Con un barril a 50 dólares, se teme una recaída
La semana petrolera reflejó una serie de contradicciones en la cotización del petróleo que parecen responder directamente a los mensajes imprecisos de la OPEP, que al mismo tiempo que anuncia un pre acuerdo para congelar la producción y buscar la estabilización del precio, da a conocer que la producción de petróleo en el mundo sigue batiendo record histórico en cantidad de extracción de crudo en septiembre. Lejos de todo eso, la tensión en el golfo San Jorge se mantiene al ritmo de una menor actividad y la disputa por los puestos de trabajo a uno y otro lado de la línea divisoria entre las provincias de Chubut y Santa Cruz.
Mientras el WTI y el Brent superaban los 52 dólares por barril el lunes y algunos analistas pronostican un precio de 65 dólares para fines de 2017, las contradicciones de Rusia en torno a si adherirá o no al acuerdo que debería rubricarse en Viena muestran hasta qué punto cualquier tipo de previsión se torna inestable.
De este modo, es difícil afirmar si se va a cumplir el acuerdo alcanzado en Argelia hace dos semanas, por el que la producción de crudo de países de la OPEP quedaría congelada en 32,5 millones de barriles diarios. Dicho compromiso debería ser rubricado en Viena en reuniones a realizarse entre el 28 y 29 de octubre, para hacerse efectivo desde el mes de noviembre próximo.
Si hubiera un acuerdo firme entre la OPEP y Rusia para congelar la producción, el banco Citigroup ha anunciado una previsión de que a fines de 2017 el barril podría alcanzar los 65 dólares por unidad.
Sin embargo, son los mismos indicadores del mercado los que dejan entrever la dificultad para cualquier pronóstico: hoy la industria del fracking en Estados Unidos está aprovechando que los precios superan ligeramente los 50 dólares para extraer más petróleo (lo que a su vez, vuelve a elevar la oferta, que por superar a la demanda hace dificultoso que los precios sigan subiendo).
“Es probable que, en un corto período de tiempo, veamos un fuerte aumento de la producción tanto en Estados Unidos como en otros lugares", ha asegurado en una entrevista con Bloomberg News, el máximo responsable de la AIE. "Unos precios alrededor de los 60 dólares serán suficiente", para despertar a la industria del shale en EEUU.
Algunos productores estadounidenses ya han comenzado a aumentar sus operaciones. El número de equipos de perforación activos en EEUU ha aumentado de 328 a principios de mayo a 428 la semana pasada, según Baker Hughes.
Así, los intentos de la OPEP y Rusia para frenar su propia producción, choca contra la expansión de sus competidores directos, es decir los productores shale de Estados Unidos. Y para evitar que estos ganen mercado, las potencias petroleras no tienen más que volver a abrir el grifo para seguir inundando el mercado, a fin de bajar los precios.
Una puja en la que la cuenca del golfo San Jorge asiste como un lejano espectador, que tiene que pagar entradas caras a precios de reventa, para ver el espectáculo desde un incómodo y remoto espacio marginal.
Fuentes: El Economista y Bloomberg.