COMODORO RIVADAVIA (ADNSUR) - Después de las subas de la primera semana de noviembre, Raizen Argentina (ex Shell) se transformó en la segunda petrolera en reducir parcialmente el precio de sus combustibles, lo que se suma a una decisión similar que el sábado 10 había tomado Axion Energy. Detrás de estos comportamientos hay razones de mercado internacional y local, aunque los retrocesos se vinculan más con recuperar posición de mercado que por una menor incidencia en los componentes de la estructura de costos.

1) La firma Raizen Argentina, que es la compañía que controla Shell desde hace algún tiempo, resolvió en las últimas horas una baja promedio del 2,7% en sus combustibles. Antes, el sábado 10, lo había hecho Axion Energy, con una baja de entre 0,9% para nafta súper y un 3,2% en el diesel. Esto se da en un contexto de baja de precios del petróleo y también en la cotización del dólar, que fueron los mismos factores cuyo incremento explicaron los 14 aumentos sucesivos de precios en surtidor a lo largo del año.

2)  Sin embargo, esos retrocesos no compensan la última suba, ya que en los primeros días de noviembre ambas marcas habían promediado entre 5 y 7%  los incrementos, para nafta súper y gasoil, mientras que la Premium  se retocó por debajo del 4%. La razón podría obedecer más a una cuestión de competencia interna que a las variables macro económicas externas. En ese sentido, conviene recordar que la suba de YPF fue de 2% promedio, muy por debajo de las otras marcas, lo que le significó una diferencia de precios a favor que si bien siempre existe en algunos centavos, en este caso la brecha se hizo más notoria. Como ya hubo caída en las ventas de combustibles a partir de la escalada de precios, la petrolera de mayoría estatal tuvo margen para recuperar demanda sin quebrar su propia capacidad de respuesta, por lo que el retoque de precios de las otras marcas parece más una decisión para reducir esa diferencia de precios y acotar la merma de de su demanda.

3) En todo caso, el contexto externo hoy favorece la posibilidad de modificar hacia abajo los combustibles. El petróleo sigue disminuyendo su precio en el mercado internacional: el WTI ya perforó el piso de 60 dólares y cotiza en la banda de los 55, mientras que el Brent (referencia en nuestro país) se cayó de los 70 y se ubica en la franja de los 65 dólares por barril, en una acelerada debacle que lleva a algunos analistas a estimar que diciembre podría traer la novedad de un crudo, nuevamente, por debajo de los 50 dólares por barril. Esa disminución del petróleo, en combinación con la menor cotización del dólar dentro del país (por debajo de 37 pesos) completa la ecuación con dos factores cuya suba siempre dio fundamento a los aumentos de precio. Y si bien hubo subas aun cuando esas variables ya están en baja en el último mes, las petroleras apuntaban a alcanzar la paridad de importación (es decir, el mismo costo de importar un litro de nafta o gasoil), algo que según reflejan los precios internacionales, ya se habría alcanzado. Otro factor que incide en el precio es el componente impositivo, que se modifica en función del índice de precios, por lo que no sería extraño que al momento de plantear la revisión del impuesto se determinen nuevas subas.

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