El terror se metió en su auto y le arrancó la vida en segundos. Benito Cabrera, un hombre de 65 años, viajaba con su familia por La Matanza cuando dos motochorros los abordaron para robarles el auto. No se resistió, no se enfrentó, solo protegió a sus nietas. Y por eso recibió un disparo mortal.

Todo sucedió en la esquina de Martín Coronado y Almeira, donde su yerno Ariel Albadein detuvo el Chevrolet Celta en el que también iban su esposa, Laura del Valle Cabrera, y sus dos hijas. En ese instante, dos delincuentes en moto intentaron robarles. Al verlos, Ariel tocó la bocina desesperadamente para ahuyentarlos. La maniobra funcionó: los ladrones escaparon, pero uno de ellos disparó a quemarropa antes de irse.

El momento del asesinato 

Benito estaba sentado en el asiento trasero, cubriendo a sus nietas con su cuerpo. La bala entró por la ventana y se alojó en su axila, atravesando el pulmón. Su familia lo llevó de urgencia a la Clínica Figueroa Paredes, pero no sobrevivió.

El relato de su hija Helena estremece: “Llegué y lo primero que me dijo mi sobrina fue ‘me lo mataron al Tata, tía’. Me lo dijo llorando. Yo traté de calmarla, pero a los 20 minutos nos dijeron que había muerto”.

La familia, aún en shock, realizó la denuncia en la comisaría y se enteró de que había dos jóvenes detenidos, aunque desconocen si son los verdaderos asesinos.

Helena también recordó que su padre se había jubilado hace poco, después de 36 años de trabajo en una fábrica de plástico. “Estaba empezando a disfrutar su jubilación. El domingo festejamos su cumpleaños y hoy estamos destruidos”, lamentó.

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