Falta una jornada de testigos para que el juicio por el crimen de Fernando Báez Sosa llegue a su recta final: los alegatos. 

Una de las calificaciones legales del hecho, alternativas a la original que busca plantear la defensa será la de homicidio en riña. 

Esa calificación, según el Código Penal vigente, tiene una pena de seis años como máximo y dos de mínimo. Los rugbiers llevan tres años de tiempo cumplido en prisión preventiva. Una pena intermedia significaría la excarcelación inmediata. Fuentes allegadas al abogado Tomei aseguran que tienen fundamentos para realizar esa solicitud. Vale una aclaración: de ahí a que el tribunal la acepte hay una distancia casi abismal. Pero es una obligación para el defensor plantear alternativas.

La calificación original, llevada adelante por la fiscalía y con la que llegó el caso a juicio oral, es la de homicidio agravado por el concurso premeditado de dos o mas personas y alevosía. Es decir, según este planteo, los rugbiers tenían la intención de matar a Fernando, idearon un plan para ello y lo ejecutaron con la víctima indefensa. Esta calificación tiene la pena de prisión perpetua en caso de que se acrediten alguno de los dos agravantes. Pareciera la más ajustada a la realidad, teniendo en cuenta el impresionante cúmulo de pruebas.

Así, irían a la cárcel un mínimo de 35 años, con la posibilidad de pedir libertad condicional tras ese período.

El argumento con el que Tomei podría pedir el homicidio en riña se centra en la autopsia al cuerpo de Fernando. “Ese estudio es bastante difuso y no marca una patada puntual o lesión, por lo tanto, si uno lee lo que dice el artículo del Código Penal sobre el homicidio en riña, podría aplicarse perfectamente. Por otro lado, ese artículo habla de riña o agresión. No sólo de una pelea como muchos creen”, explicó un jurista con llegada a la defensa.

En efecto, el artículo 95 del Código vigente dice: “Cuando en riña o agresión en que tomaren parte más de dos personas, resultare muerte o lesiones de las determinadas en los artículos 90 y 91, sin que constare quiénes las causaron, se tendrá por autores a todos los que ejercieron violencia sobre la persona del ofendido y se aplicará reclusión o prisión de dos a seis años en caso de muerte y de uno a cuatro en caso de lesión”.

La clave para un homicidio en riña es que no se pueda determinar quien dio el golpe mortal en una agresión de muchas personas. Sin embargo, durante el juicio quedó acreditado por distintos testimonios y por las pruebas de ADN de sus zapatillas, que Máximo Thomsen pateó en la cabeza a Fernando. Según la autopsia, murió por un paro tras un shock neurogénico. Es decir, una lesión importante en el cerebro.

A pesar de esto, Tomei podría intentar introducir el homicidio en riña durante los alegatos. No será lo único. También pediría la absolución de, como mínimo, dos de los acusados.

“Es muy probable que Tomei pida eso, lo va a hacer como una solicitud subsidiaria. Pero también es posible que pida la absolución de todos por el beneficio de la duda al no estar probado quien le dio la patada mortal y por no estar probada la tipificación de la conducta de los ocho imputados en el homicidio. Yo no creo que tenga razón, creo que es lo que va a hacer la defensa”, opinó el abogado Mauricio D´Alessandro.

Christian Poletti, letrado con vasta experiencia en juicios orales, también se refirió a la figura del homicidio en riña: “La riña consiste en acometimientos recíprocos, un ida y vuelta de agresiones. No sé si eso es lo que se ha probado en el juicio o si estamos hablando más bien de la agresión de varios hacia uno,. Si eso es lo acreditado, pretender que se lo califique como homicidio en riña es algo aventurado. De todos modos, lo importante es lo que se probó durante las audiencias de debate. Eso es lo que forma el conocimiento de causa en los magistrados. Lo que se sostenga en el alegato, que suele utilizarse para subrayar los pasajes favorables que sostienen la propia teoría del caso, difícilmente podrá alterar la convicción que los jueces han ido formando a lo largo de las audiencias”.

En el hipotético caso de que el jurado acepte esta calificación, los ocho rugbiers estarían en condiciones de recuperar la libertad porque ya pasaron 3 años en prisión. El impresionante cúmulo de pruebas en contra de ellos, expuesto en todas las jornadas transcurridas hasta ahora, tornan esta posibilidad en improbable. Si Tomei plantea esta alternativa, será el tribunal el que decida.

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