“Vive en mí”, las reflexiones de Elías tras perder a su mamá a los 11 años
Nadie está preparado para perderla, ni tampoco hay un manual que diga qué hacer en esa situación. Los momentos donde sentimos que falta una parte importante de nuestra vida es cuando dimensionamos su ausencia, pero la marca que dejan queda para siempre en nuestros corazones e identidad.
Podemos ser más grandes, o más chicos. Más maduros, inmaduros, inteligentes emocionalmente o no, pero nadie está preparado completamente para atravesar semejante pérdida.
La madre es, desde el minuto cero, además de la que nos da la vida, quien le da forma en gran parte. Espalda a espalda con papá –o muchas veces sola-, se encarga de combatir nuestros miedos, de forjar valores en nuestras vidas y así comenzamos a definir lo que está bien y lo que está mal para nosotros.
Adquirimos rasgos de ella, no solo en lo físico. Es mayoritariamente la relación más fuerte que tenemos con alguien en nuestra vida, la de madre-hijo, hijo-madre.
Pero, ¿qué pasa cuando mamá falta? Quedan muchas preguntas sin responder, muchas situaciones sin contar, muchos consejos sin pedir, muchos abrazos sin dar. La necesidad pasa a estar en primer plano hasta que la rutina la reduce.
Pasan a vivir entonces no solo en la memoria, sino que también en nuestro corazón e identidad, porque somos parte de lo que fueron, lo que vimos y vivimos con ellas en los años que compartimos. Porque mamá hace rato está en nosotros, y nunca dejará de estarlo, seamos conscientes o no de ello.
En este podcast desandamos el camino sinuoso de la pérdida física y lo que esto conlleva, pero siempre recordando que nadie se va del todo mientras viva en nuestra memoria.