Qué es de la vida de los hermanos Bargas: de la tragedia de perderlo todo en un incendio a la lucha por salir adelante
El 10 de junio de 2019 un incendio les arrebató todo. Sus padres, uno de sus hermanos y la casa que alquilaban en el barrio Pietrobelli. Nunca supieron cuál fue la causa que lo originó, pero sí que fue su mamá -junto a un vecino- quien logró salvar y sacar de la casa a 7 de sus 8 hijos y ponerlos a salvo. A tres años de la tragedia, aún esperan que les entreguen la casa que el municipio prometió. La vivienda está construida pero por cuestiones administrativas que no se resuelven, al cierre de esta edición, todavía no podían habitarla.
Jeric tenía 3 años, Milagros 5, Federico 11, Tiara 13, Kevin 16 (falleció en el incendio), Fernando 19, Lourdes 21 y Jeni 22 años cuando el 10 de junio de 2019 a las 9 de la mañana los despertó el fuego que rápidamente consumió la casa que compartían junto a sus padres, Fabián, Nancy y uno de los hijos de Jenni en un pasaje del barrio Pietrobelli. Los candados y rejas en puertas y ventanas fueron una trampa mortal para esta numerosa familia que no logro torcer el destino.
“Escuche unos gritos, salí y era la casa de la vecina que se estaba prendiendo fuego y ni dude me metí a ayudar. No podía abrir la puerta porque había mucho fuego, me pasaron un pico y con ese pude romper un barrote de la reja. Salió Fernando, su mamá me pasó a la Mili y a Jerik y no pude hacer más nada. Quise sacar a mi amigo Kevin, y su mama que no quería salir”, así recuerda el momento Eric, el vecino de la casa contigua que -junto a Nancy la mamá de los nenes- ayudó a sacarlos por una ventana en el medio de las llamas.
Lourdes hoy tiene 24 años, es una de las hermanas mayores y quien asumió la tutela de los cuatro más pequeños. Tiene entre sus manos algunas pocas fotos que logró rescatar una semana después del incendio, cuando junto a sus hermanos decidió volver al lugar para recuperar algo de entre las cenizas.
“A mi mamá la vimos cuando la agarro el fuego- dice con absoluta entereza- Eric había terminado de sacar a Jerik, quiso sacar a Kevin pero ya estaba desmayado entonces de la nada apareció una llama que agarro a mi mamá y tuvo que correrse porque no le daba tiempo de ayudar a Kevin a salir. Lo primero que pensé fue en salir, pensé que nos íbamos a salvar todos”, dice.
La cercanía al Destacamento 1 de calle Kennedy, les permitió a los bomberos llegar de inmediato aunque se dificultó el acceso al pasaje donde estaba ubicada la vivienda. “Había mucho nerviosismo en la gente y en el personal de Defensa Civil que había arribado un par de segundos antes que nosotros. Empezamos a desplazar material y trabajar sobre el incendio de la vivienda", recuerda Víctor Alvarado, Oficial Inspector Bombero.
“Lo primero que vi cuando ingrese al lugar es la señora que estaba sobre el cuerpo de su hijo como cubriéndolo. Vos te podes dar cuenta que no tuvieron tiempo de nada, ella hizo todos los esfuerzos para salvar a su hijo pero una vez que el incendio se generaliza es muy difícil. Ella pudo sacar por lo menos a los chicos que están vivos y que hoy pueden contar en primera persona qué fue lo que pasó realmente”.
Reponerse de las tragedias
Fabián, Nancy y su hijo Kevin (16) no sobrevivieron al incendio. Milagros, Jerik y Tiara fueron los más graves y permanecieron en terapia intensiva. En julio del 2018 Milagros ya había sufrido un accidente doméstico, se quemó el 35% de su cuerpo con aceite hirviendo, lo que la llevó a estar internada varios meses en el Hospital Regional. Su caso tomó trascendencia pública en aquel momento, ya que fue la primera comodorense a la que le realizaron una operación con piel cadavérica.
Los 7 hermanos vivieron un tiempo con su tía, luego lograron alquilar y posteriormente el Club Deportivo Talles les prestó una pequeña casa en la que vivieron durante todos estos años. Pero de allí también tuvieron que mudarse un tiempo porque el pasado mes de abril sufrieron una importante pérdida de gas que reavivó en temor a una nueva tragedia. Piden que el Municipio les entregue la vivienda que construyeron para ellos junto a un grupo de vecinas -que los ayudan desde el día del incendio- y que debía ser entregada en noviembre de 2021.
"Sentí olor a gas, escuche un ruido y les dije a mis hermanos que saliéramos afuera. El encargado del Club llamó a los bomberos, Defensa Civil y Camuzzi. Buscamos algo de ropa y nos fuimos a la casa de nuestra tía. Mis hermanos de 8 y 6 años estaban bastante asustados... '¿Dónde vamos a vivir?', me decían", cuenta Lourdes Bargas sobre este último hecho que les tocó vivir.
Mirar al futuro
Lourdes es un pilar fundamental en la vida de sus hermanos. En 2019 luego de la tragedia, con 21 años, asumió la tutela de los cuatro más pequeños. Los más grandes ya formaron su propia familia y, entre todos y juntos, buscan el camino para salir adelante apostando al trabajo, el estudio y a ser felices.
“Iba a hacer un trámite de mis hermanos y me decían: ´tiene que venir la mamá’. No pero falleció, ´bueno que venga el papá’ también falleció y yo soy la tutora”, recuerda Lourdes con pesar.
“He ido a hacer trámites y me han tratado muy mal porque no me tomaban en serio. Al principio solo quería entregar el papel de la tutela y listo que no me hagan preguntas”. El camino fue allanado por quienes les brindaron ayuda y contención. Familia, amigos pero también mucha gente que no conocían se acercó. “Gente que no nos dio su nombre, iban a la casa de mi tía con donaciones. Hubo gente en el funeral que fue y nos dio plata para comprar lo que necesitemos. Gente que incluso nunca volvimos a ver”.
Actualmente Fernando (22) es empleado de comercio y Jeny (25) cuida de sus dos pequeños hijos. Lourdes finalizó sus estudios como auxiliar de farmacia y ahora busca un trabajo que les permita mejorar su calidad de vida. “Yo cobro el salario de los más chicos entonces con eso, por el momento nos estamos manejando bien. Obviamente tengo que conseguir un trabajo porque cuando nos mudemos me dijeron que la luz por mes te puede venir 25 mil pesos. Ese va a ser un tema complicado porque tenemos termotanque eléctrico, no hay gas ahí donde vamos a vivir. Entonces tenemos que usar caloventores. Yo necesito conseguir una trabajo”, dice Lourdes quien admite que la vida no se le está haciendo fácil. “No era tan fácil como pensaba.. no era tan fácil”.