Sofía Mazquiarán es abogada, pero ejerció poco tiempo. Es que, ya recibida, sabía que quería repetir la experiencia que tuvo cuando estudiaba, de viajar con una visa Working Holiday y vivir un tiempo en Nueva Zelanda, aunque en esta oportunidad, el destino sería Australia. Escuchá su historia en este episodio de "Comodorenses por el Mundo", el podcast de ADNSUR.

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"Vine hace 5 años, después me fui por un año entero a viajar... después volví y me quedé", cuenta, y recuerda que la idea de viajar surgió cuando cayó en sus manos un folleto de las visas Working Holiday mientras estudiaba. "En 2013 me fui a Nueva Zelanda, volví por 3 años a Argentina a terminar la carrera y arranqué a viajar... y no sé en que momento la cabeza me hizo un click y sin una gran decisión de por medio termine quedándome".

Manly, Australia

Instalada en Manly, al norte de Sidney, recuerda que al llegar no tuvo problema en encontrar trabajos temporarios y que el llegar a fin de mes nunca fue una preocupación por el alto nivel de salarios, incluso en los trabajos más básicos.

"Acá hice de todo, arranqué como la mayoría, que venimos con una cabeza mucho más de viajar y conocer... Como la mayoría de los que vienen por esta visa, la idea no es conseguir un trabajo estable, sino trabajar en lo que surja, agarrar un poco de plata y empezar a moverte para conocer".

Cuenta que lo usual es trabajar algunos meses, comprarse un auto usado y recorrer el país. 

"Acá con trabajar un par de meses te compras un auto, usado, en muy buenas condiciones", asegura, y menciona que trabajó de "mesera, limpieza, niñera, de todo, son como los trabajos clásicos para los que venimos con esas visas". Pero aún con esos trabajos ,que parecerían tan básicos, es posible rápidamente ahorrar dinero.

"Si trabajás tres meses seguidos te comprás un auto y te podés ir a viajar un par de meses, con tu auto y un poco de ahorros", sostiene.

Algo así es lo que ella hizo en los primeros tiempos en Australia, y menciona que "los sueldos son muy altos, yo sigo sorprendida después de cuatro años, y te permiten trabajar y disfrutar bastante"

La seguridad económica "te la da trabajar de cualquier puesto, desde alguien que trabaja en un café de mesero o diseñador gráfico con contrato full time, esas personas tienen un rango de sueldo muy parecido, entonces vivís una vida buena, no importa a que te dediques, la plata te va a alcanzar", remarca. De todas maneras, aclara que su visión es la del viajero, o la de una persona sola, "no la de alguien que debe mantener a toda su familia, hijos, mandarlos a la escuela", y demás. 

Si bien la estabilidad económica no es un problema, "llega un momento que dependés mucho de la visa, la visas australianas son muy difíciles, tienen un sistema de puntos en el que solo se pueden quedar quienes están muy calificados cubriendo un campo en que el Gobierno considera que hay una demanda"

Además de que allá "la plata deja de ser un problema", Sofía valora "la seguridad extrema: de verdad podés dejar el celular en la playa y meterte al agua que no te lo van a robar".

Reconoce que "como en todo el mundo, podés tener malas experiencias, pero como mujer podés ir a tomarte un colectivo sola a las 3 de la mañana con la cartera colgada y el celular en la mano sin miedo, la seguridad que se vive en Australia es muy grande".

Pero al mismo tiempo, hay cosas a las que no se termina de acostumbrar, como el tener que manejarse todo el día con un idioma que no es "el del corazón", como ella dice, y que no le permite expresarse con la pasión que lo haría en español.

"Podés hablar muy bien inglés pero no terminas de agarrar el click de sentarte en una mesa con 15 australianos y poder estar conversando a su altura", señala, al tiempo que menciona que allá hay "una comunidad de latinos muy grande". Quizás porque todos necesitan, al finalizar el día, poder dejar que fluyan las emociones en un lenguaje que no se razona, y simplemente brota del corazón.

"Tener a tu familia viviendo a un par de cuadras, agarrar el auto a ir a visitar a alguien, esas cosas acá no pasan... hablar en tu idioma, expresarte con pasión la charla en la mesa, terminar de comer y quedarte charlando", enumera entre las cosas que más extraña -además de la familia y los afectos- junto con las facturas en el desayuno y las empanadas. 
 

Escuchá su historia en este episodio de "Comodorenses por el Mundo", el podcast de ADNSUR.

🗺¿QUÉ ES "COMODORENSES POR EL MUNDO"?

"Comodorenses por el Mundo" es un podcast de ADNSUR, conducido por Rocío Barquín, que apunta a conocer cuál es la historia detrás de los comodorenses que decidieron continuar sus vidas lejos de esta ciudad.

Quien no escuchó la frase "Dios los cría y ellos se juntan"... Comodoro, la ciudad del viento, tiene su propia versión "Dios los cría y el viento los amontona". Pero no siempre. Hay comodorenses que eligen que el viento sea la fuerza impulsora que los desparrame por el mundo. Historias de decisiones, desafíos, propuestas, romances y aventuras.

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🎶 La playlist de Comodorenses por el Mundo ¿Qué escuchan los comodorenses que están viviendo en otros países? Eso les preguntamos a los protagonistas de cada episodio de este podcast de ADNSUR, y en esta lista están sus respuestas

Comodorenses por el mundo
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