No hay tiempo, ni cheques en blanco
Los argentinos apostaron al cambio. Más de 14 millones de ciudadanos votaron a Javier Milei. ¿Cuánta fe y tolerancia hay para los cambios que se vienen?
El presidente electo Javier Milei prepara una serie de medidas para llevar a cabo los objetivos de su gobierno. Promete sacar a la Argentina de una aguda crisis con problemas estructurales e instituciones estatales con mucha resistencia a los cambios.
El presidente electo propone bajar 15 por ciento el PBI. O sea, no disimula la necesidad de ajuste abrupto, paralización de la obra pública y estatización de empresas. “No hay plata” fue la frase para resumir la situación del país.
Por el momento son enunciados. Hay que ver cómo caminan en la realidad todos los planes que están armando desde el gobierno que comienza el 10 de diciembre. La pregunta clave ante todas las reformas es: ¿Habrá un mecanismo de contención ante las consecuencias sociales que conllevan los cambios? A su vez, si nada se puede hacer por las consecuencias, ¿cómo llevar a cabo el cambio?
Javier Milei tiene varios desafíos por delante. Uno de los primeros es conservar el apoyo que le dieron las urnas. El libertario obtuvo el 55,69 por ciento de los votos. Lo votó una sociedad hastiada y cansada de promesas. Se apostó a un salto al vacío. Con esas condiciones, ¿cuánto tiempo se le va a otorgar de gracia para empezar a ver resultados?
El segundo desafío es tener un gabinete de personas competentes y que le respondan. Javier Milei no conoce el funcionamiento del Estado y carece de estructura política. En el armado del gabinete aparecen nombres cercanos a Mauricio Macri y a Juan Schiaretti. ¿Una especie de gobierno de unidad a lo Milei? ¿Va a lograr que le respondan a él y sus ideas?
En la última semana las idas y vueltas en los nombramientos fueron tan veloces y cambiantes que resultó desprolijo. ¿Qué pasará con los que creyeron que tenías espacio y quedaron en el camino?
¿Cómo lograr además tener una convivencia con sindicatos que solo han sabido ser funcionales al peronismo? ¿Cómo será el vínculo con quienes ahora se ponen el traje de oposición? Una vez más, son más las preguntas que las respuestas.
La Argentina no está para perder tiempo en prueba y error. Tampoco para dar un cheque en blanco antes de ver resultados.
