El vecino de Astra que fabricó el siglo pasado el primer colectivo de Comodoro y se adelantó 10 años a los porteños
En el año 1918 a las afueras del pueblo de Comodoro Rivadavia, más precisamente en el campamento Astra, Gert Van Heerden fabricó el primer colectivo de la zona junto a su socio Federico Zimmermacher ¿Fue el primero en el país? ¿Cómo lo construyeron? ¿Cómo era el servicio del transporte público en aquellas décadas? Toda esta información en un nuevo episodio de “Comodoro aquella vez…”
Gert era herrero y golpeaba un clavo grueso con un martillo. Algunos chispazos saltaban al chocar los materiales. El sonido del viento se mezclaba con el ritmo constante de la herramienta. Hacía frío y la tierra que volaba le limaba la cara. Por unos minutos miró el paisaje: “hoy el clima no amaina “, pensó el herrero, bajó la vista y siguió trabajando. Esta podría haber sido una escena de la vida cotidiana de Van Heerden, el inmigrante bóer que construyó el colectivo, pero nadie registró ese momento. Hace más de un siglo el objetivo no era reconocer hechos históricos, solo había tiempo para para trabajar.
Podemos aseverar que en 1918 en un taller al borde de la ruta en la zona del campamento Astra, Van Heerden adaptó un Ford T y lo convirtió en un colectivo de 6 a 8 pasajeros y recién en 1928, en el Río de la Plata, un grupo de taxistas porteños se organizaban para este mismo menester.
Las realidades eran diferentes en estos lejanos puntos del país: En la city porteña los taxistas se reunieron para pensar en cómo podían resolver la crisis económica y la idea de este transporte fue una solución. Por otra parte, en estas tierras lejanas en donde habitaban pocas personas la necesidad urgente era trasladarse en largas distancias, por caminos de tierra y piedra y en un clima demasiado hostil.
Dicen las ciencias sociales que existe la "invención paralela". Personas alejadas unas de otras a miles de km de distancia pueden pasar por un proceso creativo similar o casi idéntico sin necesidad de conocerse y mucho menos de comunicarse. Es posible que este haya sido el caso. De hecho según se registró en el libro editado por el Primer Museo Virtual del Transporte Argentino (busarg.com.ar), existieron otros antecedentes de este transporte: Rosario 1911, Mar del Plata 1912, etc.
Hay pocos registros sobre esta parte de la historia y es por eso que ADNSUR decidió entrevistar a Ángel Sánchez que durante su tarea periodista radial por 12 años en “Rescatando la historia” tuvo la posibilidad de indagar sobre diferentes temas fundacionales de nuestra ciudad y uno de ellos fue este primer colectivo.
Quien era Gert Van Heerden
Ángel sonríe de manera entusiasta cada vez que se la hace una pregunta y a muchas responde con la aclaración de: “no hay crónicas, son hipótesis”.
La charla comenzó así: “el primer coche colectivo fue astrense y se hizo antes que en Buenos Aires. Ellos ni se enteraron, quedábamos muy lejos”, afirmó el periodista.
¿Quién fue Gert Van Heerden? Es la pregunta obligada.
“El que lo hizo, el que lo fabricó y vio el negocio, fue Gert, llegó de Sudáfrica con 19 años en 1907. Trabajaba en carpintería, herrería y ebanistería”, respondió rápidamente Ángel.
Dicen que era un joven fornido y aventurero, sus padres y sus 9 hermanos quedaron en ciudad Del Cabo esperando que alguna vez volviera, pero Gert echó raíces y aquí quedó. Conoció a la que fue su esposa: Clara, hija de Don Francisco José Behr, también sudafricana y construyeron su casa en la zona de Astra. (Fragmento extraído de un relato escrito por Francisco Van Heerden, hijo del Gert)
Como era el colectivo
Van Heerden tenía su taller al borde del camino cuenta Sánchez, allí armaba y reparaba carros que eran los principales medios de transporte para la explotación petrolera que se iniciaba. Por otra parte, circulaban por la zona los propietarios de las chacras circundantes que iban al pueblo a comercializar sus productos alimenticios. En ese contexto apareció la idea.
Lo primero que hizo junto a su socio fue adaptar el chasis de un Fort T, lo tuvieron que extender y carrozar. Se instalaron asientos paralelos y tenía una capacidad aproximada de 6 a 8 personas. No tenía vidrios por lo que se especula que los pasajeros debían viajar muy arropados. Figuraba en su frente el número 3 y una campanita que suponen que era para anunciar sus paradas.
El tiempo de viaje calcula Sánchez que era casi de un día, teniendo en cuenta que eran caminos de ripio, con muchas subidas y bajadas. Aunque un vehículo de este tipo podía circular a unos 70 km por hora, en este contexto geográfico las velocidades alcanzadas no deberían superar los 20 o 30 km. Salía desde Astra hasta el pueblo pasando por: km8, km 5 y km 3.
No hay testimonios de cuánto se cobraba de pasaje. Es posible que aparte de transportar pasajeros, llevara mercaderías de un campamento al otro. Dicen que era muy puntual. El recorrido era paralelo a las vías del ferrocarril, era cuatro veces por semana, cuando el ferrocarril solo pasaba tres.
