El pedófilo sospechoso de haber secuestrado a Madeleine McCann había advertido poco antes del hecho en un chat en la web que el quería “agarrar una cosa chiquita y abusarla por unos días”. Estos datos son parte de la investigación obtenida por la revista alemana Der Spigel, que comenzó a reconstruir la vida de Christian Brückner. Un abusador sexual de 43 años, detenido en una cárcel alemana por violación, y ahora la más firme pista para develar la desaparición de Maddie, la chiquita británica de 3 años, en el departamento de un complejo de Praia de Luz en Portugal en el 2007.

Der Spigel reporteó que, cuando un amigo de Bruckner le advirtió del peligro, el sospechoso alemán respondió: ”Ah, no si la evidencia es exterminada después”. La palabra exacta que utilizó fue “vernitchten” en alemán , la misma que usaban los nazis para “la solución final”.

Pero una nueva sospecha se ha sumado. La policía alemana se comunicó este viernes con Andrea Hasee, el padre de Renée, un chiquito alemán que desapareció el 21 de julio de 1996 en Aljezur, a 25 kilómetros de Praia de Luz, en Portugal. Nunca más tuvieron noticias de él pero Brückner ya visitaba el área y es considerado sospechoso.

Desde el pedido de la policía alemana de datos sobre Brückner ayer, al menos hubo 270 llamados a la Scotland Yard británica y alemana revelando detalles del público. Habían mostrado las fotos del sospechoso, la caravana blanca y maíz donde dormía y el Jaguar bordeaux, que fueron secuestrados por la policía alemana, y podrían haber estado involucrados en el secuestro de Maddie.

Christian Brückner, el sospechoso de secuestrar a Maddie, tiene un amplio prontuario y se encuentra en prisión.
Christian Brückner, el sospechoso de secuestrar a Maddie, tiene un amplio prontuario y se encuentra en prisión.

Este viernes el procurador en Stendal, en Sajonia- Anhalt, estaba buscando un posible vínculo entre el caso de Inga, una chiquita de seis años que desapareció en el bosque, durante una fiesta familiar, cinco años atrás. A pesar de más de 2.000 llamados y supuestos testigos de haberla visto, búsqueda en helicópteros y perros, jamás se supo más de ella.

Por entonces Brückner, que tiene varias condenas por abusos sexuales contra chicos y ahora es el principal sospechoso por la muerte de Madeleine McCann, vivía en su caravana, en una fábrica dilapidada, a 60 kilómetros del lugar donde Inga desapareció en Alemania.

Imágenes de abusos a chicos

En otra investigación policial, los detectives allanaron el lugar en febrero de 2016, nueve meses después de la desaparición de Inga, y encontraron un USB de memoria que contenía imágenes de abusos sexuales a chicos y fotos. Brückner fue condenado al año siguiente por crímenes sexuales y pasó 15 meses en prisión. Pero no está claro si se usaron esas imágenes en su condena por los fiscales.

Petra Kümei, la abogada que representa a la mamá de Inga, dijo que la noche de la desaparición de la chiquita hubo un accidente de auto que involucró a Bruckner en la ruta A, a 50 kilómetros del lugar donde ella desapareció. ”El caso se cerró solo cuatro semanas después que la policía comenzó a trabajar. No fueron demasiado ambiciosos”, sostuvo la abogada.

Brückner, que vivía a 30 kilómetros en Brunswick, visitó la propiedad en Neuwegersleben en Sajonia -Ahalt por varias horas antes del 6 de mayo del 2015, cinco días después que Inga desapareciera. Esta casa estaba a 45 kilómetros de Wilhelmshof, cerca de Stendal, donde Inga desapareció. Hasta ahora Brückner no tiene una coartada para explicar que hizo en la noche de la desaparición de Inga. Pero no fue considerado un sospechoso en la investigación original.

