Ramón Santos, la frontera de la crisis petrolera
COMODORO RIVADAVIA (Por Raúl Figueroa / Especial para ADNSUR) – “No tenemos absolutamente nada en contra de otros sindicatos hermanos, sino que simplemente estamos defendiendo la fuente de trabajo de nuestros afiliados”. La frase, expresada por un delegado gremial del sindicato Petrolero de Santa Cruz, expone hasta qué punto el límite entre la vecina provincia y Chubut, que comparten la cuenca del golfo San Jorge, podría transformarse en una frontera en la medida en que la crisis petrolera continúe profundizándose, quitando espacios laborales en una y otra provincia.
Como en esos juegos antiguos en bailes populares, donde los participantes danzaban y corrían alrededor de un grupo de sillas en las que debían sentarse el parar la música, la situación petrolera y la disminución del ritmo de perforación plantea un escenario similar, aunque menos divertido. En el juego, el truco era que cada vez había menos sillas, dejando afuera a los participantes que quedaban de pie. Aquí, lo que se van restando son puestos laborales, pero la melodía está lejos de causar risas.
La actitud de delegados de Baker, ante el despido de 50 operarios santacruceños, motivó hasta ahora los hechos en que delegados gremiales pidieron a trabajadores de Chubut que regresaran a sus bases, en Comodoro, impidiendo su llegada a lugares de trabajo en áreas santacruceñas.
Tanto Jorge Ávila como Claudio Vidal han tratado de evitar el reproche público, pero admiten que el problema existe y no pudieron evitar un mínimo pase de facturas: el chubutense pidió una autocrítica de la conducción santacruceña, al referir que durante mucho tiempo la conflictividad en Santa Cruz fue demasiado elevada y esto podría ser causal de la menor actividad de las operadoras.
En igual sentido, Loma no ocultó su convicción de que ha habido “un acuerdo entre YPF y el sindicato de Santa Cruz” para que, al bajar los 10 equipos de perforación, priorice los puestos de trabajo a favor de los santacruceños, lo que se vio reflejado en la situación de stand by de 800 operarios de Chubut que dependían de aquellos equipos en Santa Cruz.
Reemplazo de operarios
Por su parte, Vidal, advierte que también ellos cuentan al menos 200 operarios paralizados solamente en el sector de torres, al tiempo que afirma que las operadoras encontraron una alternativa económica en el reemplazo de operarios: “Les resulta más caro traer gente desde otra zona, que tomar a la de esta provincia”, ha señalado el santacruceño, en alusión a lo que por otro lado Loma puso números concretos: fue cuando detalló que los petroleros chubutenses que iban a Santa Cruz tenían salarios del orden de los 55.000 pesos, por conceptos como desarraigo y otros, mientras que hoy perciben “18.000 pesos” al quedar parados en sus casas, mientras el reclamo sindical es que para al menos esa cifra llegue hasta cerca de los 30.000.
Ese será el tenor de las discusiones que el sindicato de Chubut retomará esta semana con YPF, a la que se le exige además que reactive al menos uno de los equipos de perforación en esta provincia, para paliar la situación de los trabajadores parados. Ávila necesita mostrar resultados concretos: la agenda electoral con vencimiento el próximo 4 de noviembre le exige cabalgar al frente de una crisis donde no impactan tanto las declaraciones en medios periodísticos ni las campañas publicitarias, sino los resultados concretos en términos de estabilidad laboral e ingresos para quienes “suben” al campo (o esperan en sus casas) día a día.
Del lado de Santa Cruz, la perspectiva no es mejor, ya que toda la cuenca está afectada no sólo por la cuestión del precio internacional, que podría coincidir con el mercado interno dentro de un par de meses, sino también por la mayor competencia que hoy supone la cuenca Neuquina con sus grandes reservas de gas y el alto precio que le ha garantizado el ministro Aranguren por vía del ajuste de tarifas. Con la perforación concentrada en Neuquén, Chubut y Santa Cruz deberían acordar una estrategia para que al menos, lo que está aún en pie no termine de desmoronarse.
Desde esa perspectiva, algunos analistas se preguntan sobre la gravedad del costo que podría adquirir un nuevo marco de conflicto, si no se logran los acuerdos esperados esta semana. Vidal lo dijo al pasar en una entrevista con esta agencia: “parece que el conflicto termina siendo funcional a las operadoras que no quieren perforar”.
Mientras tanto, los primeros ladrillos se han ido acumulando. Lejos del “amor” que supo predicar Néstor Kirchner ante periodistas de Comodoro, cuando en plena carrera presidencial en 2003 trató de minimizar, desde el sarcasmo, su dura política de controles en el puesto Ramón Santos hacia los trabajadores de Chubut, los ladrillos van construyendo, otra vez, una pared en medio del baile de los que sobran.