El tiempo pasó y Gert comenzó a trabajar en YPF, es desconocido el año en que dejó de circular la línea de Van Heerden y que destino tuvo su socio Zimmermacher.
Un pueblo que surgía
Ante un suceso puntual siempre hay precedente. Conocer el contexto histórico es importante para entender porque somos como somos. El profesor de historia Daniel Bórquez conversó con ADNSUR y profundizó sobre el pueblo de Comodoro Rivadavia y el transporte público de pasajeros.
“La historia del transporte en Comodoro parte de los carros que eran tirados por animales”, fundamentó Borquez. Una vez fundada Colonia Sarmiento en1897 era necesario transportar la producción agrícola ganadera hasta Camarones. Es ahí donde Pietrobelli comienza a pensar la posibilidad de crear un puerto en lo que hoy es Comodoro Rivadavia (fundación 23 de febrero 1901).
El pueblo comenzó a crecer alrededor del puerto, se asentaron barracas y comerciantes. Se inició un efecto dominó: el casco urbano necesitaba prestar servicios a quienes llegan a trabajar: zapateros, peluqueros, sastres, modistas, etc. Llegaron grupos empresarios fuertes que invirtieron en la zona como los Menéndez de La Anónima y Lahusen de origen alemán. Esto da origen a la instalación del Banco Nación y del Banco Alemán Transatlántico.
Por otra parte, la explotación petrolera generó el asentamiento de campamentos petroleros en la zona norte del pueblo, por lo que comenzaron a llegar más obreros con sus familias a instalarse en la región
El primer transporte público de pasajeros
El gobierno nacional decretó la construcción del ferrocarril y en 1909 se instalaron sus talleres en lo que hoy es el barrio km 5. Este fue el primer antecedente de transporte público. Se unía Comodoro Rivadavia con Colonia Sarmiento y en este recorrido se conectaban también los campamentos de zona norte.
La geografía era accidentada y las distancias entre los campamentos eran extensas.
“En un principio la gente en el pueblo se trasladaba caminando, eran pocos los que tenían dinero para comprarse un vehículo”, afirmó Borquez y agregó: “era dificultoso el tránsito porque donde hoy están las calles Rivadavia y Belgrano estaba el cerro “Chenque chico”.
A medida que el pueblo crecía las familias se instalaban en la ladera de cerro, ya que estas tierras eran fiscales y eran las más accesibles para estos pobladores. De esta forma el caserío quedaba dividido en planta baja y alta, por lo que también se dificultaba el transporte.
Las primeras líneas de colectivo
Borquez destacó como un hecho notable la fabricación del colectivo de Van Heerden ya que recién en la década del 40 surgieron las primeras líneas de colectivo en el pueblo.
Los empresarios Corio Stefanoff y Nicolás Matzeiko solicitaron al Concejo Municipal explotar el servicio público de pasajeros para alivianar las grandes distancias que debían recorrer los trabajadores. Propusieron dos modalidades de transporte: en la planta baja un colectivo con 21 asientos y en la zona alta un auto para cinco pasajeros sentados. Argumentaban que el transporte era una mejora y fomentaba un mayor arraigo de los pobladores en el Barrio Oeste. (Extracto del libro Crónicas del Centenario página 257)
Crecimiento y planificación
El historiador reflexionó respecto al sistema de transporte público y dijo: “El sistema del transporte sufrió lo mismo que sufrió la ciudad: la falta de planificación en la expansión sobre todo a partir de la década del 30. Nunca pensaron que Comodoro iba a extenderse tanto como lo hizo”.
Comodoro Rivadavia fue una ciudad aislada desde sus inicios y debía autoestructurar su propio transporte. La conexión con el norte y con el sur por caminos accidentados. El ferrocarril que dejó de funcionar en la década del 70 y fue allí donde el colectivo comenzó a tomar mayor protagonismo. En la actualidad vivimos un ejemplo clar,o afirmó Borquez: “La falta de planificación nos ha llevado a lo que vivimos hoy. Quieren arreglar la calle San Martín, modifican el recorrido del transporte y nadie se entera. Hay una desorganización en relación al crecimiento urbano y la geografía”.
Un mundo de 20 asientos
Quienes viajaban en colectivo en otras décadas recuerdan los vehículos por sus colores, sus nombres y sus números de líneas. Subirse a un era representaba una aventura diaria.
Luis de Francia tiene 79 años, fue uno de los propietarios de la recordada Línea 13 y relató:
“La línea 13 vino para ocupar un servicio que era diferente a los otros: limpieza de los vehículos, los choferes bien arreglados e higienizados y las frecuencias que tenía. En horario de comercio andaban cada un minuto. Se cuidaba el servicio al pasajero, fue distinto a todos los demás”. Según explicó Luis, esta línea recorría el barrio Industrial, Roca, La Loma, centro y km 4. Se inició en año 1965 y dejó de existir en 1978 cuando iniciaron Patagonia Argentina y Transporte Comodoro.
Julio García tiene 69 años, es vecino de Astra y recordó: “Nosotros nos llevábamos el equipo de mate, los recorridos eran largos pero nosotros la pasábamos bien. Nos sentábamos al fondo, contábamos chistes, cantábamos y festejábamos cumpleaños”.
Los recorridos eran interminables y así la historia de cada pasajero rodaba por la ciudad.