¿Política o cotolengo?

Es sabido que Horacio Rodríguez Larreta trabaja en un proyecto presidencial hace mas de 10 años. Busca que el 2023 lo catapulte al sillón de Rivadavia y cumplir así su meta. ¿Será que lo logrará? 

Hasta hace unos meses parecía ser el candidato más posicionado dentro de Juntos por el Cambio, hasta que su principal competidora, Patricia Bullrich, empezó a ganar terreno nacional. Al jefe de gobierno porteño no le quedó otra que recalcular su estrategia. Empezó a tener mas injerencia en la campaña electoral su hermano Augusto y el verano se convirtió en una oportunidad de mostrarse “mas popular”. 

La nueva fórmula migró de mostrar gestión, planificación y moderación ante una sociedad polarizada, a estar apegado al marketing de las fotos (bastante ridículas, por cierto), endurecer el discurso político y caer en el relato de las desgracias de la Argentina.

Es que ningún político cuenta cómo solucionar la escalada inflacionaria sistemática del país, ni como generar puestos de trabajo genuinos ni tampoco cuál es el camino para bajar el gasto publico.

No lo hace ni el propio presidente de la Nación, quien tiene todavía un año por delante de gestión. Contrario a eso, esta semana publicó en sus redes sociales un video con estética electoral, mensaje electoral y tono electoral. Sin ir mas lejos, y a pesar de no transparentar su ambición de reelección, aseguró en un acto: “todas las posibilidades están abiertas”.

Otro que siempre esta listo para la carrera es Daniel Scioli. El embajador en Brasil se divide entre su rol diplomático (que destacan incluso en la oposición), y giras en el país que lo muestran en la escena nacional. En este sentido, tanto él como su mayor contrincante peronista, Sergio Massa, tienen el sello de “resurgir de las cenizas”.

Hablando de Sergio Massa…su aspiración política a futuro también es un “ni”. El ministro de Economía desmintió esta semana haber asegurado su lanzamiento a la contienda electoral en abril: “No me suban a otra carrera”.

Massa se muestra enfocado en la gestión de la economía y dice “no tener tiempo” para candidaturas. Sin embargo, por lo bajo, coquetea con la idea y asegura que no ve perdida la elección para el FDT. Massa sabe que la verdadera chance electoral en su espacio depende de él.

La conclusión, al día de hoy (la política argentina es vertiginosa), es que hay mucho cacique. Todos quieren ser estrellas de sus espacios políticos y nadie se termina de afianzar como tal. ¿Quién dirige la batuta? ¿Cristina Kirchner va a poder bendecir a un nuevo candidato o se van a “cortar solos”? ¿Y Mauricio Macri? ¿Logrará que Horacio y Patricia se pongan de acuerdo? ¿Y la UCR? ¿Quién es el líder ordenador de Juntos por el Cambio? 

Como siempre, tengo mas preguntas que respuestas. Lo cierto es que la campaña ya empezó y cada uno hace la suya. Pero el calendario corre. ¡Que cotolengo!