nivel Nacional, entre 1982 y 1999, donde nunca pidió eximición de funciones y trabajó hasta jubilarse en 2017.
"Siempre quise trascender. Nunca me conformé con ir a un lugar y limitarme. Así como luché por el crecimiento del rugby cuando fui judicial conseguimos la ley de porcentualidad que hasta el día de hoy le permite a los empleados judiciales tener sueldos muy buenos ", afirmó.
Igualmente, tuvo etapas que su trabajo no estuvo vinculado a la política como cuando fue preceptor en el Liceo Militar , empleado en la Inmobiliaria de Ernesto Ciria y periodista deportivo tanto gráfico como radial.
Después de ser concejal (1999/2003), fue Presidente de Comodoro Deportes de (2007/ 2011) y de Chubut Deportes (2011/2015). Como representante del deporte provincial, consiguió cosas históricas como llevar a la provincia a estar entre los tres primeros puestos a nivel nacional en los Juegos Evita (más de 100 medallas en una edición) y en 2013 a ser campeón de los Juegos de la Araucanía.
"De Comodoro Deportes tuve la suerte de ser quien defendió la creación ante el Consejo Deliberante y luego me tocó presidirlo. A partir de ahí mérito de los que siguieron ya que hubo una continuidad en la política deportiva y muchos clubes crecieron recuperando tiempo perdido desde el ocaso de YPF hasta la creación del Ente. El dinero ahí está bien invertido porque mucha gente accede al deporte que es muy bueno para la vida en sociedad", resaltó.
A su vez, de Chubut Deportes, aparte de los éxitos deportivos, tuvieron atletas con proyección olimpica, sacaron chicos del interior y los llevaron a ser figuras destacadas con un gran equipo de trabajo, que también hizo crecer el deporte de chicos con discapacidad.
Actualmente, Ricardo vive en una pequeña casa del barrio Pueyrredon, es secretario de Economía Social de la municipalidad, tiene su programa radial los días jueves en radio crónica donde difunde el rugby y sigue con su pasión de trasladar conocimientos rugbistas a los más pequeños. A su vez, tiene tres hijos y dos nietos.
"Siempre me he regido por defender a ultranza valores y principios. Son cosas que no negocio. Creo que es la mejor herencia que le puedo dejar a mis hijos. Nunca me interesó el dinero y así soy feliz. Lo que gané, lo gasté en viajes y la educación de ellos", recalcó.
Con sus hijos comparte la pasion por el Deporte. Los varones del rugby y Lucia el hockey. Todos del "Portu".Dos son profesionales y el tercero está a punto de recibirse de médico. También ya su nieto mayor, Benicio, se entrena con él en el "Lusitano" y el menor, Filippo, tiene el mismo destino.
"Es un regalo de la vida. Mis viejos ,que la pasaron muy mal como muchos en esa época, se rompieron el lomo para estar bien y mis hijos le dieron la razón a todo lo que se esforzaron ", enfatizó.
Por último, El "Flaco" dijo: "hoy me quedan los momentos vividos. La gente que se acerca porque entrené a su hijo o les he brindado ayuda en algún momento . He sido un tipo muy feliz con lo que he vivido".