Cuando era adolescente, Brückner abusó a chicas jóvenes en Wurzubug, su casa en Baviera, donde había sido adoptado por una familia. En 1994 fue condenado a dos años de prisión en una institución juvenil por contacto sexual con chicos. En uno de los incidentes abusó a una chica de seis años cuando jugaba y huyó, cuando ella comenzó a llorar. En otra ocasión se bajó sus pantalones delante de una chiquita de nueve años.

La sórdida vida de Brückner continúa en la prisión de Kiel, donde está acusado de tráfico de drogas y cumple una condena por la violación a una mujer americana en Lisboa, reconstruida por la policía, que se inició en diciembre pasado.

Kate and Gerry McCann con una foto de su hija, en Londres, en 2012. Foto: Reuters
Kate and Gerry McCann con una foto de su hija, en Londres, en 2012. Foto: Reuters

El se volvió un sospechoso en el caso de Maddie McCann en el 2017, cuando confesó a Diego Rivera, un amigo portugués, en el décimo aniversario de la desaparición de Maddie, que el conocía todo lo que había sucedido. Rivera informó inmediatamente a la policía pero faltaban evidencias para detenerlo. La policía metropolitana británica fue informada y comenzó una investigación con la policía alemana y la portuguesa, que inicialmente había investigado y descartado a Bruckner entre 600 “personas de interés”.

La novia de Kosovo

El sospechoso vivía en una caravana en Praia de Luz, en Portugal, cuando Maddie estaba allí de vacaciones con sus padres y sus hermanos mellizos en mayo del 2007. Alternaba la caravana con una chacra, que había alquilado a un inglés, a pocos kilómetros del complejo donde vivían los McCann. Por el sendero frente a la casa pasaba el matrimonio McCann haciendo jogging.

Una novia de Brückner, muy joven y de Kosovo, está siendo buscada por la policía alemana. Ella vivía con él en la chacra alquilada en Portugal, a 1 kilometro del complejo Praia de Luz, poco antes de que desapareciera Maddie McCann. Los vecinos revelaron que la maltrataba y era menor de edad.

En esa propiedad hay numerosos pozos de agua abandonados y tierra sin cultivar. La policía británica buscó en sus alrededores pero no en esa casa en el 2014 en la investigación de Maddie.

Un oficial alemán reveló este jueves que Brückner era el sospechoso en la investigación criminal de Maddie. Lo habían ubicado en Praia de Luz cuando ella fue secuestrada. Una vecina británica de Brückner admitió que lo recordaba pero era discreto, distante. ”Un bicho raro, que se guardaba para si mismo”, describió al gigante de 1,90 y pelo rubio. ”Uno tenía una mala sensación de él”, reconoció.

Un Jaguar, otro de los autos que pertenecían a Brückner.
Un Jaguar, otro de los autos que pertenecían a Brückner.

El dueño británico de la casa recibió una llamada de un vecino en 2006, diciendo que la casa estaba abandonada. Cuando el vecino limpió la casa, encontró una computadora rota y una bolsa que contenía “pelucas y ropa exótica”. El dueño fue contacto por la policía británica y la portuguesa para pedir información.

Brückner era comprador y vendedor de autos usados y trabajaba de mozo en un restaurante cerca de Lagos. Pero como era adicto y traficante de drogas robaba departamentos y casas para pagar su hábito.

En septiembre del 2005, Brückner entró a la casa de una americana en Praia de luz. La ató, le pegó y la violó. Por ese caso fue condenado en diciembre pasado, luego de que la policía pudiera incriminarlo por un video. Estaba armado con un sable corvo. Su victima dijo a los investigadores: ”Yo creo que el disfrutaba al torturarme” .Fue condenado a siete años de cárcel, que se suman a su condena por tráfico de drogas.

Cuando la policía metropolitana británica acusa sus colegas portugueses de haberse “dormido” en la investigación, su Comisionada Cressida Dick insistió que para ellos continúa siendo “una investigación por la desaparición de una persona y no un caso de homicidio”.

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