Tiempo para jugar, jugar para vivir
En tiempos donde se juega la vida, nos vemos obligados a construir nuevos modos de ser y estar con otros. Cuando no hay permiso para “salir a jugar”, facilitar el juego es ampliar posibilidades.
En tiempos de cuidar la vida, donde aparecen figuras tales como el aislamiento social obligatorio, el distanciamiento de nuestros seres queridos, el encierro para muchos, nos vemos obligados a construir nuevos modos de estar presentes. En este contexto de complejidad creciente las categorías de tiempo y espacio -que históricamente han organizado el sentido del transcurrir diario- han estallado, ya no existen tal como las conocíamos.
En un mundo donde el tiempo es medido en términos de productividad, regido por la velocidad del consumo, y la hiperpresencia de la tecnología, nos vemos arrojados intempestivamente a otras regulaciones temporales. Con el fin de mantenernos vigentes y no perder la dinámica relacional que nos incluye en el mundo laboral, afectivo e incluso educativo, hemos incorporado con gran creatividad innumerables formas e instrumentos comunicacionales. Videollamadas con los abuelos, teletrabajo en casa, tutoriales varios para resolver cuestiones nuevas y viejas también, actividad física con gran inventiva casera, cocina experimental, etc. Nos hemos puesto a explorar, aprender nuevas cosas o nuevos usos, en definitiva a jugar para poder vivir y atravesar este momento. TERMINA DE LEER ESTA NOTA HACIENDO CLICK ACA